Leticia Vaca
“Siempre Silvia, Silvia, Silvia, y quién me entiende, dime Vega, quemaron vivo a mi hijo Vega y tú me dices ‘Silvia (…)’ cómo voy a conciliar”, gritó madre de Alan Francisco, joven asesinado en marzo de 2019, al titular de la Comisión Ejecutiva Estatal de Atención a Víctimas (CEEAV).
Silvia Castillo se manifestó en la entrada de la sede del Congreso del Estado Jardín Hidalgo, donde pedía ser atendida por diputados, sin embargo llegó personal de la CEEAV y después su titular, Jorge Vega Arroyo, quien intentó dialogar con la quejosa y aseguró que ya gestionaba una reunión con legisladores; además, se comprometió a llevar un médico para que revisara a Silvia, pero después de casi una hora seguía sin ser atendida.
“Que sepan las madres que aquí una madre no es escuchada, que sepan que tengo un año y medio de que mataron y quemaron a mi hijo, que yo no lo supero y que ya estoy muerta en vida y aquí me voy a quedar”, advirtió Silvia luego de atarse a una de las rejas que resguardan el recinto legislativo.
Silvia compartió ante medios de comunicación que su hijo salió con unos vecinos el 23 de marzo de 2019, pero nunca regresó; dos días después el cadáver de su hijo fue encontrado calcinado. “Los tres vecinos aparecen y dicen que fue la delincuencia organizada (…) nunca les hicieron pruebas periciales porque tienen dinero, pagan las autoridades omisas(…) ellos (las autoridades) hicieron que yo creciera como víctima, mi lucha no va a parar. Cuánto me ha costado, soy diabética, soy hipertensa. (…) Ya no quiero mesas de diálogo, quiero que los asesinos de mi hijo paguen… mi hijo no andaba en malos pasos”.
Por último, dijo radicar en la Ciudad de México y haber participado en la toma de Comisión Nacional de Derechos Humanos, pero cuando se enteró de que Teresa Carrizales se encontraba en manifestación en el Congreso del Estado, decidió también acudir a pedir ser atendida por diputados.
