El crimen se debió a dos situaciones: primero, que según el inculpado, su mamá le dijo que no lo quería; segundo, para robarle y conseguir dinero.
Tras los hechos, el muchacho fue asegurado por elementos de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) al ser denunciado por sus familiares, a quienes les confesó de su crimen. De acuerdo con el expediente, familiares de la mujer asesinada pidieron apoyo al número de emergencias reportando que se encontraba malherida una persona.
Elementos de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal (SSPDF) arribaron al domicilio ubicado en calles de la colonia Campestre
Churubusco y encontraron el cuerpo sin vida de la mujer sobre el piso y cubierto con un cobertor. Los denunciantes indicaron ante el Ministerio Público que horas antes del homicidio, el hijo de la víctima, identificado como Aldo Josef “N”, fue visto salir del inmueble con dos pantallas y teléfonos celulares. Más tarde, al ver que la mujer no salía de su domicilio, decidieron entrar y la vieron en el suelo en un charco de sangre. Peritos en materia de fotografía, química y criminalística acudieron para hacer el levantamiento de la evidencia e iniciar las diligencias.
El cuerpo de la mujer fue trasladado al anfiteatro de la Coordinación Territorial de Seguridad Pública y Procuración de Justicia en Coyoacán, donde se inició la averiguación previa por el delito de homicidio doloso sin conocer quién era el agresor. Al día siguiente, y bajo los influjos de estupefacientes, Aldo “N” acudió a la casa de sus parientes y durante una conversación, éste les confesó que atacó a su madre hasta matarla. El joven les aseguró que la agresión se debió a que su madre le dijo que “no lo quería”.
Después de la confesión, Aldo “N” los amenazó con hacerles daño si lo llegaban a denunciar.
El Universal
