Jaime Nava
En el ayuntamiento de San Luis Potosí respiran con engañosa tranquilidad desde que el “jefe” –como le dicen a Ricardo Gallardo Juárez- solicitó licencia al cargo de presidente municipal el viernes pasado para registrarse nuevamente como candidato a la alcaldía ante el Consejo Estatal Electoral y de Participación Ciudadana donde ya lo esperaban más de mil personas que, con tal de no perder los “apoyos”, abordaron los autobuses coordinados por miembros de la estructura gallardista.
El acarreo era fundamental para que el cacicazgo emplumado que comparten los Ricardo Gallardo aparentara fortaleza y no se debilitara más. En las últimas semanas la imagen de la gallardía sufrió tres daños irreparables: se supo que Gallardo Cardona no acudió a una audiencia penal donde se conocería una nueva acusación que la Procuraduría General de la República tiene en su contra; Andrés Manuel López Obrador los llamó: “mafiosillos” y al Pollo le quitaron la candidatura al Senado.
No lo han compartido públicamente, pero las aves de mayor jerarquía en el corral ya saben que la fuerza política de la gallardía va en caída libre. Muestra de la poca confianza que tienen en su capital electoral es el hecho de que Ricardo Gallardo Cardona será candidato a diputado federal por el II distrito y, al mismo tiempo, formará parte de la lista de candidatos por la vía plurinominal; dicho de otro modo: temen que el Pollo no consiga los votos que necesita y le quieren garantizar el fuero.
Gallardo Juárez tampoco llega cómodo a la reelección y por eso, antes de irse a vacacionar a Puerto Vallarta, se detuvo para ofrecer una lección de maniqueísmo y manipulación clientelar: “Muchos medios de comunicación, malos medios de comunicación, nos han atacado; muchos buenos medios de comunicación nos han defendido” y, enseguida, prometió incrementar los programas sociales como si quisiera dejar claro que el que cuestiona no come ni cobra.
¿Quiénes son los malos? Quizá aquellos que le recuerdan que dejó el ayuntamiento de San Luis Potosí sin explicar quién es Sandra Sánchez Ruiz y que, a dos años de distancia, ya ni siquiera existe la supuesta farmacia desde la cual su misteriosa proveedora surtió de medicamentos a los trabajadores municipales a cambio de 70 millones de pesos.
O los que dan cuenta de la opacidad con la que han sido manejados los recursos o los que investigan e informan a la ciudadanía cómo se han enriquecido el perredista y su familia desde que sus manos entraron en contacto con el dinero público y que, con documentos, demuestran su extraña y acelerada expansión inmobiliaria.
Y como los temas que los malos medios han publicado podrían ser materia de discusión, antes de registrarse como candidato, Gallardo Juárez, advirtió que no participará en ningún debate porque, según él, la gente ya lo conoce y no tiene por qué hacer propuestas. ¡Vaya! El gallo resultó gallina.
Agujeros
En cuanto comiencen las campañas los partidos políticos mandarán por un agujero la “Declaratoria por la Democracia para el Proceso Electoral 2018” que acaban de firmar junto a el CEEPAC, Juan Manuel Carreras, Congreso del Estado, INE y demás autoridades en materia electoral con la intención de que haya “tranquilidad y civilidad”.
El equipo jurídico de Ricardo Gallardo Cardona busca desesperadamente un agujero legal para evitar que avance el proceso penal en su contra. El recurso de fingirse enfermo ya lo agotaron y la PGR ya no volverá a creer que tiene “influenza” después de haberlo visto completamente sano en el registro de candidatos a diputados y alcaldías del PRD.
El delegado del Instituto Mexicano del Seguro Social, José Sigona Torres, fue removido de su cargo luego de que se hicieran públicos varios agujeros financieros que le generó a la institución con la asignación de contratos millonarios a empresas de sus amigos.