Los historiadores potosinos no valoraron el Cerro de San Pedro: Juan Carlos Ruiz Guadalajara

Existe el compromiso con el Gobierno federal para crear una Comisión de la Verdad que investigue el caso de Cerro de San Pedro.

Fotografía: Manifestación contra la Minera San Xavier, Ciudad de México.

José de Jesús Ortiz

Segunda parte, puedes consultar la primera parte de esta entrevista aquí.

Fue durante años una voz crítica en el proceso social de defensa de Cerro de San Pedro frente al proyecto depredador de la Minera San Xavier, uno de los pocos que desde la academia alzó la voz y asumió una postura pública para denunciar las implicaciones ambientales e históricas de dicho proyecto, así como la red de complicidades desde diversos ámbitos del poder público que permitieron que éste avanzara y operara.

Gran polemista, su apoyo en la defensa de Cerro de San Pedro contribuyó a darle al movimiento opositor un discurso académico y una visión distinta a la lucha que se libraba desde finales de los años 90´s, además de que posibilitó llevar el conflicto más allá de San Luis Potosí y tejer una red de aliados que asumieron la defensa del pueblo histórico. En aquellos años de mitad de la década del 2000, era frecuente verlo tomar el micrófono en la plaza pública y en diversos campos de lucha como los medios de comunicación.

A casi dos décadas de que se involucrara en aquel conflicto, el historiador Juan Carlos Ruiz Guadalajara reconoce que como tal no se puede hablar de un movimiento social en el caso de Cerro de San Pedro, pues nunca fue un movimiento de masas que convocara a multitudes sobre una agenda específica. En los hechos, en un puñado de activistas recayeron las acciones de resistencia y movilización para defender el poblado.

Pero más allá de eso, subraya, lo fundamental fue que el caso exhibió de manera rotunda que desde diferentes niveles de gobierno (en particular durante el sexenio de Vicente Fox, de Felipe Calderón y del gobierno local de Marcelo de los Santos), con la complicidad de las élites y el silencio de la mayoría de los medios de comunicación, se pasó por encima de ordenamientos jurídicos y recursos legales que daban la razón a la lucha opositora y que tendrían que haber significado la cancelación del proyecto de Minera San Xavier. Una entelequia el supuesto Estado de derecho tan defendido por esas élites. “El asunto es de impunidad, de una empresa que arrolló todo, pasó por encima de la ley”, reclama.

Astrolabio: ¿Cómo llegas al caso del movimiento de defensa en Cerro de San Pedro contra el proyecto de Minera San Xavier y qué lecciones de lucha y organización recuperarías?

 Juan Carlos Ruiz Guadalajara: Yo me involucré porque iba mucho a Cerro de San Pedro a caminar y a estudiarlo, cuando llegué a San Luis fue una de las cosas que más me llamó la atención… En una de mis muchas estancias en el pueblo me sale Mario Martínez Ramos, se presenta, me pregunta y me dice ‘ojalá te puedas involucrar con nosotros porque viene una minera canadiense que va a destruir todo esto’. Y me empieza a pasar información y dije ‘pero qué bestialidad es esta’. Yo había participado en pequeñas luchas, en Morelia, defendiendo un ojo de agua, cosas pequeñas, pero ya una cosa de ese tamaño no… Debió ser en 2004 cuando me involucro, porque en 2005 me voy a Sevilla un año y cuando regreso me dicen ya esto está ganado, que ya no se iba a hacer, pues se había detenido el proyecto. Y dije ‘perfecto’. Pero como al mes me busca Martha Rivera y me dice que Felipe Calderón le dio un nuevo permiso a la empresa, recién cuando salió Fox, ahí veo que van con todo. Es cuando me involucro ya de lleno, pero no como parte del Frente Amplio Opositor (FAO), yo no conocía a nadie ahí.

