Los sótanos del poder: Castración química, castigo para violadores y pederastas

Una sociedad agraviada lo exige / Otros rechazan la iniciativa / ¿Se violarían derechos humanos? / ¿Cómo se realiza una castración química? / Consecuencias físicas y psicológicas / Países en los que ya es legal / A consulta su aprobación, el debate es necesario.

Ángel Castillo Torres

Castrar, capar, mutilar, destruir de manera permanente la capacidad de utilizar el pene. Eso es lo que está por debatirse en el Congreso del estado. La iniciativa es muy polémica pero una parte de la sociedad está harta de que no se castigue con dureza a los violadores y pederastas. Muchos ciudadanos están convencidos de que sólo con correctivos extremos es posible inhibir estos actos de bestialidad que arruinan la vida de miles de personas y familias.

La castración química es un tratamiento a base de medicamentos que provoca una baja en la producción de testosterona en el hombre reduciendo su deseo sexual casi a cero. Los fármacos que se utilizan se aplican de distinta manera, con pastillas diarias o con inyecciones periódicas. Los medicamentos más utilizados son anti andrógenos tales como la medroxiprogesterona, ciproterona y sus análogos, triptorelina, leuprorelina y goserelina. Sin embargo médicos y psicólogos aseguran que la castración química no ataca la raíz del problema, es decir, no cura las causas psicológicas profundas que originan la patología de un violador. Aplicar medicamentos a un depravado solo soluciona parte de la enfermedad porque al lujurioso no se le somete a un tratamiento psicológico que lo ayude a manejar sus instintos de agresividad y su obsesión por ejercer poder y sometimiento sobre sus víctimas, que es precisamente lo que le produce placer cuando realiza el abuso. Si no hay un tratamiento psicológico la perversión se expresará de otras maneras, pero no se solucionara el problema de fondo. Ahora bien, la aplicación de medicamentos para castrar químicamente provoca efectos secundarios. La inhibición de testosterona puede, en ciertas personas, aumentar la grasa corporal y reducir la densidad de los huesos, con riesgo de osteoporosis. También puede provocar la pérdida del vello corporal y desencadenar desordenes psicológicos. Por otro lado, autorizar la castración química en San Luis Potosí violaría derechos humanos protegidos por la Constitución General de la República. Si el Congreso del estado la llegase a autorizar podría enfrentar medios de defensa como una ACCIÓN DE INCONSTITUCIONALIDAD que se promoverían ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación por parte de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos y desde luego por diversas organizaciones no gubernamentales defensoras de los derechos humanos. Cualquier abogado (a) que se oponga a esta iniciativa puede argumentar que por el momento los códigos penales solo incluyen las siguientes penas: prisión, reclusión, inhabilitación y multa. En ningún apartado de los códigos penales se incluyen tratamientos quirúrgicos o farmacológicos a los condenados por delitos. Además, la Constitución General de la República rechaza toda modalidad de tormentos y azotes, estableciendo que las cárceles no tienen como fin el castigo sino la resocialización de los delincuentes. Así que intentar someter a castración química a violadores y pederastas implicaría obligatoriamente modificar leyes penales y la propia Constitución vigente. Esto es casi imposible de conseguir porque como país tenemos tratados internacionales que nos comprometen a respetar los Derechos Humanos.

Como puede observarse el tema es polémico y su posible autorización insegura. Sin embargo y abonando a favor de los legisladores que están promoviendo esta iniciativa hay que decir que la castración química se aplica en los siguientes países: Dinamarca, Suecia, Polonia y en los Estados Unidos en Alabama, California, Florida, Georgia, Texas, Luisiana y Montana, también en la Argentina, en la provincia de Mendoza.

Siendo tan controvertido el tema sería muy prudente que los diputados y diputadas locales realicen reuniones de consulta con expertos en la materia, revisen también qué resultados ha dado la aplicación de la castración química en los países que ya la practican y a nivel local proceder a una consulta pública. Los legisladores no deben precipitarse para votar en el Pleno esta ley tan espinosa, tienen tiempo para preguntar a la sociedad si está de acuerdo o no con la instauración de un castigo como este.

Caras y caretas. Derivaciones sobre el mismo tema. Complejo de castración, lo que dice el psicoanálisis.

“El complejo de castración es un concepto perteneciente al psicoanálisis y refiere a una estructura que irrumpe en  el  psiquismo humano a edad temprana, en íntima relación con el complejo de Edipo (tres a cinco años aproximadamente). Básicamente se trata en el varón del miedo a la pérdida del falo (El pene como símbolo de poder y superioridad). El concepto fue descrito por Sigmund Freud por primera vez en 1908 en el texto Sobre las teorías sexuales infantiles, aunque había sido previamente referido ambiguamente en 1900 en La interpretación de los sueños.

Tanto en la mujer como en el varón se establece la premisa fálica que supone que todas y todos poseen falo. Pero la diferencia anatómica entre los sexos es una realidad objetiva y contradice constantemente este supuesto. Sin embargo las racionalizaciones de los niños les hacen creer que la diferencia se debe a que “es más pequeño y no se ve” o “ya crecerá”.

En el caso del niño varón, la amenaza de castración que el padre hace muchas veces (“si te lo sigues tocando te lo voy a cortar”) pende sobre él; esto lleva a la comparación y vista de los genitales femeninos y ocurre que la amenaza es resignificada por esta visualización de lo que no tienen las niñas; viene entonces el temor de la pérdida de los propios genitales. Este temor objetivado implica para el varón la salida del complejo de Edipo y un menosprecio hacia la mujer que perdurará en su imaginario por considerar que ella está castrada.

Para la mujer, en cambio, el complejo de castración marca el ingreso al Edipo. Se sabe ahora castrada y el tiempo le ha develado que no tiene falo y que nunca le crecerá.

La articulación con el complejo de Edipo es clave en ambos casos y la posición tomada por el sujeto ante el complejo de castración tendrá gran influencia en la vida psíquica futura, además de estar íntimamente relacionado con el fenómeno de la angustia”.

Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Astrolabio.

Es psicólogo y maestro en Ciencias de la Educación. Fue delegado de Villa de Pozos en 2022 y subsecretario de Gobierno de 2016 a 2017. Presidió el Comité Directivo Estatal del Partido Revolucionario Institucional en 2013. También fue director general del Sistema de Financiamiento para el Desarrollo del Estado. Ocupó los cargos de regidor en la capital potosina (2007) y de diputado local de la LVI Legislatura (2000). Impartió clases en la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí.

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