Los muertos que no se cuentan en los informes de gobierno (ni en los municipales ni en el estatal)

Por Antonio González Vázquez

Dos años de gobierno, dos años de muerte; dos años sumando muertos. Contando cadáveres. La muerte tiene muchos rostros. Algunos eran tipos duros y otros apenas niños con el bozo naciendo en las mejillas. Dos años de gobierno. Dos años de administración de Juan Manuel Carreras y Astrolabio Diario Digital ha contado algunas historias breves de cada ejecutado. No nos agrada hacerlo, pero hay que decirlo, en el periodismo se dicen las cosas, no se callan. Temporada de sangre y atrocidades oscuras por necesidad: desmembrados, decapitados, maniatados, amordazados. Los cuerpos sangrantes, vidas que se van en un suspiro, en el instante que cruza el aire una bala. Aquí la crónica del mes vigésimo cuarto. Feliz aniversario.

José Miguel López fue policía durante 19 años hasta que lo mataron. A las tres de la tarde del 26 de agosto, el agente de la Dirección de Seguridad Pública del municipio de Soledad de Graciano Sánchez fue acribillado frente a su domicilio en la calle de Jilguero en Hogares Populares Pavón. Andaba de descanso cuando un par de sujetos descendieron de un taxi y al verlo, le dispararon en reiteradas ocasiones. Junto al cuerpo abatido, los agresores dejaron una cartulina en la que el Cartel del Noreste se atribuye la ejecución: continúa la labor de limpieza, decía el mensaje del grupo criminal.

Al filo de la medianoche del 29 de agosto hombres armados que viajaban en dos vehículos decidieron matar, así que se dieron un paseo por calles de las colonias Los Pinos y Pedroza. Por alguna razón que no logró desentrañar la policía, con armas largas dispararon contra jóvenes en grupo que veían en las esquinas: Así acribillaron a dos en la confluencia entre las calles Ciprés y Cedros en la colonia Los Pinos y luego, en la intersección de las calles Clavel y Gladiola le dispararon a otro grupo hiriendo a dos y asesinando a uno. Paradójicamente, los ataques tienen en común nombres relacionados con árboles y flores,  típicos de los cementerios y las tumbas.

El 29 de agosto, entre matorrales y cactos fue abandonado el cuerpo de un hombre ejecutado. Boca abajo, maniatado de pies y manos, amordazado, presentaba disparos de arma de fuego en la cabeza. Pobladores de la comunidad de Illescas del municipio de Santo Domingo descubrieron el cuerpo en el camino que comunica con la comunidad de Villa de Coss, perteneciente a Zacatecas.

Muy temprano, en un sendero de la comunidad de La Palma, municipio de Matehuala, unos jornaleros que pasaban por el lugar se encontraron con el cuerpo abandonado de un hombre. Estaba sobre una enorme mancha de sangre seca, avisaron a la policía que estimó que el sujeto de unos 30 años de edad había sido ultimado de siete tiros en la cabeza y el cuerpo durante la madrugada del 31 de agosto. El ejecutado se llamaba Francisco.

Por la mañana del 1 de septiembre, en un terraplén de la carretera de cuota La Pila-Villa de Reyes, fue localizado el cuerpo de una mujer ejecutada. Entre las piedras y yerbajos, se veía el cadáver tras haber sido lanzado desde un vehículo en esa carretera a la altura de la comunidad de Calderón. La mujer de aspecto juvenil vestía pantalón de mezclilla de color azul, blusa blanca, no llevaba zapatos y tenía agarrado el cabello con una liga de color rosa; estaba maniatada de pies y manos. Su cuerpo quedó con la cara al suelo, entre los guijarros y la grava.

A las 8 de la mañana del 2 de septiembre, la Policía recibió el reporte de que en una calle de la colonia Julián Carrillo estaba un cuerpo herido y sangrante. Elementos de la Ministerial y de Seguridad Pública atendieron la denuncia y en la calle Carlos Diez Gutiérrez ya no estaba el cuerpo, solo había una extensa mancha de sangre aún caliente y un pequeño rastro de gotitas rojas. Familiares del Sammy, que así le decían a la víctima, ya lo habían levantado para llevarlo al hospital, pero de nada sirvió porque llegó muerto. Lo habían abatido de tres disparos, uno en la cara.

