Mega incendio evidencia la necesidad de un plan de emergencia química: investigador

Estela Ambriz Delgado

El incendio ocurrido la semana pasada en la avenida Valentín Amador, develó la vulnerabilidad de la zona metropolitana de San Luis Potosí ante estos siniestros y la necesidad de contar con un plan de emergencia química, consideró el investigador Fernando Díaz Barriga, de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP).

El catedrático comentó que, si bien el año pasado se presentaron cinco eventos similares e inclusive más graves que el de hace unos días, este fue de suma relevancia por su visibilidad desde varias partes de la zona metropolitana, además de que expuso la vulnerabilidad de la cuidad de San Luis Potosí ante emergencias de este tipo.

En este sentido, el investigador comentó que en la capital del estado se sitúan aproximadamente 600 empresas, de las cuales varias trabajan con materiales inflamables, como los que se incendiaron en la bodega de tarimas.

Díaz Barriga indicó que los cinco eventos anteriores de los que tiene registro la Agenda Ambiental de la UASLP y el Cuerpo de Bomberos, que se considera fueron mucho más graves, junto con el sucedido hace unos días, develan que la zona metropolitana necesita tener un plan de emergencia química, pues aunque los bomberos actuaron de manera correcta, requieren un mayor respaldo.

Un plan de emergencia química, es un protocolo que establece las acciones que autoridades y ciudadanos deben implementar tras el derrame, fuga o liberación de sustancias químicas.

Asimismo, Díaz Barriga dijo que sería necesario contar con un comité de emergencias químicas que actúe inmediatamente y que se activen más centros de atención, no solamente la Cruz Roja, pues en el caso de la UASLP esta cuenta con laboratorios que fácilmente pueden activarse en caso de una emergencia.

Finalmente, el investigador expresó que este tipo de eventos muestran las carencias en la atención para combatirlos y las necesidades de la población, como son también programas de monitoreo de aire, a los que se pueda acudir en un momento de emergencia, dado que incendios como el sucedido expone a la población a gases de azufre, doxinas, bromados, benceno, carbón negro, nano y microplásticos, aditivos plásticos, plomo, dioxina, ftalatos, bromados, bisfenoles, entre otros.

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