Por Victoriano Martínez
La agrupación Cambio de Ruta ha sido constante en el señalamiento de la crisis que se vive en la ciudad por la mala calidad del aire que se respira y la omisión por parte de las autoridades para cumplir con su medición y un sistema de alerta a la población para que tome las medidas necesarias para evitar riesgos en la salud.
Durante 29 meses el tema ha sido entre evadido e ignorado por las autoridades estatales y municipales, por lo que llama la atención que a 111 días de las elecciones de este año realicen manifestaciones al respecto.
“Estamos bien en tema del aire (…) en el mes de enero y ahorita hemos estado respirando aire totalmente sano”, aseguró el gobernador Ricardo Gallardo Cardona.
“Ya están aquí las estaciones, solo las estamos calibrando con los técnicos, los especialistas, que cumplan con la norma y todos los lineamientos para no equivocarnos y tampoco generar una mala información. Se trata de un sistema muy sofisticado y que estará yo creo que quizás en un mes”, afirmó el alcalde Enrique Galindo Ceballos al anunciar la instalación de tres estaciones de monitoreo.
Ninguno de los dos muestra que tomen el tema en serio y resulta obvio que se trata de posturas que pretenden lograr el reconocimiento público como quienes se preocupan por la salud de la población con miras a que, de alguna manera, se traduzca en votos para su causa.
Los propios datos de la Secretaría de Ecología y Gestión Ambiental (SEGAM), aunque muy incompletos, desmienten la afirmación de que “hemos estado respirando aire totalmente sano”.
En la ciudad hay cuatro estaciones de monitoreo del aire (Biblioteca, DIF, Escuela Primera de Mayo e IPAC). Entre el 1 de enero y el 11 de febrero debieron monitorear mil ocho horas cada una, es decir, un acumulado de 4 mil 32 horas.
No obstante, sólo monitorearon mil 693, es decir, se conoció la calidad del aire sólo en el 42 por ciento del tiempo. En sentido opuesto, en el 58 por ciento del tiempo no se conoció la calidad del aire.
En la Estación Biblioteca, ubicada en la colonia Industrial Aviación, no se conoció la calidad del aire durante 201 horas, que representan el 19.94 por ciento del tiempo total que debió monitorearse.
En la Estación DIF, en Xicoténcatl y Avenida de las Artes, se dejó sin monitorear el 47.61 por ciento (481 horas).
En la Estación IPAC, ubicada en la zona de Tequis, no se monitorearon 649 horas que representan el 64.38 por ciento.
La Estación Escuela Primera de Mayo, ubicada en Soledad de Graciano Sánchez, no ha reportado un solo dato en todo lo que va del año.
En los hechos, el sistema de monitoreo de la SEGAM cuenta sólo con tres estaciones que trabajan de manera esporádica.
No se puede afirmar que se respira un aire totalmente sano cuando no hay datos precisos que lo confirmen y, en cambio, las imágenes que diariamente circula Cambio de Ruta en redes sociales muestras la capa de contaminación que cada mañana cubre la ciudad.
Si la SEGAM resulta omisa al no contar con un buen sistema de monitoreo ni un esquema de alerta hacia la población, que el Ayuntamiento anuncia la instalación de tres estaciones de monitoreo itinerantes tiene más de desplante protagónico que de una genuina preocupación por el aire que se respira en la ciudad.
Estudios realizados por el Laboratorio Universitario de Contaminación del Aire y Cambio Climático de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP) hablan de la necesidad de seis estaciones de monitoreo en ubicaciones estratégicas dentro de la mancha urbana. Hacerlas itinerantes difícilmente cumplirían con su objetivo.
Si durante 29 meses las actuales autoridades no le han dado la importancia que requiere el tema, que al cuarto para las elecciones se manifiesten de esa manera sólo presagia que el tema seguirá en el descuido y, con ello, una verdadera protección contra los riesgos que una mala calidad del aire representa para la salud de la población.