Por Victoriano Martínez
Sin duda, las 32 personas que han recibido la Presea Plan de San Luis han contado con algún mérito que las ha hecho acreedoras a ese reconocimiento. Pero también sin duda en muchos casos las circunstancias en las que se dio la determinación para la entrega de cada una de ellas reflejó más la actitud de quienes estuvieron a cargo.
En la historia de la Presea, desde su creación el 4 de marzo de 1983, el caso 2015 resulta el más emblemático en cuanto a la predisposición del presidente de la Comisión de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología para favorecer a un personaje público con esa distinción: Crisógono Sánchez Lara se aferró a dar la presea a Manuel Fermín Villar Rubio, rector de la UASLP.
Tan desafortunada fue aquella propuesta, pues se vivía la coyuntura del caso Diego, un menor de edad que murió ahogado en un camping de verano organizado por la UASLP, y la insensible reacción de Villar Rubio, además de una denuncia presentada por escrito al Congreso del Estado en pleno proceso de selección para la presea sobre irregularidades en la entrega de estímulos académicos.
Así, de ser propuesto al Pleno de la Legislatura por la Comisión “por su extenso currículo”, Villar Rubio se convirtió en el primer rechazado para recibir la distinción.
Ante aquel extremo en la indefinición de la presea, el 4 de febrero de 2016, la entonces diputada Rebeca Terán presentó una iniciativa en la que afirmó que en la selección de quien debía recibir la presea existían diversos factores que “han impedido al órgano legislativo lograr a su interior los consensos necesarios”.
Agregó que tales circunstancias dificultan “hacer el justo reconocimiento que merecen los Potosinos distinguidos, de ahí que resulte necesaria la revisión del mecanismo que actualmente se sigue para el otorgamiento de la citada presea”.
Propuso entonces la creación de un Comité Ciudadano para definir cada año al ganador de la Presea. No obstante, su iniciativa no prosperó y fue desechada el 13 de julio de 2016. Definir la Presea se mantuvo sujeta a los vaivenes e intereses de los integrantes de la Legislatura en turno, y más específicamente los integrantes de la Comisión de Educación.
Hoy la Presea una vez más exhibe falta de consensos y deja en duda si realmente se busca “hacer el justo reconocimiento” cuando se somete al Pleno un dictamen con la aprobación de sólo tres de los siete integrantes de la Comisión y no se exponen argumentos que justifiquen la determinación o resalten los méritos de Jacobo Payán Latuff para recibirla.
Los diputados Mario Lárraga Delgado, Cándido Ochoa Rojas y Ricardo Villarreal Loo –quienes aprobaron la presea en la Comisión– tendrán que demostrar los méritos que puedan remontar los antecedentes de Payán Latuff, que incluso generaron un importante daño patrimonial a la ciudad y contribuyeron al ecocidio en Cerro de San Pedro.
El 18 de junio de 2004, Alfonso Castillo Machuca, entonces secretario de Gobierno, ordenó la compra de todos los ejemplares de La Jornada San Luis.
El motivo fue tratar de evitar que se conociera la noticia de la visita del propio Castillo Machuca, acompañado por Payán Latuff, al alcalde de Cerro de San Pedro, Oscar Loredo, a quien el hoy propuesto para la Presea Plan de San Luis le ofreció un boleto de lotería “premiado” con todo lo que el munícipe quisiera a cambio de la autorización municipal para la Minera San Xavier.
Como presidente concejal de la capital a finales de 2003, Payán Latuff autorizó al margen de la Ley el fraccionamiento Club de Golf La Loma, aceptó como áreas de donación 38 pedazos de tierra dispersos e inservibles y, cuando fue candidato a alcalde en 2009, presumió en una reunión que dio a ganar al empresario “entre 4 y 5 mil millones de pesos en utilidad”.
Aquel proyecto aprobado ilegalmente en la corta administración de Payán Latuff, señaló Eduardo Martínez Benavente en su columna Contrapesos del 28 de junio de 2015, dañó el patrimonio municipal.
“El menoscabo patrimonial que sufrió el municipio se calcula en más de diez hectáreas de las tierras más cotizadas de la ciudad que bien podrían ayudarle ahora a resolver su grave crisis financiera”, escribió Martínez Benavente.
Del 10 de mayo al 21 de junio de 2009, Martínez Benavente le dedicó su colaboración en periódico Pulso a los antecedentes de Payán Latuff. Son siete textos en los que resume una larga lista de negocios y actuaciones irregulares como funcionario público en la Secretaría de Desarrollo Económico con Leopoldino Ortíz Santos y en su paso como presidente concejal de la capital.
Aquel trabajo sólo fue una muestra de la trayectoria que volvía un riesgo para la ciudad que Payán Latuff ganara la elección municipal. La serie ofrece detallar “otras irregularidades de la cuenta pública del ex presidente concejal, así como otros negocios en los que se ha visto favorecido gracias a sus relaciones con la gente del poder” si Payán Latuff ganara la elección.
No ganó la alcaldía. Pero hoy aquellos antecedentes enumerados, y los que quedaron pendientes, no dejan de ser parte de la trayectoria que Lárraga Delgado, Ochoa Rojas y Villarreal Loo quieren premiar con la Presea al Mérito Plan de San Luis.