Iba ya para las once de la noche del 2 de septiembre cuando un vehículo con hombres armados ingresó a la calle Arquitos en la colonia General I. Martínez. En la esquina con Nevado de Toluca, los presuntos asesinos observaron a unos jóvenes y de inmediato los atacaron con armas de grueso calibre, algunos lograron huir, pero cuatro murieron, uno de ellos cuando era trasladado a un hospital; entre las víctimas, una mujer y un menor de edad. Junto a los cuerpos, los agresores dejaron una cartulina con un mensaje alusivo a un grupo de crimen organizado que reporta “en la limpia de pandilleros, ratas y crackeras.”

En un solitario camino entre los municipios de Villa de Ramos y Santo Domingo, en los límites con el estado de Zacatecas, había una camioneta abandonada entre los matorrales y en su caja, estaban los cuerpos de dos hombres ejecutados; ambos con el rostro cubierto con prendas de vestir y maniatados. Tendidos en la parte trasera de la Pick Up negra, los cuerpos presentaban heridas de arma de fuego y estaban boca abajo. A los pies de uno de ellos quedó un sombrero y un poco más allá una botella vacía de caguama. La doble ejecución fue el día 4 de septiembre.

Durante los primeros minutos del 10 de septiembre, fueron descubiertas dos cabezas humanas en la parte posterior de una camioneta que alguien dejó abandonada apenas a unos metros de las oficinas centrales de la Policía Ministerial del Estado en la capital potosina. A la 01:15 am se recibió reporte de que en la calle de Insurgentes había dos bultos sospechosos. Elementos de la Policía Ministerial se presentaron inmediatamente dado que a unos metros está su comandancia estatal. En la caja de una camioneta pick up de color rojo encontraron dos bolsas que contenían las cabezas de dos hombres; dos horas después, los cuerpos decapitados fueron localizados en la colonia Ricardo Gallardo Cardona del municipio de Soledad de Graciano Sánchez. Junto a las cabezas la policía levantó una cartulina en la que un grupo del crimen organizado se adjudicó las ejecuciones.

Guillermo Medina tenía 37 años y trabajaba como custodio de la cárcel distrital de Ciudad Valles. El día 10 de septiembre, salió muy de mañana de su casa en la colonia Juan Sarabia. Iba a la parada del autobús cuando sujetos armados le cerraron el paso y lo abatieron de cinco disparos de arma larga. El cuerpo desplomado quedó en una acera polvorienta junto a unos matorrales; de los criminales la policía no supo nada.

En la capital potosina en cualquier momento y por cualquier razón se puede asesinar con brutalidad. Tal fue el caso de lo ocurrido el 10 de septiembre a eso de las seis de la mañana cuando un joven iba por su auto en la colonia Industrial Aviación y se dio cuenta de que le acababan de robar el estéreo. Como si tuviera idea de quién o quiénes habían sido, emprendió camino al andador Xolotl se encontró con los autores del robo quienes enseguida lo atacaron y mataron a puro viaje limpio de puñales y navaja.

La Procuraduría General de Justicia reportó el hallazgo del cuerpo de un hombre ejecutado en la colonia Prados de San Vicente al poniente de la capital potosina. El reporte fue recibido a las dos de la mañana del 13 de septiembre. Elementos de la Policía Ministerial encontraron el cuerpo maniatado y semioculto en una bola negra de hule que solo le cubría hasta la cintura, además de que presentaba múltiples huellas de haber sido torturado. En el lugar estaba además en un pliego de papel, el mensaje de un grupo de la delincuencia organizada.

El 17 de septiembre, la Procuraduría General de Justicia reportó el hallazgo de un vehículo que fue incendiado y en cuyo interior fue ubicado un hombre que fue asesinado a balazos; cerca de la unidad siniestrada fue localizada una cartulina con un mensaje de un grupo del crimen organizado. En la madrugada, en la carrera 57 México-Querétaro a la altura de la zona hotelera de la capital potosina, en la lateral izquierda estaba un automóvil tipo Tsuru de color blanco con sus interiores quemados y en el asiento delantero del lado del operador, el cuerpo de un hombre no identificado, mismo que presentaba heridas de disparo de arma de fuego, según dio a conocer el Ministerio Público.

En la comunidad de la Morena a las 18:00 horas del 18 de septiembre fue localizado el cuerpo de un hombre que había sido torturado, muerto a golpes y con tiro de gracia en la cabeza. Estaba tirado boca abajo entre las piedras en un solar de la comunidad de La Morena, municipio de Zaragoza.