El movimiento de defensa de Cerro de San Pedro, surgido desde finales de la década de los 90´s, comenzaba a articularse a través de lo que se llamó el Frente Amplio Opositor, una amalgama de grupos, organizaciones y colectivos de diversa índole, que cobró gran fuerza durante el gobierno panista de Marcelo de los Santos (2003-2009), quizá la etapa más dura del conflicto, de mayor acoso y persecución a los opositores.

Recuerda que, en aquella etapa, en alguna de las reuniones que se hacían a través del FAO, planteó la necesidad de darle una nueva perspectiva de lucha a la defensa de Cerro de San Pedro para que el caso fuera difundido a nivel nacional, aunque algunos medios de la Ciudad de México como el periódico Monitor —de José Gutiérrez Vivó— ya habían publicado reportajes sobre el conflicto. Luego, el caso sería difundido de manera importante en espacios como el de Carmen Aristegui, la revista Proceso o el periódico La Jornada, entre otros medios que fueron fundamentales para que la lucha no quedara aislada a nivel local.

“Les dije que esto había que abrirlo a nivel internacional, hay que ir a México y a otros lados, pues mientras esto no se sepa nos van a aplastar. Empecé a hablar con mi colega de Canadá Daviken Studnicki, de la Universidad de McGill, en Montreal (a quien conocí en España), y se creó el FAO en Montreal con activistas canadienses, en contra de sus mineras, defendiendo Cerro de San Pedro. Es cuando tomamos la Embajada de Canadá, lo hicimos en dos ocasiones y fue muy exitoso. Empecé a jalar a aliados de otras causas, a amigos de México que son abogados, que tienen contactos, que tienen redes, como Jesús Ramírez Cuevas y a mucha gente, eso nos daba el plus de desplegados en la prensa, con Elena Poniatowska, Carlos Montemayor o Jesús González Schmal. Toda esa gente se empezó a aglutinar y es cuando explotó el conflicto”.

A: Fuiste muy crítico de la apatía social, de la gente en San Luis para involucrarse en la defensa de Cerro de San Pedro, ¿a partir de qué factores te explicas esa apatía de la sociedad?

JCRG: Creo que son muchos, uno de enorme peso es el factor histórico: Cerro de San Pedro para el imaginario urbano de San Luis representaba un sitio para darse la vuelta o un rancho ahí de gente jodida, la escapada de pinta o del fin de semana al pueblito, pero no representaba nada porque desde muy temprano San Luis —desde el siglo XVII— le quitó su nombre al Potosí: el Potosí se quedó para San Luis, no dicen San Luis Minas del Potosí o San Luis de Mexquitic y Cerro de San Pedro de la Nueva España, ¡no!, San Luis se quedó con el nombre de Potosí. La gente ni siquiera se imagina por qué se le dice Potosí, que es un término quechua. En ese contexto histórico se generó un enorme divorcio social entre la población de la ciudad y la población de los pueblos o del mismo Cerro de San Pedro. Para el siglo XVIII a los habitantes de Cerro de San Pedro les decían los serranos, eran otra gente, se vestían diferentes, los tenían como revoltosos, como peligrosos. Donde están las minas, está el desorden, la delincuencia.

“A mí me quedó muy claro esto cuando una vez repartiendo folletos en la Plaza de Armas le di uno a dos señoras, lo toman, lo ven y me alcanzan y dicen: ‘no, no, yo te lo devuelvo, ya dejen de joder a la empresa para que le dé trabajo a esa gente jodida, porque si no esa gente nos va a venir a robar a la ciudad’. Para mí, esa fue la confirmación clara de que es un problema de racismo y clasismo con respecto a Cerro de San Pedro, no les importa un carajo. Otro factor es que los historiadores llegamos tarde a desplazar a los historiadores potosinos, porque estos historiadores no le dieron su valor al Cerro de San Pedro, no entendieron lo que ese vestigio histórico representaba a nivel global, ya ni siquiera para la historia de México, ¿por qué? Porque imperaba la visión de Rafael Montejano de que eran unos pinches jodidos, las minas no fueron determinantes. Cuando analizas la historia de ese Potosí es una cosa alucinante la cantidad de oro que salió de ahí para el sistema monetario internacional; y la otra es que eso no se conocía, no se conoce el papel que tuvieron estas minas en muchos procesos de carácter mundial. Entonces, mientras no se le dé su peso a eso, el sitio no tendrá mucho valor, ahora está destruido”.

