Los comerciantes potosinos tampoco aplaudieron

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Por: Diana López.

 

El evento estaba programado para las 10 de la mañana en el Auditorio Rafael Nieto. Las butacas no estaban ocupadas por completo, pero una buena cantidad de dueños y representantes de comerciantes establecidos ya esperaban pacientemente la exposición del proyecto de remodelación de la calle de Álvaro Obregón.

Comenzó finalmente como todo buen evento político, con una hora de retraso y con representantes de los representantes de autoridades. Uno de los presentes “no se quedó con las ganas” y reclamó la falta de respeto por la tardanza, antes de retirarse molesto.

Entre las personalidades presentes se encontraba Javier Muriel, presidente de la Organización “Nuestro Centro”, el comandante José Francisco Juárez Sánchez, Director de Policía Vial, el Director del INAH, Arquitecto Juan Carlos Machinena Morales, Horacio Sánchez Unzueta, Director de Fideicomiso del Centro Histórico, Ingeniero Jorge Chávez, Director de Obras Públicas y representantes de Desarrollo Social, de Comercio y de Desarrollo Urbano.

 

La presentación del proyecto dio inicio. Su exposición estuvo a cargo del Arquitecto Jorge Rivera Madrazo, Subdirector de Proyectos, quién lo presentó de la manera que se ve a simple vista: un logro presupuestal para el estado, que impulsará el sector turístico, cultural y local y que dará comienzo a un centro histórico más atractivo y desarrollado.

Señaló que el proyecto es similar al “ejercicio” practicado durante el 2014 en la calle de Mariano Arista, con la diferencia de que éste tendrá recursos federales.

Abarcando las calles de Ignacio Allende, Aldama, Damián Carmona, Independencia y Simón Bolívar, el arquitecto comenzó a exponer los enormes beneficios y la manera de trabajar para estas obras.

 

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Mejoras en las redes de agua potable, iluminación de calles, cableado subterráneo, mantenimiento a las fachadas y a la propia seguridad en las calles, rescate y salvamento a monumentos históricos, tipo de árboles que serán plantados, planos con aspectos técnicos de drenaje y cableado, el “reacomodo” para comerciantes ambulantes que se establecen en esa zona y un costo de 45 millones 895 mil 784 pesos que forma parte del compromiso presidencial 50 fue en sí, la presentación de la obra, que finalizó asegurándose el compromiso de Sectur y Fonatur, así como de empresas de comunicaciones y electricidad que participarán dentro del plan de trabajo.

 

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“Se cambiará la vialidad de las calles, ya se tiene una estrategia de vías alternas y se trabajará en dos turnos para asegurar la agilidad de la obra, contemplada para ser terminada en un plazo de 7 meses, comenzando a partir de junio. Todas las instancias están comprometidas para la correcta realización de esto”.

Pero los comerciantes no aplaudieron.

Una sesión de preguntas y respuestas comenzó más bien con los reclamos de los dueños de locales que, fuera de mostrarse de acuerdo con el proyecto, expresaron su total desconfianza ante este trabajo.

* “¿Quién nos va a pagar a nosotros las pérdidas en venta por esas obras que durarán 7 meses?”

* “Nos están tomando el pelo. Nos mandan puros representantes de autoridades que deberían de encontrarse dando la cara”.

* “¿El ambulantaje tiene más poder para que sean reubicados que nosotros como comerciantes?”

* “¿Quién nos garantiza que las obras se van a entregar en tiempo y forma?”

* “De las obras inconclusas nadie se hace responsable. Comercios han cerrado por culpa de políticos e instituciones como ustedes que no son capaces de terminar lo que proponen”.

 

Uno a uno, comerciantes y ciudadanos que se encontraban presentes dejaron de lado “lo bonito” del proyecto, pues su desconfianza en la administración actual “que ha sido la peor en décadas” los deja con el temor del abandono de este actual plan de trabajo.

Exigieron la firma ante notario del cumplimiento de esta labor, una supervisión continua por parte de la organización “Nuestro Centro” de las obras, así como una oficina “abierta y con gente capacitada y disponible” que atienda las dudas y mantenga informados a los comerciantes del proceso del trabajo.

 

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“No estamos en contra del progreso”, expresó una de las comerciantes. “Al contrario, estamos a favor de que se hagan este tipo de obras que mejoren el turismo, la asistencia al centro histórico de la ciudad, que mejoren nuestras ganancias, que es de lo que lamentablemente vivimos. Pero queremos ser partícipes de la supervisión, que no la abandonen. Que cese la corrupción y deje de dárseles beneficios a los ambulantes, nosotros pagamos una renta, sueldos, y queremos apoyo también de gobierno mientras ustedes hacen esas obras”.

Hubo pocas respuestas concretas. El micrófono entre el público era peleado por gente que quería tomar la palabra constantemente, mientras que el de arriba, no pasaba del Ingeniero de Fonatur, constructora encargada de la obra, y de Horacio Sánchez Unzueta, ex gobernador del estado. ¿El resto del presídium? Susurrando entre ellos, distraídos con el celular o con una mirada perdida ante una audiencia de comerciantes hartos de la permisividad de las autoridades con al ambulantaje, de obras mal planeadas, mal hechas e inconclusas que afectan sus ventas y sus comercios.

“Nosotros queremos apoyo del gobierno, pero no lo vamos a tener, porque no somos la BMW, no somos alemanes. Somos comerciantes potosinos. Los negocios que pagan venta no van a sobrevivir. Va a ser lo de siempre. Mentiras”.

Compararon la situación de las calles de una ciudad con potencial como lo es San Luis Potosí con Zacatecas y Querétaro. Resaltaron la impunidad de todas las instituciones que permiten el ambulantaje.

 

El ex gobernador Unzueta expresó tener las mismas preocupaciones. Dijo no ser funcionario, sino apoyar a “Nuestro Centro” para convencer a las autoridades a cumplir con la labor. “Entonces exigimos la presencia de alguien que tenga el poder de actuar como se debe”, expresaron los asistentes.

Por su parte, Javier Muriel, presidente de dicha asociación se comprometió a trabajar junto a las instancias en la coordinación y supervisión de la obra, palabras que fueron respaldadas por los comerciantes que depositaron su única confianza en él.

Fue una reunión donde no sólo hablaron los comerciantes. Habló una ciudadanía que desconfía de sus autoridades, elegidas por muchos de ellos mismos. La ciudadanía desconfiada que se avergüenza del aspecto que el gobierno se ha esforzado para darle a una ciudad con uno de los acervos arquitectónicos más grandes de México, que se encuentran en el abandono total desde hace algunos años. Una ciudadanía cansada del inexistente trabajo de un gobernador y un presidente municipal que no aparecen ni dan la cara para atender ninguno de los asuntos que la gente tanto reclama: cese a la corrupción que ellos mismos protagonizan, seguridad en las calles, impulso al sector turístico, conclusión de obras y muchas, muchas cosas más.

 

Reclamos y quejas sobraron. Respuestas faltaron. Finalmente, sin fijar la fecha de inicio de obras (la tentativa es el martes 9 de junio), sin comprometerse a firmar ante notario el cumplimiento y ante el sorpresivo abandono del director de seguridad vial, se cerró de momento la reunión, con la promesa de darle seguimiento a las quejas y propuestas de los comerciantes, ante un proyecto donde, según expresó Sánchez Unzueta, “esperaba mínimo un aplauso”.

Pero no, los comerciantes no aplaudieron.

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