Los reporterillos de Astrolabio Diario Digital echamos un vistazo al pasado y en esta sección le presentamos uno de nuestros hallazgos:
Aquellos tiempos en los que raptar a la novia era la ruta más segura al casorio, con tintes hasta epidémicos: la nota es de El Sol de San Luis del 23 de marzo de 1960:
Cuatro Tenorios Acusados por el Rapto de sus Respectivas Novias
Cuatro tenorios que optaron por raptarse a sus respectivas novias, fueron denunciados en el transcurso de los días 21 y 22 en el departamento del Servicio Secreto.
Como resultado de una de las quejas, fue capturado Antonio Coronel Coronado, según denuncia puesta en su contra por Manuela Cruz Sandoval, quien lo acusó de haber raptado a la menor Irene Rojas Cruz, de 16 años, hija de la denunciante.
El tenorio ya se encuentra en los separos del Servicio Secreto, de donde será puesto a disposición del Ministerio Público. Se consigna a Coronel Coronado en caso de que no acepte casarse con su víctima.
La segunda queja fue puesta por Juan Beato Limón, quien en el departamento del servicio secreto manifestó que su cuñada María del Refugio Elizondo M., de 17 años se fugó con su novio Alfredo Soto, quien es originario de Tonalá, Jal.
A las 17.45 horas de ayer Eduardo Pérez Esparza quien vive en Azteca número 91 manifestó ante la policía que José Antonio Cárdenas Mendoza se había robado a la hija del declarante, María del Carmen Pérez Martínez, de 15 años.
La policía logró la aprehensión de José Antonio pocas horas después de la denuncia, siendo internado en los separos en espera del casorio ante el Juez.
Finalmente, a las 16.15 horas se presentó ante las autoridades María Concepción Rodríguez Moreno, domiciliada en el barrio de San Juan de Guadalupe, y acusó a Jesús Flores del delito de estupro que este sujeto cometió en agravio de la joven Ceferina Moreno Rodríguez, de 15 años, hija de la denunciante.
Como los hechos ocurrieron hace más de tres meses, ahora la menor se encuentra encinta, y como flores no le ha cumplido a la joven, la madre de ésta optó por denunciarlo a la policía, con objeto de que se le obligue a casarse.