Antonio González Vázquez
De hoy en un mes, la LXI legislatura estará bajando sus cortinas para que inicie la que será la LXII Legislatura del Congreso del Estado. Los diputados que se van no solo dejarán una estela de escándalos y excesos sino también un abultado archivo de iniciativas pendientes de dictaminar.
La legislatura dejará en el cajón de los olvidos, 674 iniciativas de ley. Por razones tan inexplicables como desconocidas, los diputados al final habrán aprobado menos iniciativas que las que dejaron sin revisar.
De acuerdo con la Gaceta Parlamentaria actualizada a la más reciente sesión extraordinaria del pasado viernes, desde el inicio de la legislatura y hasta el momento, se presentaron mil 503 iniciativas.
La estadística oficial señala como procedentes, es decir, aprobadas, solamente 607 y 674 pendientes.
Además, 173 iniciativas fueron clasificadas como improcedentes, sin materia o atendidas, mientras que 43 tienen caducidad declarada; cinco están dictaminadas y 11 dadas de baja.
La iniciativa de ley más atrasada según la información de la Gaceta Parlamentaria data del 17 de marzo de 2016 y se trata de una iniciativa de reformas a la Ley de Salud del Estado.
También en el tema los juicios de responsabilidad administrativas el rezago es significativo puesto que de 64 que se presentaron desde el inicio de la legislatura, 60 se quedarán con estatus de pendientes.
De ésta legislatura que ya se va, de aquellos más veces hicieron uso de la tribuna (no necesariamente para debatir o para decir algo más o menos inteligente), destaca Oscar Vera con 540 intervenciones.
Dado que en tres años el pleno realizó 111 sesiones ordinarias entonces Vera subió a tribuna en promedio cinco ocasiones por cada sesión. Le siguió José Luis Romero Calzada con 478 intervenciones en tribuna.
Lo más significativo de esta legislatura que en un mes termina su ejercicio legal no se puede encontrar en las estadísticas que se publican en la Gaceta Parlamentaria, pues el tema por el que serán recordados los diputados es el de la Ecuación Corrupta en cuyo caso han corrido tantos ríos de tinta como de impunidad.
Solo les restan un par de sesiones, la del Informe trianual de actividades legislativas y la de clausura. Se cree que cada que termina su mandato alguna legislatura ésta es la peor de la historia, pero eso nunca se tiene como cierto hasta que entra la nueva.