Por Victoriano Martínez
Previo a la entrega de dos doctorados honoris causa, en la entrada principal del edificio de la Rectoría de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP) aparecieron esta semana las imágenes gigantescas de los personajes que las recibirán este día.
Un par de desconocidos, especialmente para el grueso de la comunidad universitaria, con quienes por alguna razón los directivos de la institución se sienten obligados a entregarles el reconocimiento como un acto de agradecimiento.
“Rector de la UASLP rechaza auditoría. Colmenares lo apoyo: le regalan “honoris causa””, fue la secuencia causa-efecto con que el portal SinEmbargo sintetizó la sospechosa relación detrás del otorgamiento del título honorífico.
La sola sospecha de que ese par de doctorados honoris causa atienden una posible correspondencia a un buen trato en los procesos de auditoría tendría que encender una alerta sobre una devaluación de ese tipo de reconocimientos otorgados por la Máxima Casa de Estudios.
¿En qué parte del Reglamento para el Otorgamiento del Título Doctor Honoris Causa de la UASLP señala que ese tipo de reconocimiento se puede utilizar como instrumento para agradecer lo que sea que se esté agradeciendo?
No obstante, el uso de asignar ese título para agradecer no es la única sospecha de instrumentalización de esos honoris causa. Hay quien alcanza a ver un objetivo relacionado más con las diferencias que se han dado entre la Rectoría y el Gobierno del Estado, los agravios de este último hacia la UASLP y lo que podría representar hacia el futuro.
El 21 de enero de 2022, la UASLP entregó un doctorado honoris causa a Enrique Luis Graue Wiechers, exrector de la Universidad Nacional Autónoma de México, en un acto al que no asistió el gobernador y en su lugar estuvo como representante Juan Pablo Escobar Martínez, subsecretario de Enlace Interinstitucional de Gobierno del Estado.
La principal diferencia entre el gobierno estatal y la UASLP es la negativa de ésta a ser auditada por el órgano fiscalizador local. Una disputa en la que el gobernador Ricardo Gallardo Cardona no oculta su ímpetu intervencionista en los organismos autónomos, en este caso el Instituto de Fiscalización Superior del Estado.
“Están devengando recursos de los potosinos, no tienen ellos un ingreso propio (…) 80 por ciento de sus recursos son impuestos de los potosinos”, falseó el mandatario los datos para justificar su postura.
Entre enero y septiembre de 2023, el 79.94 por ciento de los ingresos de la UASLP tuvieron su origen en aportaciones federales, el 11.49 por ciento fueron generados como ingresos propios (esos que Gallardo Cardona asegura que no tienen), y sólo el 8.58 por ciento lo entregó el gobierno estatal de los recursos federales que recibe para ese fin, pero que entrega incompletos.
Si como intermediario el gobierno estatal es incapaz de reportar completos a la UASLP los recursos federales que le envían por su conducto, que Gallardo Cardona pida que el IFSE fiscalice a la UASLP muestra más un interés de control de una institución autónoma más.
En su defensa, el rector Alejandro Zermeño Guerra ha tenido como aliados a los funcionarios de la Auditoría Superior de la Federación (ASF) que hoy recibirán sus doctorados honoris causa. Al ser sus aliados, el acto protocolario de esta tarde va más allá del mero agradecimiento del que se habla y alcanza a convertirse en una afrenta y un reto para el mandatario estatal.
¿Y si en una de esas ya no sólo aportan dictámenes limpios sobre las cuentas de la UASLP, le comienzan a meter rigor a las revisiones a las cuentas del Poder Ejecutivo estatal y se comienza a ventilar en las auditorias federales todo lo irregular que pudiera estar escondido bajo el gran manto de opacidad con que el gobierno estatal ha cubierto sus principales obras?
¿Pasarían la prueba de una auditoría seria y efectiva las obras de los parques Tangamanga, de la Fenapo, de los puentes “atirantados”, los festivales navideños, la compra de patrullas, la Arena Potosí, el Congreso y Campeonato Nacional Charro, etc., etc.?
¿Asistirá Gallardo Cardona al acto protocolario en honor al Auditor Superior de la Federación, o le hará el desaire?
En fin, dos doctorados honoris causa con sospechoso fin de agradecimiento, pero que además también pueden considerarse como instrumento utilizado en una disputa política entre la defensa y el intento de control de la autonomía universitaria.