A: Visto a la distancia lo que sucedió en Cerro de San Pedro, ¿cuál es desde tu punto de vista el papel que jugaron los científicos de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí que legitimaron el desarrollo del proyecto minero?, ¿no te parece que, en esa apatía social, hay mayor responsabilidad en ellos que en el ciudadano de a pie?

JCRG: Sí, absolutamente. Parte de lo que argumentaba la empresa es que nosotros no éramos un movimiento y tenían razón, desde mi punto de vista un movimiento social debería generar un gran consenso y una masificación de ese consenso en defensa de algo y eso no se logró, nunca vimos plazas rebosantes de defensores de Cerro de San Pedro, pero a mí eso no me importaba porque habíamos ganado en tribunales y no me importaba si era un ciudadano o eran multitudes de cien mil, la ley es la ley y se tenía que acatar.

“Hay gente más culpable que otra y la gente más culpable es la que avaló este proyecto, desde Rafael Montejano en cuyas primeras manifestaciones en torno al proyecto llegó a decir que el Cerro de San Pedro era un mito, que el Potosí no existía; hasta estos científicos de la UASLP como Pedro Medellín —que en paz descanse— o Fernando Díaz Barriga, que para consolidar su Agenda Ambiental se dedicaron a lavarle la cara a proyectos ambientalmente depredadores. No hay ninguna justificación sobre lo que hicieron, de poner 100 condicionantes a la Minera San Xavier para poder violar la ley y acabar con el patrimonio. Eso fue lo que hicieron y todavía dicen que lo hicieron por el bien de San Luis”.

A: En San Luis Potosí pareciera que hay la ausencia de una intelectualidad o de la academia, con una postura activa respecto a muchos conflictos sociales, temerosa de asumir un compromiso público con diversas causas, ¿qué te dice el silencio de esa intelectualidad?

JCRG: Pues me dice que no es intelectual, porque son un fracaso como actores responsables de aquello de lo que saben. No me gusta mucho esa palabra de intelectual, pero si pensamos que una persona tiene ese rango de intelectual por su sensibilidad, sus conocimientos o su compromiso, pues veo a muy pocos, en realidad no los veo. Hay mucha gente que se dice intelectual, pero no tiene ningún tipo de compromiso social, no asume un compromiso público. Creo que quienes más saben son los que más compromisos deberían de asumir, son los más enterados, son los que más posibilidades han tenido de allegarse de información, de procesar datos, de tener una visión sobre las cosas y si no se posicionan frente a ello no sé para qué les sirve saber tanto.

A: Para ti, ¿cuál es el papel que jugaron los medios de comunicación, sobre todo locales, en la cobertura informativa del conflicto en Cerro de San Pedro, que en la mayoría de los casos estigmatizaron al movimiento opositor?

JCRG: Hay que analizar las causas del desinterés de la población y es evidente que una causa de ello, muy fuerte, fue la estigmatización que se hizo del movimiento en Cerro de San Pedro, que fue durísima… Los medios locales, con excepción de La Jornada San Luis, todos cómplices del proyecto y no solo eso sino a darnos con todo. La Jornada era un buen antídoto, pero era insuficiente porque no la leía casi nadie; no teníamos redes sociales, empezamos con correos electrónicos, pero no había redes. La estigmatización fue durísima y era muy difícil luchar contra ella. Por supuesto que fue un factor muy eficiente para desestimular la participación en la defensa de Cerro de San Pedro. Todo el tiempo tuvimos a los medios encima y fue un factor dificilísimo.

