Ciudad de México (06 de junio de 2016).- Después de permanecer casi seis meses preso en el Penal de Barrientos por un delito que no cometió, Josué Flores Camargo fue liberado este sábado.
Aunque las autoridades lo acusaban de secuestro, su único delito era llamarse igual que un secuestrador, por lo que sus familiares lo defendieron desde el momento en que fue encarcelado el pasado 17 de septiembre.
Jonathan Flores Camargo, hermano del acusado por error, asegura que “el Ministerio Público lo único que quería era tener un culpable, alguien a quien señalar para cerrar el caso y quedar bien con la familia de la víctima, decirle cumplimos con nuestro trabajo”.
Tanto él como Norma Camargo, su madre, se han encargado desde diciembre de defender a Josué, quien fue trasladado al penal ubicado en Tlalnepantla al ser confundido con Josué Camargo Raya Becerra, presunto responsable de un homicidio y un secuestro cometidos en 2010.
“Tenemos miedo de lo que pueda pasar, mucha impotencia, mucho coraje, estoy muy molesto con el actuar de las autoridades, del abuso de poder”, indica Jonathan Flores.
Los hechos.
Josué fue requerido por las autoridades el 16 de diciembre, cuando agentes ministeriales del Estado de México acudieron a su trabajo para pedir información de un sujeto con un nombre similar al suyo.
Aunque Flores Camargo señaló el error, acudió a una cita al día siguiente con los ministeriales para demostrar su identidad con documentos oficiales. Sin embargo, los agentes le indican que como parte de la indagatoria sería presentado a un penal, al que fue trasladado y quedó incomunicado durante horas.
Hasta el 18 de diciembre pudo comunicarse por algunos segundos con su hermano, quien relata que “esta es una llamada proveniente del penal, tardé unos segundos en asimilar de qué se trataba, contesto y es mi hermano muy asustado, me dice, ‘estoy en el penal’ y yo, ‘¿cómo? ¿Qué paso? ¿En cuál penal?’, y ya me dice ‘estoy en el Penal de Barrientos, vengan por favor, no sé qué está pasando’, y cuelga”.
Al pedir un careo con la persona que lo señalaba como culpable, refiere Jonathan, “lo que me responde la Ministerio Público es ‘eso no funciona así, ves mucha televisión’, y me sacan de la sala”.
El abogado de Josué explica que interpuso un amparo y promovió el desvanecimiento de datos con pruebas que acreditan que se trata de otra persona.
“Es una obviedad que Josué Flores Camargo no se parece en sus rasgos fisonómicos a la persona que se encuentra en el expediente. Aún más, su CURP es totalmente distinto. Con ciertas características similares por los nombres similares”.
La postura del Ministerio Público.
Horas después de que se diera a conocer el caso, la Procuraduría de Justicia del Estado de México fijó su postura, aunque se les buscó antes de que se emitiera el mismo.
La PGJEM informó que Omar Ali Rayas Becerra o Reyes Becerra fue quien mencionó el nombre de Josué Flores Camargo en enero del 2013, y al investigar solo se encontró a una persona con ese nombre.
La información es contraria al expediente del caso, en el que no se menciona a Flores Camargo, pero sí a Josué Camargo Rayas Becerra, con quien lo habrían confundido.
“En se momento que ellos hacen la investigación, por medio del CURP aparece Flores Camargo Jaime Josué. Entonces dicen: esta persona vive en donde me das el informe en Atizapán, Estado de México y aquí van todos sus datos; es ahí donde incluyen el Flores y omiten el Jaime. Dejan el nombre de Josué Flores Camargo”, afirmó Norma Camargo.
La PGJEM añade en su carta que Omar Ali Rayas Becerra dijo que conoció a Josué Flores Camargo en la secundaria; sin embargo, también se incluye un oficio de la SEP en el que se muestra que Omar Ali sólo estudio hasta la primaria.
Camargo Flores estudió la secundaria al sur de la Ciudad de México, lugar en el que siempre ha vivido, mientras Omar Ali Rayas Becerra es originario y tiene su domicilio en Atizapán de Zaragoza, Estado de México.
Los datos no coinciden.
Fuente: Zócalo.