Renata Ocaranza
Cada año un evento especial se lleva a cabo en San Luis Potosí. Tras los muros de los teatros y en cada escenario de ellos, el amor y la danza se funden en uno mismo cuando compañías de distintas partes del mundo vienen a vivir la experiencia del único y significativo Festival Internacional de Danza Contemporánea Lila López.
Lila López fue una bailarina potosina, coreógrafa y maestra, así como una promotora cultural que a través de su pasión y amor por el arte, dejó un legado a todo México.
Fundó el Ballet Provincial de San Luis y un festival que reconoce el talento. La idea de este nace cuando la maestra Lila se cuestionó el por qué no existía un festival de danza, específicamente del contemporáneo, en México.
Después de haber vivido experiencias en otras partes, se decidió a construir uno que levantara el orgullo de la danza contemporánea en el país.
Para este evento se reúnen bailarines y coreógrafos para compartir su trabajo en el arte, así como reconocer a las importantes y destacadas figuras de la danza. Como en este año, que se le otorgó un reconocimiento a la directora del Ballet Provincial, Carmen Alvarado, por el aniversario número 60 de la compañía, quienes participaron en una gala como tributo a su historia.
En entrevista con Astrolabio, Rabinal Gamboa López, director general de Fomento Artístico y Cultural de la Secretaría de Cultura e hijo de la maestra Lila López, compartió su orgullo por este festival y su edición número 44.
Aseguró que no fue fácil crear el festival, pues la maestra Lila comenzó sin muchos recursos al ser independiente junto con su esposo Raúl Gamboa. Únicamente fue apoyada por amigos y gente que compartía su sueño con la visión de un festival no sólo nacional, sino internacional.
“Tenía pasión, mucha pasión y un aguante impresionante”.
Es una semana en la que se imparten talleres, conversatorios, charlas, obras de danza, espectáculos y demás actividades que celebran el arte.
Alrededor de 10 compañías de distintas partes del mundo buscan formar parte del festival. Este año, se presentaron compañías como Landabur & Cia de Chile y Vías de Canadá.
Talentos mexicanos como Barro Rojo de Ciudad de México, Autómata de Nuevo León, Año Cero de San Luis Potosí, Núcleo-Danza Escénica de San Luis Potosí, entre muchos otros talentos.
“Hoy por hoy, su legado sigue”, Comentó Rabinal.
Se esperan cosas extraordinarias, buscando gente que sea parte de, que sientan que es su festival. Además, se busca seguir mutando y adaptarse a lo nuevo con las bases que Lila construyó.
Es importante reconocer el talento, tanto internacional como local; la preparación que lleva ser un bailarín o bailarina, estar en el centro de creación del arte y quienes están detrás de este festival, pues el objetivo es llegar a los corazones de cada persona que busque un lugar para ver el escenario. Así como no dejar de luchar por esta parte de la cultura, pues se vive en tiempos donde la danza puede perder su visibilidad e importancia.
El arte sensibiliza y acompaña
Rabinal también explicó que se rodea de gente sensible y creativa para trabajar de una manera que puedan crear cultura y que no solamente transmitan sus conocimientos, sino que se vuelvan artistas. En ese momento que se perfecciona, que se vuelve bello lo que uno hace, en ese punto, es que esa persona se preparó y lo que se busca es ser parte de esa columna del arte.
Es admirable como 44 años después se sigue llevando este sentimiento de querer compartir cada emoción que la danza nos puede transmitir. El cómo es que el ser humano puede romper las barreras de los idiomas, culturas y pensamientos, uniéndose con la expresión corporal que sus corazones con tantas ganas y pasión luchan por ser vistos.
La danza puede ser esa expresión que trasciende el tiempo y se convierte en un legado atravesando generaciones, pues no solo se puede preservar, sino que también puede ser compartido.