A: Hace algunos meses se intentó sacar adelante una Comisión de la Verdad para el caso de Cerro de San Pedro, similar a otras conformadas a nivel federal como en el caso de la Guerra Sucia ¿qué sucedió con esa iniciativa?, ¿consideras que hay condiciones para algo así o ya el tiempo para el fin del sexenio no lo permite?

JCRG: Ese compromiso se hizo antes de diciembre de 2018, con el gobierno electo y se hizo con Alejandro Encinas en el Colegio de San Luis, en un foro de víctimas. Lo organizamos con Sonia Deotto y Urenda Navarro, de la UASLP, ahí dio su testimonio Enrique Rivera… parte de los acuerdos que se tuvieron fue crear una Comisión de la Verdad para investigar el caso de Cerro de San Pedro, nuestro objetivo es que esa Comisión logre dictaminar, con todas las pruebas que tenemos, la culpabilidad de la empresa al desacatar una sentencia firme que había causado estado y las consecuencias en contra del patrimonio histórico y ambiental de San Luis; que se le quiten las concesiones a la empresa y que se siga un juicio para que se le obligue a la remediación, lo que se pueda remediar… No lo hemos retomado, primero porque yo enfermé, y segundo porque están metidos (en el gobierno federal) con la Comisión de Ayotzinapa. Muchos de los compromisos que se hicieron de este tipo no han logrado prosperar porque ha sido muy complicado para Encinas comenzar a destrabar todos estos nudos ciegos que le dejaron, hay el compromiso, pero depende mucho de lo que hagamos nosotros.

Presentación del libro Programa Constructivo de Mahatma Gandhi, Instituto Politécnico Nacional, 2016.

AMLO, las contradicciones de un proceso de transformación

Su currículum da cuenta de una muy amplia producción académica, que inicia desde los primeros años de la década de los 90´s con trabajos como Documentos para la historia del Obispado de Michoacán, Dolores ante la Independencia, Suplicios capitales y humillación del cadáver en la justicia penal de la monarquía Hispánica: el caso de San Luis Potosí en 1767, entre muchos otros, centrales en su obra como historiador. También, además de la producción de textos académicos, desde hace más de una década Juan Carlos Ruiz Guadalajara colabora de forma regular como articulista en el periódico La Jornada donde aborda temas de coyuntura.

Crítico del actual gobierno federal, dice que Andrés Manuel López Obrador tenía el apoyo social suficiente para haber impulsado una transformación radical y desmontado los cimientos jurídicos del régimen neoliberal, asentado en México desde los años 80´s. A su juicio, la llamada Cuarta Transformación es solo un recurso retórico.

Sus afinidades con el actual régimen en esencia se reducen a la lucha contra la corrupción, así como en la redistribución del ingreso y la política social que considera positiva, aunque frágil en los mecanismos a través de los cuales se ha aplicado. Son más sus diferencias. Una crítica que no es nueva, en su caso desde los primeros meses de 2019 advirtió que si la 4T buscaba trascender debería erradicar el modelo extractivo sustentado en la megaminería e impulsar una serie de reformas legislativas, en particular al Artículo 27 constitucional y a leyes secundarias como la Ley Minera y la de Inversión Extranjera, entre otras.

Precisa: “No me queda claro qué es la 4T, entiendo la manipulación del mensaje, entiendo el símbolo, pero quererte plantear como la Cuarta Transformación implica que tengas una visión personal de la historia del país porque esta no es la cuarta transformación, sería como la veinteava. Mis coincidencias plenas tienen que ver con la lucha anticorrupción, esa irrenunciable; con la redistribución de la riqueza, la política social (la agenda por los pobres) como idea porque son puras ideas, hay hechos concretos, pero no estructuralmente sostenibles. En el ideal de la redistribución de la riqueza coincidimos totalmente, en la lucha anticorrupción completamente, pero no tengo mucho más”.

