Ciudad de México (10 de febrero de 2016).- Sufrir una intoxicación tras comer algún alimento no es para nada agradable y de no tratarse a tiempo, puede incluso llevar a la hospitalización de quien la padezca, principalmente debido a la deshidratación producida por la diarrea y los vómitos con que por lo general se presenta.
A veces el afectado es sólo uno, pero no es raro que se den casos de intoxicación alimentaria grupales entre personas que trabajan en un mismo lugar, comen en un mismo restaurante o asisten a una determinada fiesta, donde algún alimento está contaminado.
Los microorganismos y toxinas que con frecuencia son las responsables de las intoxicaciones alimentarias son el estafilococo dorado, la shigella, la salmonella y la escherichia coli. Precisamente, esta última bacteria fue la que el año pasado causó un brote que afectó a nueve Estados de Estados Unidos y que tuvo su origen en un popular restaurante de comida mexicana.
Precisamente recordando ese caso, el abogado y experto en seguridad alimentaria Bill Marler, reveló al sitio Bottom Line Health cuáles son los seis alimentos que nunca comería para no exponerse a una intoxicación alimentaria.
1.- Leche y jugos sin pasteurizar (como los recién exprimidos que se venden en la calle): pueden estar contaminados con bacterias, virus y parásitos.
“No existe un beneficio lo suficientemente grande como para tomar el riesgo de beber productos que pueden ser seguros si están pasteurizados”, declaró el experto.
2.- Brotes o germinados crudos: en esta categoría se encuentra, por ejemplo, la alfalfa y la soya. El problema con ellos es que pueden propagar una infección producto de la contaminación bacteriana de sus semillas. Sin embargo, todo se soluciona si son bien cocidos.
3.- Carne que no está bien cocida o cruda: según Marler, cualquier bacteria que se encuentre en la superficie de la carne, puede estar presente también en su interior. Por esto, recomienda cocer la carne molida a más de 70° Celsius y los bistecs sin macerar (sin hacerle agujeros o cortes), para que ninguna bacteria o toxina que pueda estar en su superficie, pase hacia el interior.
4.- Frutas y vegetales prelavados y cortados: “Evito éstos como si fueran una plaga”, confiesa el experto. ¿La razón? Mientras más manipulado sea un alimento, más riesgo de contaminación hay en él.
“La comodidad es fantástica, pero pienso que a veces no vale la pena correr el riesgo”, sostiene Marler. Así, su consejo es comprar este tipo de productos en pequeñas cantidades, sin lavar ni cortar, y consumirlos dentro de los tres o cuatro días siguientes.
5.- Huevos crudos o pocos cocidos: en el caso de los huevos, el gran riesgo es que podrían contaminarse con salmonella. Por eso, para poder disfrutar de sus beneficios, el experto recomienda comerlos bien cocidos.
6.- Mariscos crudos: Marler se refiere especialmente a las ostras, a las que describe como “animales filtradores”, es decir, que recogen todo lo que está en el agua.
“Si hay bacterias, ingresarán a su sistema y si una persona las come, se intoxicará”, explica, asegurando nuevamente que “no vale la pena correr el riesgo”.
Fuente: El Mercurio.