Lo que callamos los poceños

El Catalejo es el resultado de las mentes desorientadas de los reporterillos de Astrolabio Diario Digital

Veintisiete cabezas fingen más que cualquier cómico teatral y lo hacen tan abiertamente que degradan la capacidad de elección a una virtud de sincronización: de entre 103 opciones son capaces de coincidir en la misma en 29 ocasiones al hilo, con la excepción que rompe su regla (o algunos despistados que para la regiduría número 12 olvidaron la instrucción que fueron a recibir al Palacio de Gobierno). ¡Mira que hasta llegar a confundir a un Victor con otro Victor! Pero la puesta en escena de la tragicomedia dejó de lado a los pobladores de Villa de Pozos para exhibir la anatomía de un proceso municipalizador ocurrente, gandalla, avasallador de formas y fondos –políticos, legales, morales y hasta económicos–, con su secuencia de pifias y desatinos.

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