Por Victoriano Martínez
Para mañana domingo se tenía prevista, por tercera ocasión, una asamblea del Ejido La Pila en la que se consumaría lo que un grupo de ejidatarios considera el despojo de mil 888.9 hectáreas sobre las que se declararía un dominio pleno a favor de grupos empresariales que pretendían construir ahí el desarrollo industrial más grande de Latinoamérica… de no ser por una suspensión de amparo.
Aunque se trata de una lucha más por parte de ejidatarios por la protección de su territorio, esta vez no sólo han logrado frenar los intentos de realización de la asamblea que consumaría la entrega de tierras a empresarios iniciada desde noviembre de 2018, sino que las reacciones a las irregularidades denunciadas provocaron medidas de mayor alcance.
El pasado jueves se reveló de manera extraoficial la destitución de Ernesto Rendón Aguilar como representante en el Estado de la Procuraduría Agraria por el papel que ha jugado para favorecer a los empresarios en procesos privatizadores de tierras ejidales, no sólo en el caso del Ejido La Pila, como se lo denunciaron a las oficinas centrales de la dependencia el 16 de mayo.
El hecho resulta significativo porque podría marcar el inicio del desmantelamiento de la estructura burocrática que, desde las instancias agrarias, ha sido utilizada por distintos grupos empresariales para especular con la tierra para proyectos inmobiliarios, tanto habitacionales como industriales, incluidos casos con efectos que perjudican el ambiente.
El caso más representativo en los últimos años ha sido la Sierra de San Miguelito donde, a pesar de contar ya con una declaratoria como Área Natural Protegida, los embates empresariales para desarrollos inmobiliarios no han cesado en diversos ejidos y comunidades de los cuatro municipios involucrados.
El propio territorio del Ejido La Pila también forma parte de una zona protegida por razones ecológicas, pero además el proyecto de convertir esas mil 888.9 hectáreas en un desarrollo industrial difícilmente soportaría un estudio de impacto sobre los efectos negativos que tendría para el abasto de agua potable a la ciudad.
Este domingo no podrá realizarse el tercer intento por realizar la asamblea para dotar de dominio pleno a empresarios-ejidatarios porque la Procuraduría Agraria notificó al Comisariado Ejidal que no se enviará representación por parte de esa instancia a la reunión programada, lo que anula su validez en caso de realizarse.
Entre los documentos que acompañan ese aviso, se encuentra la opinión jurídica número 067/2022 que, a grandes rasgos, señala tres razones que impiden la asamblea: (1) advierten irregularidades en el padrón de ejidatarios, (2) falta el soporte técnico-informativo sobre los que se pretende privatizar y (3) hay una suspensión de amparo.
Todavía el jueves, cuando los ejidatarios inconformes tomaron momentáneamente las instalaciones de la Procuraduría Agraria, hubo intentos por parte de algunos funcionarios de esa representación de por negar hechos irregulares en torno a la asamblea que se intentaría realizar por tercera ocasión mañana, al responder por escrito a una petición hecha por los ejidatarios.
Una maniobra que se revirtió para los funcionarios locales de la Procuraduría Agraria, dado que tras la denuncia del 16 de mayo se abrió un canal directo al procurador Agrario Nacional, además de que el caso también captó el interés del presidente Andrés Manuel López Obrador por haber sido informado del caso por al menos dos vías, y la atención está puesta sobre el caso.
Cada acción que se niegue o se emprenda por parte de los representantes de la Procuraduría Agraria con visos de favorecer al margen de la ley a proyectos inmobiliarios o de uso industrial indebidos los ejidatarios la reportan a las oficinas centrales como pruebas adicionales a lo que ya denunciaron, lo que se convirtió en una vía de defensa contra los abusos de los que han sido víctimas.
Los efectos de la suspensión y no convalidación de la asamblea que se tenía prevista para este domingo, por las circunstancias en las que se ha dado, tendrán repercusiones mucho más allá de simplemente evitar la consumación de lo que los ejidatarios inconformes consideran un intento de despojo de una parte de sus tierras.
Una historia que no es única y que podría convertirse en el punto de partida para que se comenzaran a conocer otras.