Por Marcela Del Muro
“Con todo y que luché contra el sistema, a pesar de que el camino fue largo, muy difícil, logramos llegar a la justicia”, comenta Jazmín Rodríguez, después de que se le impusieran 70 años de prisión a Marco Antonio Tellez Bravo, feminicida de su hija Fernanda Morán, el 28 de junio de 2023.
Marco Antonio recibió 50 años de prisión por el feminicidio, pena máxima en San Luis Potosí por este delito, y 20 por la desaparición de la joven de 21 años.
“Verónica (Sánchez Urrutia, titular de la Fiscalía Especializada en Feminicidio) comentó que es la pena más alta por feminicidio que se ha logrado”, señala la señora Jazmín.
La lucha de la madre ha sido un camino largo y difícil por la poca empatía, las omisiones y la falta de capacidad de las autoridades desde que Fer fue desaparecida, el 7 de septiembre de 2020, en la capital del estado.
La lucha de Jazmín por dar justicia a su hija Fer
Quince minutos antes de las nueve de la noche de aquel lunes 7 de septiembre, Fer pidió permiso de salir media hora. A las 11 de la noche recibió una llamada de su hija, Jazmín recuerda que estaba enojada por el retraso, contestó y escuchó “me quieren llevar, mamá, ayúdame”.
“Le dije a mi hija que no abriera la puerta. Compartí mi ubicación con ella y le dejé indicaciones por si pasaba el tiempo y yo no regresaba. Me fui a buscar a Fer, todo estaba solo. Yo le seguía marcando y sí entraba la llamada. Le mandaba mensajes con caritas enojadas y le pedía que me contestara. A las 11.34 de la noche me apagaron el celular”, recuerda la madre.
A las primeras horas de la mañana del 8 de septiembre, Jazmin fue a poner la denuncia por desaparición a la Fiscalía General del Estado (FGE); la primera respuesta que recibió fue que “seguramente, Fer se había ido con el novio o de fiesta y pronto regresaría”.
A los 20 días de la desaparición y aún sin tener rastro de Fer, la familia convocó a una marcha para exigir la localización de la joven. El 8 de octubre de 2020 se detuvo al exnovio de Fer. Jazmín denunció que habían detenido a un “chivo expiatorio” y dijo que el actuar de la Fiscalía Especializada en Derechos Humanos, parte de FGE, había sido apresurado.
Para la mamá de Fer había una persona más sospechosa: Marco Antonio, quien llevaba algunas semanas saliendo con su hija. Jazmin lo señaló desde sus primeras declaraciones; la Fiscalía, incluso, cateó la casa del joven sin encontrar alguna prueba que lo incriminara.
El 29 de marzo de 2021, pasados los seis meses de desaparición, un albañil encontró el cuerpo de la joven de 21 años enterrado en el patio de la familia de Marco Antonio, la misma vivienda que fue cateada meses antes por las autoridades. Tras el hallazgo, liberaron al exnovio de Fer y fue detenido Marco Antonio.
Después se judicializó el caso, y comenzó un proceso muy desgastante para la señora Jazmin y su familia, quienes denunciaron que la audiencia intermedia y el juicio oral por el feminicidio se difirió en varias ocasiones; la familia esperó durante 18 meses.
Sumado a la continua revictimización, a Jazmín le tocó que en los Juzgados se implementara un ejercicio que facilita que una jueza o juez realice más audiencias en un día y, de esta forma, agilizar los procesos, llamado audiencias combo.
“Lo que pasó con Jazmín es que la meten a una audiencia combo y, el que toca antes que el de Fer es una violación. Entonces, yo lo veo como revictimización porque se tiene que chutar delitos externos al de su hija y, después, se entera que su audiencia no se va a llevar a cabo. Pues claro que tiene un impacto en su proceso legal y emocional, no se está entendiendo cómo se manejan los derechos humanos de las personas víctimas”, señala la abogada Zamira Silva, quien ha acompañado a la familia de Fer Morán.
La madre denunció que las autoridades protegieron más los derechos humanos del presunto feminicida que los de ella, su hija y su familia.
Sin embargo, desde el arranque del juicio oral, el pasado 22 de mayo, hubo una mejoría en el proceso: el juez asignado se mostró empático con el caso y con la lucha de la señora Jazmin, la actitud de ministerio público mejoró y se centró en darle justicia a Fernanda y su familia.
Tras un mes de declaraciones, el 21 de junio se dictó sentencia condenatoria para Marco Antonio Tellez Bravo, por los delitos de desaparición forzada entre particulares, inhumación y el feminicidio de Fer Morán. Y a la semana, el 28 de junio, se le condenó a setenta años de prisión.
“La pena impuesta refleja la cero tolerancia del Estado para con los feminicidas”, declaró Sanchez Urrutia, titular de la Fiscalía Especializada en Feminicidios.
No obstante, para Jazmín esta sentencia fue gracias a su resistencia y lucha, y al acompañamiento que ha tenido de personas como Zamira Silva y la colectiva de familias con hijas víctimas de feminicidio Por ellas, por nosotras y por todas.
“Nada me regresará a mi hija, pero estoy tranquila porque el feminicida no podrá hacerle daño a ninguna mujer más. Siento que, por fin, Fer pudo volar alto. Ya está tranquila, porque logramos darle justicia”, finaliza la madre.