A: ¿Y cuáles son tus discrepancias con el gobierno de Andrés Manuel López Obrador?

JCRG: Mis puntos de discrepancia es que estoy absolutamente en contra de ese modelo desarrollista, López Obrador sí tiene una idea muy vieja de lo que es el medio ambiente, de lo que es el futuro sustentable de la humanidad no tiene ni idea; estoy en contra de su política de equilibrios, de que para tener calmados a los adversarios hay que soltarles un poquito, eso lo hacía Porfirio Díaz… No es exactamente lo mismo, pero es un poco lo que hace Andrés Manuel al concebir la política como una permanente negociación, es decir: si se portó bien el gobernador de Sinaloa, fue aliado, no intervino para que el PRI mantuviera la gubernatura y ganara Morena, te doy una Embajada, o a ti priista te integro a mi gabinete o al otro le doy un Consulado, ¿qué es eso?, es una gran discrepancia que tengo.

Otras diferencias con el gobierno federal tienen que ver con la decisión de López Obrador de no perseguir a los expresidentes como lo ha reiterado desde el inicio del gobierno y desde antes. En este caso, dice, parte de una premisa equívoca: “Él no es Fiscal, él representa al Estado, pero la Fiscalía tiene que perseguir a todos estos delincuentes, no estar viendo si el presidente quiere ser magnánimo o no. Su discurso del perdón no lo comparto, porque no estamos hablando de pecados, estamos hablando de delitos”.  

Su juicio es contundente: “López Obrador ha dado la espalda a muchos movimientos sociales que lo impulsaron hacia la presidencia, y ha realizado y sostenido acciones y opiniones políticas contrarias a los ideales de defensa de los territorios y de lucha contra la impunidad. Sin duda, la llegada de Andrés Manuel López Obrador a la presidencia ha sido lo mejor que le podía pasar al país, el problema ahora, al menos para mí, es que pasó de ser una enorme esperanza de justicia a ser el menos peor. No ha tenido la voluntad política, por ejemplo, de reformular el actual modelo extractivo, y aunque ya no se dan concesiones mineras se mantienen operando en la impunidad muchas empresas mineras depredadoras que tendrían que ser cerradas e investigadas por diversos delitos”.

A: Has cuestionado también lo que representa Ricardo Gallardo como figura política, ¿qué diferencias encuentras de este gobernador en relación a los anteriores y por qué te parece tan cuestionable su figura?

JCRG: Porque hay todas las pruebas de que desvío recursos, los otros posiblemente también, pero este lo hizo de una forma abierta: a Marcelo de los Santos nadie lo ha investigado en sus negocios; a Fernando Toranzo sin pena ni gloria, más pena que gloria; con Juan Manuel Carreras igual, un personaje anodino, sin mayores posibilidades de hacer algo por San Luis. Si robaron no lo sé, seguramente sí, salvo Marcelo que se volvió un maestro de los negocios, los otros quedaron en la irrelevancia; éste en concreto sí tiene antecedentes. El problema es que no llegó bajo sospecha sino con delitos probados, no solo por la autoridad sino por investigaciones periodísticas como las de Jaime Nava y las de Victoriano Martínez.

“La diferencia es esa: que los otros sin ser investigados y además de que fueron pésimos gobernantes, uno de ellos que se enriqueció como Marcelo de los Santos, no se les ha comprobado nada, no porque sean inocentes, tampoco se les ha probado nada; en el caso de Gallardo sí, y con otra agravante: que es en plena Cuarta Transformación, que se supone es el tiempo de la esperanza de México. En el análisis político, lo que explica este afianzamiento de este personaje en el poder es su red de alianzas con la Cuarta Transformación y lo que ésta obtiene de su relación con él. No me lo explico de otra manera”.

