Por: Antonio González Vázquez.
El segundo año de gobierno de Juan Manuel Carreras López empezó el 26 de septiembre de 2016 en la misma circunstancia de inseguridad que al cumplirse el primer año de la administración. Esta es la crónica del décimo tercer mes de gobierno del priísta.
Cerca del crucero de la carretera Ciudad del Maíz-El Huizache, la policía encontró el cadáver abandonado de quien fue identificado como Luis Edmundo Espinosa Hernández, quien fuera director de la Unidad de Protección Civil de Ciudad del Maíz hasta el pasado día primero de septiembre cuando fue secuestrado, al tiempo que su esposa era asesinada por un grupo de sicarios.
En la selva de yerbajos y plantas de un lote baldío de la colonia Buenos Aires en el municipio de Ciudad Valles, el 24 de septiembre fue localizado el cuerpo de un joven de 23 años de edad, de nombre Yosimar. Sus familiares lo habían reportado a la policía como desaparecido desde el 21 de septiembre. Su muerte fue terriblemente agónica: lo torturaron porque le quemaron los pies, le infringieron heridas con una daga y al final lo degollaron. Su cuerpo fue abandonado entre la floreciente maleza de la zona, de ahí que no fue sencillo ubicarlo. La policía reconoció no tener dato relevante alguno para dar con los responsables del crimen, el primero del segundo año de gobierno de Carreras.
A primera hora del día 28 de septiembre, elementos de la Policía Estatal acudieron a un predio de la comunidad del Aguaje luego de que recibieron la alerta del hallazgo del cuerpo de un hombre que habría sido asesinado. Y en efecto, en ese lugar de la capital fue identificado el cuerpo de Edmundo, de 46 años de edad, empresario de autotransporte que había sido privado de la libertad el 27 de septiembre en la colonia Himno Nacional Segunda Sección. El empresario había sido torturado y tenía disparo de arma de fuego en la cabeza y estaba maniatado de pies y manos.
Don José atendía su Refaccionaria convertida también en taller mecánico a unos metros de la entrada principal del municipio de Santa María del Río. Su negocio tenía clientes porque esta sobre la carretera México-Querétaro y como siempre tenía abierto hasta tarde, no sospechó cuando escuchó ruido provocado por unos sujetos que entraron a su negocio poco antes de la medianoche del 28 de septiembre. Se acercó para atender a los posibles clientes que al verlo le dispararon una y otra vez; siete proyectiles lo hirieron y al final le llevaron a la muerte.
Jesús de 38 años de edad era operador de una grúa de la empresa Grúas Maravillas del municipio de Ciudad Valles y vivía en Tancanhuitz. Estaba en pleno trabajo al trasladar un auto en su grúa por la carretera México-Nuevo Laredo cuando a la altura del municipio de Tancanhuitz un vehículo se le emparejó sobre la carretera y le dispararon, uno de los proyectiles le dio por el cuello y la bala ingreso hasta salir por la nunca, lo que le provocó una muerte instantánea. Era el 29 de septiembre, aproximadamente a las 17:30 horas. Jesús recibió otros disparos pues según la policía, materialmente le rafaguearon la unidad.
Entre los nopales, magueyes y huizaches chaparros quedó el cuerpo frío de un hombre de unos 35 años de edad a quien mataron a punta de plomazos. Como a las cinco de la tarde del dos de octubre, la policía recibió una llamada para avisar que por el rumbo de Peñasco estaba el cuerpo de un hombre. Elementos de distintas corporaciones llegaron a ese lugar para confirmar que el cadáver presentaba heridas de bala en la frente y en distintas partes del cuerpo. No se encontró rastro de quienes lo ejecutaron, lo más seguro es que primero lo ejecutaron y luego fueron a tirar el cuerpo a ese lugar en el descampado.
Adrián salió de su casa en plena madrugada del 3 de octubre en la colonia La Lomita en el municipio de Soledad de Graciano Sánchez. Iba a comprarse unos tacos, pero cuando iba por la calle Prolongación Negrete salieron unos sujetos al paso y le dispararon hasta en seis ocasiones. La bala que lo mató fue un proyectil que le entró por la frente y le salió por la nuca. Como es normal, la policía no supo después nada más sino el nombre del ejecutado; Adrián, y tenía 19 años de edad.
A las ocho de la mañana del cuatro, en El fraccionamiento Miravalles del municipio de Ciudad Valles en la región de la Huasteca, la policía estatal localizó el cuerpo de un hombre de aproximadamente 25 años de edad, quien fue ejecutado. Tenía las manos esposadas por la espalda y la cabeza estaba cubierta con una bolsa negra de hule. El cadáver fue abandonado a orilla de un camino que conduce a ese fraccionamiento. Horas después, en el ejido Las Huertas en Ciudad Valles, se encontraron dos cadáveres de dos hombres, uno de 41 y otro de 36 años de edad: los ejecutaron con disparo en la cabeza, pero antes, a los dos, les cercenaron las manos desde las muñecas. Según la policías, ambos, habían sido “levantados” días antes en la colonia La Lomita. El 4 de octubre fue un mal día para Valles, tres ejecutados y las autoridades ni sus luces.
