Las personas que gozan de la lectura poseen una serie de hábitos de los que quizá pocas veces se percatan. Y es que tienden a repetir ciertas rutinas cuando tienen un libro en sus manos.
Estos actos inconscientes, pero repetitivos, tienen una explicación. Y aquí te los vamos a contar…
1.- Leer varios libros a la vez.
Hay personas que tienen en su mesa de noche una pila de libros que están leyendo al mismo tiempo. Actualmente, la oferta es tan extensa que nos animamos, y sin querer, empezamos más de un libro.
Lo más sensato sería acabar uno para poder empezar con otro, pero al parecer, el hábito de la lectura múltiple, puede obedecer a nuestro estado de ánimo. Si tenemos variedad, podemos elegir la lectura según el momento emocional en que nos encontremos.
2.- Leer el final del libro al principio.
La lectura es un placer. La Universidad de San Diego, en California, hizo un estudio que explica que a muchas personas, el conocer cómo acaba una novela, les permite concentrarse en la comprensión profunda de la historia. Si leen el final primero, su lectura es mucho más placentera.
3.- Aspirar el aroma del libro que están leyendo.
Los libros huelen. Tienen aroma a tinta, papel y a 15 compuestos químicos que se utilizan en su fabricación. Además, están todos aquellos olores que los han ido impregnando, como moho, tabaco, naftalina…
Muchos lectores tienen una sensación muy agradable cuando huelen un libro.
4.- Prefieren leer el libro antes de ver la película.
Entre los lectores habituales, el 44% dijo que prefería leer primero el libro antes del largometraje. Sólo el 6% eligió ver en primer lugar la película. El resto de los encuestados contestaron que dependía del libro y de la película.
Los del grupo mayoritario dijeron que el libro les animaba a ver la película, mientras que, si empezaban por el filme, el libro parecería poco estimulante.
5.- Empezar un libro y no terminarlo.
Muchos lectores habituales, saben enseguida si un libro les va a gustar o no. El profesor Evan Gottlieb, en un artículo del Huffington Post, dice que con la cantidad de estímulos que tenemos hoy en día, es difícil no abandonar la lectura de un libro si este no nos apasiona.
Propone que le demos una oportunidad leyendo las primeras 50 hojas. Si tras este número de páginas seguimos insatisfechos, es lícito abandonarlo.
Además de estos hábitos, existen otros que, por ejemplo, afectan a la velocidad lectora, como son el seguir la línea con el dedo, o mover los labios leyendo el texto sin voz. Ambos son contraproducentes para una lectura ágil
¿Y tú, tienes alguna de estas manías?