Juan Carlos Ruiz Guadalajara con los activistas gandhianos Anand Mazgaonkar, Surendra Gadekar y Sanghamitra Desai. India, 2016.

La Sierra de San Miguelito, en riesgo el Decreto de Área Natural Protegida

En el caso del conflicto por la defensa de la Sierra de San Miguelito en el que también se ha involucrado en estos años, observa un proceso complejo en el cual, pese a contar con el apoyo presidencial y de la Secretaría del Medio Ambiente, hay enormes riesgos ante la voracidad de las élites económicas locales que no cesan en su empeño por desarrollar en esa zona un complejo inmobiliario de miles de millones de pesos.

A ello se añade el papel del gobierno estatal, que —considera— trabaja en sentido contrario a la voluntad del gobierno federal, así como también diferencias dentro del propio movimiento de defensa, aunque al final lo fundamental es que se logró el decreto de Área Natural Protegida para la Sierra.

A: En el caso de la Sierra de San Miguelito pareciera que se repite el mismo esquema de Cerro de San Pedro, con la presencia de grupos económicos muy poderosos y la colusión del poder político. En diciembre celebraste el decreto presidencial para la declaración de Área Natural Protegida de esa zona de 111 mil hectáreas y advertiste que lo difícil estaba por venir ¿qué riesgos observas en el camino?

JCRG: Muchísimos, para empezar no se han desmontado las intenciones de los poderes fácticos para derribar el decreto, hay demasiadas impugnaciones por parte de poderes fácticos, inmobiliarias, empresarios; segundo, que tiene en contra al gobierno local, es algo que no ha querido entender López Obrador, que uno de los principales boicoteadores del Área Natural Protegida es Ricardo Gallardo, quien por un lado aplaude el decreto, firma el convenio de colaboración con la Federación, todo muy bien; pero por otro tiene a Carlos López Medina a un lado, en el Consejo del Potosí de asesores, haciendo planes de cómo van a tumbar el decreto, porque son miles de millones de pesos los que están en juego, ellos no van a ceder. El mensaje ya se los dimos en la Secretaría de Medio Ambiente: el principal obstáculo para que esto se consolide es Ricardo Gallardo, tienen que actuar contra él.

Dice que el decreto presidencial del Área Natural Protegida de diciembre de 2021 se logró gracias a que estaba ahí María Luisa Albores, titular de la Semarnat, con quien mantiene una amistad cercana y a quien considera una aliada en la lucha ambiental. Sin embargo, considera que esa Secretaría estaba absolutamente infiltrada por funcionarios que responden a una lógica contraria al interés público.

“Cuando llega Albores, obviamente tuvimos todo a favor… la conocemos Sonia Deotto —mi pareja— y yo, desde Puebla, del activismo, ella sabe perfectamente qué cosas puede hacer, muy importantes y otras que no puede detener. Sabe perfectamente que es mejor estar ahí, que no estar. Esa parte se la admito, no hay problema, pero ella fue completamente ametrallada desde abajo de Semarnat, estaba rodeada de puro tiburón. Gracias a que estuvimos muy en contacto diciéndole, logramos bloquear a César Sánchez Ibarra, director de Conservación para el Desarrollo de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, que le había dado la carta a los comuneros de San Juan de Guadalupe de que no iban entrar 12 mil hectáreas en el Área Natural, nos engañó una y otra vez, yo tuve pleitos terribles con él y al final logramos que lo cesaran”.

Concluye: “Semarnat fue una Secretaría muy infiltrada por esos poderes durante muchas décadas. Ese es el problema de este gabinete, no es un gabinete en el que todos se identifiquen con un proyecto: está María Luisa Albores, pero también está Miguel Torruco (en la Secretaría de Turismo) con los negocios. No sé por qué hizo eso López Obrador, pero los aliados en el gobierno van siendo cada día menos. Albores fue quien logró el Decreto del Área Natural Protegida, con todo lo que queríamos, gracias a la amistad con Sonia y fue de último minuto porque ya se había movido la maquinaria para sacar un decreto mocho”.

