Por Victoriano Martínez
El acto se desarrolló en el plantel Conalep de la colonia Foresta, en Soledad de Graciano Sánchez. El lugar era el indicado y los participantes también podrían serlo, pero el momento –con el semáforo naranja por el Covid-19– no cuadró del todo: se inauguró un moderno techado para beneficiar a mil 800 estudiantes, a quienes no pudieron esperar a que regresaran a clases presenciales.
Los beneficiarios importaron poco, lo importante era el acto inaugural que le sirviera de pasarela a Gilberto Hernández Villafuerte, Ricardo Gallardo Cardona y Mario García Valdez. Sobre todo a los dos últimos para intercambiar elogios, cuando no hace mucho hubo agresiones abiertas, cuando menos en un sentido.
Todavía le quedaban tres meses como alcalde a García Valdez, cuando Ricardo Gallardo Juárez en su calidad de alcalde electo le advirtió públicamente que no le temblaría la mano para buscar que se le sancionara por lo que llamó licitación chueca para adquirir 47 mil luminarias.
“En el caso de Mario sí, porque me toca directamente la revisión con él y en un momento dado yo mismo pondré la denuncia, la demanda, como presidente municipal. ¿Me explicó? Por eso ahorita él ya que le vaya pensando y se lo digo públicamente. ¿Sí? Si le sigue dando para adelante a la cuestión de las luminarias no me va a temblar la mano, ¡eh!”, dijo en una entrevista radiofónica.
Gallardo Juárez lo acusó de intentar comprar luminarias a 25 mil pesos si costaban la mitad y, dos años después, intentó refrendar la compra a de 27 mil pesos por luminaria, en una ampliación del contrato sobre la que se afirmó que Gallardo Cardona fue el principal promotor. Hoy Gallardo Cardona considera sobreprecio el que se compren a poco más de la cuarta parte de su intento.
La Gallardía tomó a García Valdez como el monigote a exhibir para restarle atención a los señalamientos de corrupción que se le hacían en el Ayuntamiento de la capital. Tras un señalamiento, ofrecía y cacareaba pruebas de la corrupción de García Valdez ante la Auditoría Superior del Estado.
El caso más vistoso fue cuando apareció un espectacular con la imagen de García Valdez y una rata con la leyenda “Mario el peor presidente municipal en la historia de San Luis Potosí, Devuelve el dinero ratero. ¡Los potosinos te lo demandan!”. Pocos fueron los que dudaron de la autoría gallardista del mensaje.
Son algunos antecedentes que hacen del acto en el plantel Conalep de la colonia Foresta una pasarela, no de políticos sino de verdaderos especímenes de la politiquería rampante a quienes poco les importa si los estudiantes contarán con canchas techadas o no, a fin de cuentas ni podían estar ahí. Lo que les importó fue la pasarela para “mantenerse en su jugada”.
No les importa si para seguir en la jugada tienen que recurrir al más indigno acto de genuflexión. Entre quienes forman parte del mismo grupo puede resultar explicable, pero no por ello aceptable. Pero de parte de quien en su momento fue agraviado se trata de una actitud que raya en la humillación, por mucho de que se trate de un recurso de la perjudicial politiquería.
Si Hernández Villafuerte asegura que “la obra pública que traemos ahora sí, en los últimos meses, que ha sido muy intensa, ha sido gracias a la gestión del diputado (Gallardo Cardona)”, y prácticamente le agradece que haga las gestiones que como presidente municipal le tocan, no es de extrañar. Asume su papel de títere y reconoce quién es el verdadero presidente en Soledad.
Por su parte, los esfuerzos de García Valdez para halagar a Gallardo Cardona en ese acto van mucho más allá de una reverencia, al grado de que –además de los elogios injustificados– incurre en expresiones que circunscriben al municipio de Soledad su papel al frente del Conalep, donde sí se pueden lograr obras de infraestructura como el moderno techado que inauguraron.
“Vemos ya a otros directores que han visto con celos, dicen oiga nosotros también queremos uno, nomás que no están en Soledad”, expresó frente a Gallardo Cardona, quien le festejó la ocurrencia.
García Valdez calificó a Gallardo Cardona y Hernández Villafuerte como aliados de la educación como si el techado hubiera sido iniciativa de ellos. Y lo hizo momentos después de que el propio alcalde soledense confesó que Ariel Castellanos, anterior director del plantel, le insistió mucho en la obra.
Es decir, el techado no se logró por estar en Soledad, sino porque hubo un integrante del Conalep que insistió lo suficiente para lograr satisfacer esa necesidad. Actitud que no parece estar en el ánimo de la máxima autoridad de los Conalep en el Estado, porque su vocación politiquera, antes que buscar mejoras para todos los planteles, lo impulsa a la genuflexión.
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