Por Victoriano Martínez
La tendencia en los resultados de la elección de gobernador da una ligera ventaja a Ricardo Gallardo Cardona que estadísticamente no puede ser considerada irreversible, por mucho que cada día se sumen actores de la vida pública que traten de hacerlo ver así, en una ofensiva falta de respeto a la voluntad ciudadana, que no ha sido determinada en definitiva conforme al procedimiento legal.
Tan sólo la duda razonable sobre los datos registrados en actas que provoca el recuento del 74 por ciento de los paquetes electorales abre la posibilidad de que el resultado varíe, sea de manera significativa o no, sea a favor de uno u otro de los candidatos punteros, pero al final muestra que el resultado no es definitivo.
Ante un resultado incierto y que no puede considerarse definitivo, expresiones cupulares como las manifestadas por las dirigencias nacionales de Morena y el PVEM en rueda de prensa sólo exhiben el menosprecio que tienen por el voto ciudadano, por mucho que en su retórica digan defenderlo, y el refrendo de acuerdos que hacen sin importarles la voluntad y el interés de la ciudadanía.
“No es que no vayamos a meter las manos, es que hay un triunfo muy claro por parte del candidato del PT y del Verde Ricardo Gallardo y no hay más que reconocerlo. Nosotros somos demócratas, y ellos ganaron y no hay más que reconocerles el triunfo, y exhortar a que se respete ese triunfo”, dijo el dirigente de Mario Delgado.
Enseguida recurrió a atrincherarse en el estribillo que comparte y con el que se igualan él y Gallardo Cardona al afirmar un “ya sabemos lo de siempre, los de la mafia de la corrupción queriendo meter mano a los resultados. Hacemos un llamado a que se respeten los resultados en ese estado”.
Mayor urgencia por que se confirme el presunto triunfo de su candidato no podía manifestar. Poco le faltó para recitar la advertencia de Ricardo Gallardo Juárez en la Plaza de los Fundadores: si hay fraude, a Carreras “se lo va a llevar la chingada”.
Bien pudo también expresar un “servido mi Ricky, ya ves que al final sí te cumplimos”. Y enseguida recordarle las reuniones que sostuvo con la dirigencia del PT y de PVEM tras haber fracasado en su intento de registrar a Gallardo Cardona como candidato de Morena el 10 de noviembre.
Incluso pudo citar el argumento de la senadora Geovanna Bañuelos de la Torre para convencer a la dirigencia local del PT de apoyar a gallardista: “El presidente nacional de Morena, Mario Delgado tiene una clara inclinación política y personal por la candidatura del diputado federal Ricardo Gallardo”, les dijo en una reunión del 30 de noviembre, cuando se concretó la alianza PT-PVEM.
El caso es que en la intervención de Arturo Escobar, líder verdecologista, hubo un desliz que dejó ver que entre la dirigencia nacional de su partido y la de Morena siempre se mantuvo un acuerdo en contra de la voluntad de Morena en el Estado: “Siempre estuvo abierta la puerta”, expresó después de agradecer la generosidad de Morena para con su partido.
Mayor exhibición del compromiso de Mario Delgado, y a través de él la sospecha sobre el propio Andrés Manuel López Obrador, de entregar al PVEM la gubernatura potosina a cambio de contar con los verdes en la Cámara de Diputados no pudieron hacer en esa rueda de prensa.
La no irreversibilidad del resultado no es por las quejas de Octavio Pedroza, como pretenden hacerlo creer, sino productos de (1) el escaso margen entre el primer lugar y el segundo, (2) el carácter preliminar de los resultados, (3) comportamientos atípicos en los resultados preliminares que restan confiabilidad a los datos y (4) inconsistencias en la actas de resultados de las casillas.
El Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP) reporta los resultados de 3 mil 51 de las 3 mil 751 secciones en las que se instalaron casillas. Eso significa que hay secciones con varias casillas y, por tanto, con varias actas.
De acuerdo con la base de datos del PREP, en 495 actas se detectaron inconsistencias que impidieron que sus resultados fueran contabilizados dentro del programa, con 37 causas diversas, que van desde una votación que excede el número de la lista nominal hasta actas vacías, sin datos.
Un caso extremo es el acta de la sección 1605, de Matehuala, en cuya casilla C el acta reporta 299 votos, registra 75 votos para Octavio Pedroza, y mil nueve para Gallardo Cardona. Inconsistencias del PREP que habrán de corregirse con el recuento acordado por el CEEPAC, con el efecto que pueda tener en el resultado definitivo.
En el PREP aparecen 621 casillas en las que los votos nulos superan el 5 por ciento de la votación, el caso más extremo en la sección 775 de Soledad De Graciano Sánchez, con el 35.71 por ciento de los votos anulados.
En la base de datos del PREP aparecen además mil 811 casillas con entre el 0.18 y el 4.99 por ciento de los votos nulos. Sólo aparecen 113 casillas sin votos nulos. Once casillas no presentan datos.
Inconsistencias graves en las actas y comportamiento atípico del electorado son elementos que, más allá de impugnaciones de un candidato interesado, quienes hoy se apresuran a calificar una tendencia como “triunfo claro” a la luz de intereses ajenos a la ciudadanía deberían pronunciarse porque se aclaren como vía para reconocer y respetar la real voluntad ciudadana.
Total, si se tiene la certeza de un “triunfo claro”, para nada está de más esperar a que el cómputo legal se concluya, se despejen todas las dudas, se dejen de lado advertencias e intenciones se sembrar sospechas que sólo los vuelven sospechosos a ellos, porque al final tendrían el mismo resultado con más legitimidad… a menos que ellos mismos duden de su “triunfo claro”.