Los diputados y su nueve imaginario

Por Victoriano Martínez

Tan mala ha resultado la LXIII Legislatura, que a una semana de concluir su periodo no sólo incurren en el autoelogio que, a decir del proverbio, es vituperio, sino que conmemoran el bicentenario del Congreso Constituyente con un acto de culto a sus personas.

A partir de este viernes 6 de septiembre, cuando visite la sede del Congreso del Estado frente a la Plaza de Armas, al entrar, al lado derecho de la escalera que da a la sala del Pleno podrá ver una placa conmemorativa.

“En el marco de la conmemoración del Bicentenario del Congreso Constituyente de San Luis Potosí, la #LXIIILegislatura realizó la develación de una placa conmemorativa en el histórico recinto oficial de Jardín Hidalgo”, se informó en la cuenta oficial de X del la Legislatura.

Sin embargo, lo único que podrá observar en ella de “conmemorativo” sobre el hecho histórico al que hace referencia es una especie de logotipo en la parte superior derecha y la leyenda que durante todo este año se puede leer en todos los documentos oficiales: “2024, Año del Bicentenario del Congreso Constituyente del Estado de San Luis Potosí”.

Aunque enseguida dice “Diputados Integrantes”, no se vaya a confundir porque las 28 personas que aparecen enlistadas no corresponden ni en nombre ni en número a quienes integraron aquel Congreso Constituyente de 1824 a 1826.

Se trata de 28 nombres de quienes decidieron usurpar los de aquellos constituyentes que, por dos años trabajaron para lograr expedir la primera Constitución del Estado el 26 de octubre de 1826.

Quienes aparecen en esa placa son los integrantes de la LXIII Legislatura que para rendir homenaje a aquellos constituyentes usurpan su lugar en la placa conmemorativa.

“Menos mal que sólo usurpan el lugar de los constituyentes en la placa, porque si se les hubiera ocurrido erigirse en modernos constituyentes que nos dieran una nueva Constitución, ya estaríamos hablando del Pollo-Estado Charro y Farandulero”, diría alguien. “Pollino”, le respondería otro.

El caso es que para conmemorar a la primera Legislatura integrada por Antonio Frontaura y Sesma, José Sotero de la Hoyuela, Francisco Miguel de Aguirre, Ignacio Soria, Francisco Antonio de los Reyes, Manuel María de Gordiño y Arduengo, Manuel Ortiz de Zárate, José Miguel Barragán, Eufrosio Ramos, Mariano Escandón, José María Guillén, Pedro de Ocampo, Diego de Bear y Mier, Rafael Pérez Maldonado, Ignacio López Portillo y José Pulgar, los actuales diputados los ignoraron de manera soberbia para anotarse ellos.

¿Veintiocho y no veintisiete, que es el número de integrantes de la Legislatura? Sí, lo que pasa es que en el colmo de la desfachatez incluyeron a las hermanas Ochoa Limón, quienes compartieron la curul. Poco faltó para que incluyeran a las y los suplentes.

Tal acto de agravio contra los primeros constituyentes y la historia legislativa del Estado es en sí mismo un indicador grave sobre la poca calidad que como legisladores tuvieron los integrantes de la Legislatura por terminar, que podría considerarse la cereza encima de la más vergonzosa sumisión al Ejecutivo y la acumulación de pifias. ¡Y lo dejan en una placa!

Pero su afán por el vituperio autoproclamado los lleva a asignarse una calificación de 9 en su desempeño, cuando fueron muy prolíficos en pifias y actos de sumisión al gobernador que quizá sólo lamenten no haber aprobado el disparate de la castración química en contra de violadores.

La imagen del diputado Roberto Ulises Mendoza Padrón en la que orgulloso señala su nombre en la placa es muy representativa de que los diputados, además de usurpar a los primeros constituyentes, están muy contentos con un 9 imaginario, aunque se base más en la autocomplacencia que en la realidad.

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