La necesidad de recuperar la lucha gandhiana

En estos años, además de su trabajo como investigador en el Colegio de San Luis, se ha involucrado en otros procesos sociales en el país, en particular en aquellos en defensa del territorio y de los megaproyectos del gobierno de la Cuarta Transformación. Un activismo social mantenido particularmente a través del movimiento pacifista OraWorld Mandala —extensión en México de la Gujarat Vidyapith, la universidad que fundó Mahatma Gandhi—, que dirige Sonia Deotto.

Ciudad de México, marcha por Ayotzinapa, 2016.

A partir de su relación con la India y largas estancias en ese país, en la última década ha impulsado diversos proyectos e iniciativas relacionados con la no violencia, entre ellos el Proyecto para la paz y la no violencia activa en México, el proyecto de investigación Cristianos en Indostán: hegemonía y contrahegemonía en los siglos XV al XVIII; además de ser responsable de la Biblioteca Gandhi desarrollada por el Colsan y la Universidad Gujarat Vidyapith.

Rememora: “Mi encuentro profundo con la India fue producto de mi relación y matrimonio con la artista social italiana Sonia Deotto, quien ha vivido en los últimos 23 años entre India y México como parte de su proyecto de paz global de la no violencia gandhiana. Antes de Sonia, mi conocimiento sobre la India era mínimo y con base en lecturas. Mi encuentro con la India y con la universidad que fundó el Mahatma me permitió conocer de primera mano la realidad de la India, con toda su complejidad y con sus diversos y enormes problemas. También, me permitió estudiar profundamente la figura de Gandhi, no sólo a través de su obra, sino también gracias a mi encuentro con Narayan Desai, quien era el rector de la Gujarat Vidyaìth cuando Sonia Deotto me acercó a él. Narayan vivió 23 años con Gandhi, fue hijo de su secretario particular Mahadev Desai y mantenía un esfuerzo continuo por la paz y la no violencia desde la perspectiva gandhiana”.

En 2011, a través de Sonia Deotto, vino a México Narayan Desai para el ciclo Grandes Maestros de la UNAM y fui ahí donde lo conoció poco antes de iniciar un año sabático para estudiar la historia de la India y la de Gandhi, lo cual considera que ha sido una gran experiencia de vida.

A: Escribiste en La Jornada, a propósito del 150 aniversario del natalicio de Gandhi, que en un escenario de violencia y deterioro social como el que se vive en México, recordar su mensaje representa un ejercicio básico de sobrevivencia. ¿Qué representa para ti la figura de Gandhi y qué lecciones de su lucha encuentras vigentes o aplicables al contexto mexicano?

JCRG: Es difícil saber cuáles de las luchas gandhianas mantienen vigencia o se adaptan a México, sobre todo porque Occidente mantiene una visión muy deformada del Mahatma, incluso muy abstracta. En México lo más urgente es lograr un entendimiento social de la importancia de la no violencia, lo que implica un cambio cultural de enormes dimensiones en un país que mantiene por todos lados referentes de violencia en todo tipo de variantes y manifestaciones.

En el contexto actual, la enseñanza de Gandhi “representa la supervivencia de nuestra sociedad. No es una tarea sencilla, tan sólo hay que ver la manera en que la misma India ha convertido a Gandhi en un simple símbolo y no en una enseñanza permanente”.

Lanzamiento Cátedra Mahatma Gandhi. FIL Guadalajara, 2019.

La tarde avanza, como un torrente su memoria recupera pasajes de otro tiempo y otras luchas en las que ha participado, una ligada a la otra. En todos los frentes — concluye—, hay procesos que es importante visibilizar, no sólo en lo ambiental, sino también en lo político. Al fin de cuentas, un aprendizaje de lucha social acumulado en todos estos años.

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