El miércoles cinco de septiembre fue un día de psicosis colectiva en la capital potosina a donde regresó el miedo y la incertidumbre fruto de la inseguridad. Desde las redes sociales se expandió la idea de que había habido ejecuciones, balaceras, enfrentamientos y persecuciones en distintos puntos de la ciudad. Lo que detonó eso fue la ejecución de un hombre en la Ricardo B. Anaya. En la esquina de Fray José de Gauna, cerca de la iglesia de La Estrella, se habían efectuado detonaciones de arma de fuego, por lo que las autoridades acudieron al lugar. Según las primeras investigaciones, sujetos armados que viajaban en un vehículo Stratus gris, les dispararon a dos hombres, uno de ellos repartidor de alimentos, el cual estaba en su motocicleta y resultó lesionado; y otro más que salió de un domicilio a recibir el pedido, el cual falleció a causa de los disparos.
Como a las 8:30 de la noche del 6 de octubre en la colonia Central de Maquinaria del municipio de Soledad de Graciano Sánchez dos hombres fueron acribillados. Sus cuerpos sangrantes quedaron tirados en la acera de la calle Vasco de Quiroga, uno viendo hacia el cielo y el otro bocabajo al lado de un poste; junto a ellos, una cartulina firmada por el Cartel del Noreste, mismo que se atribuyó la doble ejecución. Los cuerpos no fueron identificados por la policía, fueron baleados desde una camioneta en movimiento luego de que habían salido de una casa de masajes. En el lugar fueron recuperados al menos 9 casquillos de arma .9 milímetros.
Tenía 23 años, le decían El Cachorro y había sido “levantado” el día primero de octubre, pero cinco días después, es decir, el día 6, fue localizado su cadáver entre la maleza cerca de un camino rural que conduce al rancho El Carmelo, municipio de Ciudad Valles. “El Cachorro”, que en realidad se llamaba Eduardo fue ejecutado al recibir un disparo por la nuca; el proyectil encontró salida en medio del rostro del joven cuyos restos habían entrado ya en etapa avanzada de descomposición, lo que supuso a la policía que fue ejecutado el mismo día en que lo “levantaron” en la colonia Doracely donde vivía.
Cerca del mediodía del 7 octubre en la calle de Manuel Doblado del municipio de Cedral unos transeúntes se encontraron un cuerpo sin vida, así es que llamaron a la Policía que minutos después reportó que se trataba de un hombre conocido como “El Chucky” al que asesinaron con disparos en el tórax y en el rostro.
Joana apenas tenía 24 años de edad cuando la mataron. Corrían los primeros momentos de la noche del 7 de octubre cuando Joana recibió un disparo de arma de fuego. El agresor, su propio esposo. La policía activó el protocolo de feminicidio porque de acuerdo con testimonios de vecinos de la calle de Ciudad del Maíz de esa comunidad de Soledad de Graciano Sánchez, el asesino agredía continuamente a su esposa hasta que al final la mató.
El sábado 8 de octubre mataron a Hugo. Lo mataron a las puertas de su casa en la calle de Leona Vicario del municipio de Soledad de Graciano Sánchez; tenía 34 años y como es ya una norma, el asesino huyó mientras que la policía dice que busca al responsable.
Sobra decir que ese día, poco después de las nueve de la noche, en ese municipio la gente entró en pánico porque los comentarios del crimen se multiplicaron rápidamente y ya nadie quería salir a la calle.
En una comunidad de Ciudad del Maíz conocida como La Lagunita, cerca de la medianoche del 14 de octubre, un sujeto armado le disparó a un joven de aproximadamente 21 años de edad que se aprestaba a ingresar a su casa. Según el parte de la policía, la víctima venía de un baile, y se diría a su domicilio a su domicilio, cuando se encontró a una persona con quien tenía viejas rencillas; comenzaron a discutir, sacando el presunto de entre sus ropas un arma de fuego con la que le dispara para luego salir huyendo del lugar.
A los pies de un gran árbol de un predio de la comunidad de Piaxtla, municipio de Tancanhuitz, fue localizado el cuerpo de Malaquías de 49 años de edad, quien había sido reportado como desaparecido. Al mediodía del día 16 de octubre, el propietario del predio percibió un olor fétido cerca de donde trabajaba y al acercarse encontró entre la tierra la parte del hombro y brazo de un hombre, así que de inmediato denunció el hecho a la policía.
Durante la madrugada del 16 de octubre, en la colonia Ciudad 2000 murió Miguel Ángel de 18 años de edad. Su cuerpo baleado y navajeado quedo tirado a medio camino del andador Chabacanos. Lo mataron con saña puesto que su cuerpo tenía tres disparos y múltiples heridas de navaja por todo el cuerpo. La policía reportó un cruento enfrentamiento entre pandillas, pero de los autores del crimen no tenían datos disponibles así que no se supo nada del o los asesinos.
