Estela Ambriz Delgado
Integrantes del Consejo Hídrico Estatal consideraron que pese a las lluvias registradas semanas atrás que abastecieron la mayoría de las presas en la zona metropolitana, mientras que la cortina de El Realito no sea reparada completamente y continúe la carencia de una buena gestión del agua a nivel local, diversos sectores de la población seguirán padeciendo la falta del servicio.
La ingeniera Sofía Lobo expresó que, si bien la temporada de lluvias ayudó en buena medida a llenar las presas, estas sólo abastecen entre 15 y 20 por ciento de la población y su capacidad es muy pequeña, por lo que la más importante es El Realito, cuya capacidad abastecería a más de la mitad de los habitantes.
“Mientras no se arregle El Realito vamos a seguir batallando, y la presa que está en proyecto La Maroma, su capacidad es muy pequeña y su cuenca también, entonces para la cantidad de población y el crecimiento que tenemos, necesitamos que la presa El Realito, el acueducto, realmente se arregle”.
Por su parte, Jonathan Abraham Quintero García agregó que el consejo también ha planteado sobre la crisis hídrica, es realmente de gestión, pues cuando no hay una buena gestión a nivel local, se recurre a los trasvases porque no hay capacidad de administrar de manera sustentable y sostenible el recurso, así como de forma equitativa con todos los impactos sociales ambientales que eso conlleva, y la corrupción que también está implícita en este tipo de proyectos.
De igual manera, puntualizó qué el 80 por ciento de la población se abastece del acuífero que es abatido por la urbanización de las áreas de captación, por las que se alimenta el acuífero subterráneo, así como por la contaminación generada por los desechos urbanos e industriales, el deterioro de las redes de agua y drenaje, y por la sobre extracción.
“En tres sentidos se está abatiendo el acuífero del cual depende la mayor parte de la población, y no se han llevado a cabo acciones en el presente ni históricamente integrales, de políticas públicas, de tecnologías, de nuevas infraestructuras que realmente vayan dirigidas a resolver la desigualdad en el acceso al agua en los sectores, sobre todo vulnerables al norte y oriente de la ciudad, y acciones en torno a aportar a las soluciones al cambio climático de manera, local o regional”.