“Las personas nos pueden fallar…pero debemos perdonar”: Padre “Memo”

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Por: Eduardo Delgado

Dos días después de abandonar la prisión, donde permaneció casi un año acusado de pederasta, con momentos conmovedores, en unos con nudos en la garganta, en otros con lágrimas en los ojos, con motivo de la celebración de otro aniversario de su ordenación sacerdotal, el miércoles por la tarde el padre Guillermo Gil Torres ofició misa en la parroquia de Santa Rosa de Lima, en cuya homilía advirtió que “las personas nos pueden fallar”, a las que los verdaderos cristianos deben perdonar, añadió.

Cientos de personas, antes de las seis de la tarde, se congregaron en la iglesia. Simpatizantes colocaron en la fachada lonas de vinil con imágenes y leyendas de bienvenida al padre “Memo” y después de la misa hubo festejo de bienvenida con música en vivo.

Previo a la ceremonia religiosa, como preludio, el padre Guillermo agradeció a sus seguidores. “Gracias a Santa Rosa de Lima, a todos y cada uno de ustedes…especialmente hoy, por el día de mi cumpleaños (sacerdotal)”.

Durante la homilía agradeció a Dios, “porque todo aquello que vivimos, de acuerdo a sus designios, debe ser provechoso; aun cuando parezca que no lo entendamos y que es contrario a lo que nosotros quisiéramos”.

“Dios sabe porque, no se equivoca y esa experiencia de fe nos debe llevar a conformarnos, a luchar, a mejorar, trabajar, orar, a vivir plenamente cada día, donde y como nos toque estar”, añadió.

“En la experiencia que Dios me permitió vivir, privado de la libertad, con otros hermanos en esa misma situación, esa fe fue esa luz que permitió que en esta experiencia no hubiera (inaudible)… y era gracias a la oración de ustedes”, remarcó.

“Dios prueba a sus mejores amigos y no porque no los quiera o los quiera hacer sufrir, si no para que se hagan fuertes en su fe”, explicó.

Las personas y lo material nos pueden fallar, Dios no. Pero sólo sabemos que somos verdaderos cristianos, hombres de verdadera fe, porque perdonamos”, enfatizo. “No podemos rezar el padre nuestro si no perdonamos de corazón a nuestros hermanos”, abundó.

Recordó también que cuando “somos ordenados como sacerdotes sabíamos que teníamos que ser como él y padecer un viacrucis, de repente, en nuestra vida. Pero sabiendo que después viene la luz, la paz…la vida nueva”.

“Esa fue la fe, la luz y la solidaridad, que yo encontré a lo largo de este año sabático. Un año de reencuentro con uno mismo y de entender, desde donde Dios quiere que estés, lo que te va pidiendo”, explicó.

A su parecer Dios “me escogió el mejor lugar y él sabía que allí (en la prisión) había personas necesitadas de amor, y por eso experimenté que me llamaba a esa misión especial. Gracias, nunca estuve solo, siempre estaba a mi lado la virgen y ustedes. Muchas gracias”. Una cascada de aplausos se desbordó en el templo, en la fase de construcción.

Igual, enseguida, cuando el padre Francisco refirió la presencia de la mamá del cura. “Gracias, señora Gloria, por habernos dado a su hijo…duele más ver sufrir a las personas que cuando uno sufre”, acotó. Emocionada la mujer desbordó en llanto.

Antes de concluir la misa, en representación del Arzobispo, Jesús Carlos Cabrero Romero, habló el Vicario General de la Arquidiócesis, Benjamín Moreno Aguirre. En su mensaje anunció que el padre “Memo” permanecerá con su familia un par de semanas y luego el arzobispo decidirá a qué parroquia lo asigna.

Al término de la misa cientos de personas hicieron fila para saludar al padre “Memo”, que el lunes por la tarde abandono el Centro de Reclusión Estatal, absuelto del delito abuso sexual en agravio de un menor de edad.

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