Poco después de las tres de la mañana del 16 de octubre en varias calles de la colonia General I. Martínez algunos pandilleros protagonizaron una gresca monumental. El resultado, dos adolescentes de 18 años de edad muertos. Uno de ellos fue identificado como Martín y tenía tres disparos en el pecho y otro no identificado presentaba heridas similares. Elementos de la Policía Estatal y de la Municipal fueron al lugar de los hechos, pero cuando llegaron ya no había nadie, todos habían huido.
A las 22:30 horas del lunes 17 de octubre en la comunidad de El Leoncito del municipio de Villa de Hidalgo, Ana de 33 años de edad y su hijo Jonahatan de 16, fueron asesinados por su padrastro quien luego huyó. La Procuraduría General de Justicia aplicó el protocolo de investigación por feminicidio ya que de acuerdo con testimonios, el marido de Ana la agredió a golpes luego de una discusión y al final la mató con arma blanca al igual que a su hijo.
Poco después de las dos de la tarde unos cañeros que iban por el rumbo del ingenio Tambaca del municipio de Tamasopo, se encontraron en el camino los cuerpos de dos cuerpos maniatados. Fue el 18 de octubre en la zona conocida como La Curva donde fueron vistos los cuerpos y a cuyo lugar luego llegaron elementos de distintas corporaciones policías. Los cadáveres no fueron identificados; los degollaron y luego los arrumbaron a un cañaveral.
Enrique Almazán, integrante de la mesa directiva de la Liga de Comunidades Agrarias y Sindicatos Campesinos de la Confederación Nacional Campesina fue ejecutado durante las primeras horas del 19 de octubre en el municipio de El Naranjo. La Procuraduría General de Justicia reportó que ya se investiga el hecho. El dirigente campesino viajaba rumbo a su casa en una camioneta Blazer color arena cuando se le cerró otro vehículo desde donde le dispararon. Los hechos ocurrieron en la esquina de las calles Juan Sarabia y Julián Carrillo en la parte central de la cabecera municipal, a solo unos metros de la comandancia de la policía.
Como a las ocho de la noche del 19 de octubre en la colonia Las Huastecas del municipio de Ciudad Valles se escuchó detonar armas de fuego. Desde hace tiempo que la gente está alarmada y vive en una situación de temor permanente, así que pronto se preocuparon; esta vez, el saldo fue de dos hombres ejecutados con disparos en la cabeza. Los hechos, en una cruel paradoja, en la esquina de las calles Zopilotes y Halcones. La policía reportó que en el domicilio de los ejecutados, encontraron drogas y armas. Los muertos, uno Miguel y el otro, Adrián, de 38 y 35 años de edad.
Al mediodía del 19 de octubre, un sujeto estaba sentado afuera de una cervecería por el rumbo de la comunidad de El Carrizal, municipio de Tamazunchale. Miraba pasar la vida desde una banca de madera que abajo tenía un cartón de coronas, de pronto, se le acercó un tipo y sin más, le disparó en la cabeza para darle muerte. A las puertas de la cervecería solo quedó una corriente seca de sangre. Las policía no identificó el cuerpo y muchos menos tenía idea de quién lo mató.
Sobre la carretera Ciudad Valles-Tampico, a la altura del kilómetro cuatro, unos sujetos fuertemente armados a bordo de una camioneta color arena Trail Blazer siguieron a una Mazda de color gris plomizo y tras identificar a sus ocupantes les empezaron a disparar e iniciaron una persecución. Eran las dos de la tarde del 20 de octubre cuando los de la Mazda, heridos, alcanzaron a pedir apoyo en las instalaciones del 36 Batallón de Infantería donde hicieron alto, pero al recibir ayuda, uno de los agredidos, de nombre Felipe Ávalos ya había muerto, mientras que su acompañante, Armando Campos fue trasladado a un hospital en condiciones de extrema gravedad. Los agresores huyeron hacía Tampico mientras que la Policía Ministerial dio a conocer que inició las investigaciones del suceso.
El viernes 21 de octubre, en la carretera que conduce al municipio de Tampacán arrojaron el cadáver de un hombre de aproximadamente 40 años de edad. Cerca de las siete de la tarde unos paisanos que se dirigían a la comunidad de Macuilocatl se encontraron el cuerpo y dieron aviso a la policía. El cadáver no fue identificado y solo se comprobó que presentaba heridas de arma de fuego.
El domingo 23 de octubre, José de 25 años se fue a divertir a una fiesta de 15 años, pero alguien no estuvo de acuerdo con su presencia y antes de llegar al fandango por el rumbo de la Tercera Chica y la comunidad de Milpillas, fue arteramente asesinado; le dieron cuatro viajes de machete.
En la madrugada del 25 de octubre, un veinteañero que salía de su trabajo en una panadería de la colonia Plan Ponciano Arriaga fue cocido a navajazos. Su cuerpo sangrante a media calle esperó la llegada de los policías que solo supieron que el muerto era panadero y tenía ocho heridas de arma blanca.