Por Victoriano Martínez
Hoy los diputados cobrarán su segunda quincena. Su primer mes de sueldo sobre el que ya dejaron claro su avaricioso concepto de lo que representan para ellos las medidas de austeridad: sólo se lo reducirán en un 10 por ciento.
Un sacrificio muy alto, dirán ellos, quienes este jueves aprobaron su presupuesto para 2022 con una dolorosa, para ellos, reducción de un 2.75 por ciento en comparación con el de este año que, tan dolorosa les resulta, lo presumen como un gran sacrificio a favor de controlar el dispendio.
Al diputado José Luis Fernández Martínez poco le faltó para que se pronunciara desde ya por que a esta LXIII Legislatura se le reconozca como la Legislatura de la Austeridad y los nombres de sus 27 integrantes se coloquen en una placa dorada (si es de oro mucho mejor) en el vestíbulo del Congreso del Estado, Plaza de Armas.
Fernández Martínez expuso que el sacrificio presupuestal se debe a las medidas de austeridad aplicadas, entre las que destacó la heroica reducción de la dieta y prestaciones de los diputados, así como al presupuesto para la contratación de personal con carácter de eventual.
Una reducción que tiene un cierto tufillo a la maniobra aquella que impulso Eugenio Govea Arcos durante la pasada Legislatura, cuando redujeron su sueldo a 104 mil 500 pesos, con la que recuperaron lo perdido con un incremento de 20 mil pesos en el apoyo que recibían para asesores, a quienes les ordeñaban sus salarios.
El aroma que iguala la medida con la goveísta aparece en el rubro de “Otras prestaciones sociales y económicas” que en el tabulador salarial de este año aparecen en cero, en tanto que para el próximo año presupuestaron 10 millones 134 mil 478 pesos que, repartidos entre los 27, les toca de a 375 mil 351.03 pesos más a su dieta.
Con ese solo concepto, la reducción del 10 por ciento sobre los 104 mil 500 pesos actuales no sólo queda anulada, sino que se convierte en un aumento del 19.93 por ciento… y sin involucrar a asesores ni la necesidad de ordeñarles sus salarios.
Hoy que cobran su segunda quincena, los diputados ya han exhibido el nivel de aprecio –y apego– que les ha despertado un ingreso tan elevado al grado de simular austeridad y prometer medidas adicionales.
Para quienes repiten en el cargo y quienes provienen del Congreso de la Unión, ya acostumbrados a ese nivel de ingresos en los últimos tres años, todo es repetir el mismo juego de la simulación con tal de no perder.
En el extremo de la simulación, Fernández Martínez asegura que los grandes ahorros en el presupuesto 2022 coadyuvarán a generar ahorros económicos para que se vean traducidos en obras y proyectos para los potosinos. Una demagogia ya característica del novel sexenio.
A los diputados de la LXII Legislatura les tocó lidiar con una iniciativa de Ley de Austeridad, propuesta por un grupo de jóvenes, y llegaron al extremo de generar la expectativa de su aprobación luego de que en dos ocasiones se dictaminó de manera positiva en comisiones, pero al llegar al Pleno, se retiró del orden del día en cada ocasión.
La ruta de simulación que hoy anuncian los actuales diputados exhibe su afán de evadir la iniciativa que dejaron pendiente sus antecesores en un claro rechazo a una propuesta ciudadana que atenta contra los grandes beneficios de la burocracia, especialmente la más alta, entre la que se encuentran ellos como diputados.
Fernández Martínez informó que el grupo parlamentario del PAN hará su propia iniciativa de austeridad y, si coincide con la hecha a través de la Junta de Coordinación Política, se sumarán.
Se asumen como los adalides de la austeridad, cuando la iniciativa que pretenden ignorar ya estableció diez parámetros que, cualquier medida que propongan que no alcance ese nivel de control a los exceso (como su ridícula reducción del 10 por ciento en su sueldo), sólo exhibirá el poco compromiso que tienen para evitar el derroche del erario.