A los pies de un enorme promontorio de piedras y tierra, una mujer fue asesinada y junto a ella, un hombre; los dos, de cara a la tierra, vencidos, abatidos con disparos de arma de fuego en la cabeza. Eran las 19:00 horas del 18 de septiembre, comunidad El Xoconostle, municipios de Zaragoza. Los cuerpos fueron arrojados en ese lugar deshabitado, sus rostros pegados a las yerbas y las zapatillas de tacón de aguja de ella sobre las pantorrillas de su compañero. Inmóviles, desamparados, masacrados y luego tirados a cielo abierto.

Daban las cuatro de la mañana del domingo 18 de septiembre cuando Miguel Ángel de 23 años de edad fue asesinado. Estaba con unos cuates en una cervecería de la colonia Julián Carrillo, extendían la noche de juerga cuando por el lugar, en la calle de Bernardo Reyes cruzó un vehículo de color negro y sin placas. Desde ahí empezaron a disparar contra el grupo de bebedores y ahí fue donde mataron a Miguel Ángel, mientras que tres más resultaron heridos.

En la peligrosísima colonia Los Arbolitos, ubicada en la zona metropolitana de San Luis Potosí y Soledad de Graciano Sánchez, la madrugada del 20 de septiembre, integrantes de dos pandillas se enfrentaron en una riña de grandes proporciones. Junto a los condominios que el ayuntamiento ha pintado de amarillo con su programa Pintando sin Broncas, quedó el cuerpo de un adolescente de 17 años de edad; otro de sus compañeros, murió en un hospital. El saldo fue de dos muertos y cuatro heridos…y ningún detenido.

A las 04:30 horas en un trecho de promontorios de tierra y hierbas en la colonia lomas de la Virgen, entre la capital y Soledad de Graciano Sánchez quedó derrumbado el cuerpo de un hombre. Lo habían ejecutado durante las primeras horas del 22 de septiembre, lo mataron a golpes y luego le destrozaron la cabeza.

Habían dado ya las 13:00 horas del soleado día 22 de septiembre cuando un hombre descendió de una motocicleta de alto cilindraje y mucho lujo, ingresó a la peluquería, tomó la silla del barbero y pidió un corte de cabello, se acomodó mientras el peluquero hacía su trabajo. De pronto, de un auto gris tipo Toyota, bajó un hombre armado, entró a la peluquería y al ver a su víctima le dijo: así te quería agarrar y, enseguida le disparó directamente en la cabeza. El cuerpo quedó inmóvil y escurriendo sangre encima del sillón donde no le terminaron su último corte de cabello.

Apenas tenía un par de días que había salido de la cárcel a donde fue a dar por delitos contra la salud. Solo tenía 20 años, pero ya distribuía drogas en colonias del municipio de Ciudad Valles. Se llamaba Alan y lo ejecutaron por la mañana del 23 de septiembre en un sendero de la colonia Lomas del Real. Su cuerpo con disparos de arma de fuego en la cara y tórax, fue arrumbado entre la maleza del lugar.

Como a las 9 de la noche del 23 de septiembre, Juan  Carlos, de 28 años de edad cenaba unos tacos en la calle Monte Bello en la delegación municipal de Villa de Pozos. Comía tranquilamente cuando desde una camioneta Suburban de color negro descendió un sujeto que caminó directamente a su víctima. Juan Carlos no se percató de eso hasta el momento en que recibió dos tiros a quemarropa en la cabeza. El cuerpo quedo tieso en la silla de plástico en donde se estaba cenando unos tacos.

Amanecía en el violento municipio de Soledad de Graciano Sánchez y un hombre fue ejecutado. Su cuerpo torturado y con heridas de arma de fuego fue localizado en un solar abandonado de la calle Saturnino Cedillo. Aproximadamente a las dos de la mañana del 23 de septiembre, la policía estatal recibió reporte de que alguien había encontrado los restos de un hombre por el rumbo del Periférico Norte. En efecto, localizaron el cadáver de un hombre de unos 26 años de edad que no pudo ser identificado. Estaba envuelto en una cobija.

Con la luz del día, quedó a la vista la mitad del cuerpo de un hombre. El lunes 25 de septiembre, en  el sendero que corre al lado de la carretera San Luis-Guadalajara, a la altura de la comunidad de El Tepetate, unos campesinos que pasaban por el lugar tuvieron el espeluznante encuentro con los restos de un ser humano. Dos piernas y la cintura, junto a un charco, cerca de los nopales de una cerca. La policía fue avisada de inmediato. El agente del Ministerio Público reportó que por más que se buscó, no fue posible localizar el resto del cuerpo de quien pasó a ser un ejecutado más no identificado.

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