Mensaje directo y poderoso a la Gallardía

Antonio González Vázquez

Por la mañana del sábado, pese a sus marcadas diferencias, se volvieron a encontrar las huestes del obradorismo y la gallardía en torno a sus líderes y gobernantes. Una vez más, quedó constancia de ser bandos incompatibles.

El último episodio sobre el desencuentro ocurrió en abril pasado, en sendos mítines celebrados en Ciudad Valles, donde se enfrentaron por espacios cercanos al estrado y en Tancanhuitz donde los abucheos resonaron hasta provocar el hartazgo de Claudia Sheibaum Pardo.

La candidata presidencial debió intervenir y enérgicamente llamó al orden a los obradoristas que desaprobaban con silbidos y consignas a Ruth Miriam González Silva, candidata del Partido Verde al Senado y esposa del gobernador José Ricardo Gallardo Cardona, así como a los gallardista que reprobaban de igual manera a Rita Ozalia Rodríguez Velázquez, candidata de Morena al Senado.

“Somos hermanos el Partido Verde y Morena”, les dijo en esa ocasión al emplazarlos a respetarse en favor de la unidad electoral.

En realidad, nada ha cambiado esa postura beligerante y así volvió a quedar constancia: la relación entre las bases de la cuarta trasformación y del gallardismo continúa tan frágil e incierta que hace imposible perfilar su derrotero en los próximos años.

En su recorrido por el país, el presidente Andrés Manuel López Obrador y la presidenta electa Claudia Sheinbaum encabezaron en el Centro de Convenciones de San Luis Potosí el diálogo Balance Económico, Desarrollo Industrial y T- MEC.

Gallardo Cardona abrió el evento ante unas cinco mil personas y apenas empezaba su discurso y se desgranaron abucheos de las y los obradoristas que los seguidores del Verde silenciaron con sus gritos y arengas a favor del mandatario.

Fue un momento fugaz sí, pero es el reflejo de una animadversión inocultable que no debió pasar desapercibida para Claudia y Andrés Manuel.

Como sucedió en la campaña federal en San Luis Potosí, en la reunión sabatina, el gran salón fue dividido en dos, una parte para el Verde y otra para los obradoristas; por un lado, los verdes y por el otro, los guindas.

Ni hermanos ni unidos como les había exigido hace unos meses Claudia Sheinbaum.

¡Fuera, fuera, fuera¡, clamaron contra el gobernador desde la posición de Morena, mientras que desde la masa verde gritaban ¡pollo, pollo, pollo!

Gallardo Cardona le dijo a López Obrador que es el mejor presidente de la historia y para Claudia inició un gallardista de ¡presidenta, presidenta!

El gobernador recibió muestras de apoyo de ambos.

Ante la euforia gallardista, López Obrador levantó el brazo a Gallardo como para mostrar que la alianza está vigente.

Fue un evento redondo para las élites que, sin embargo, saben que existen diferencias muy marcadas entre sus simpatizantes.

Como gobierno y en el Congreso de la Unión podrán ir muy bien de la mano, pero en lo electoral la brecha de su distanciamiento fue notorio en el pasado proceso electoral en el que el Verde y Morena no se comportaron como adversarios, sino como enemigos.

En San Luis Potosí, los resultados fueron exitosos en aras de una estrategia y un proyecto nacional, no así en términos de la sana convivencia entre presuntos aliados.

Abuchear al gobernador ante el presidente constitucional y ante la presidenta electa no fue poca cosa.

Calienta mucho en las bases de la 4T que el Verde consolide su poderío gracias a una alianza coyuntural. Ofende al obradorismo compartir la victoria con una facción de corte caciquil que, en el fondo, no comparte los ideales de la transformación.

Irrita y provoca náusea el trato benevolente de sus dirigentes y gobernantes al gobernador Gallardo. No han encontrado explicación, pero se han disciplinado en lo posible. Lo hicieron en 2021 y otra vez en 2024.

Difícilmente volverán a tolerar acuerdos abyectos para el 2027.

Abuchear a Gallardo fue un mensaje que reiteró la molestia que se agudiza por tener un aliado al que se considera impresentable.

Ha de correr mucha agua de aquí a los próximos comicios federales intermedios y locales, pero Morena deberá iniciar la necesaria revisión de la alianza en términos de costo beneficio. Resulta absurdo que la Gallardía se siga empoderando a la sombra de la 4T.

Dentro de unos meses, Morena renovará su dirigencia nacional a la que previsiblemente llegará Luisa María Alcalde Luján. No es una buena noticia para Gallardo Cardona.

De perfil izquierdista, la actual secretaria de Gobernación forma parte del grupo más íntimo de la presidenta electa, del que participan de manera notable las potosinas Rosa Isela y Rita Ozalia Rodríguez Velázquez.

Seguramente en palacio de gobierno extrañarán mucho a Mario Delgado Carrillo. Ya no tendrán a alguien dispuesto a entregar todo a cambio de unos votos. En dos elecciones les impuso como candidatos a ex priistas y ex panistas, así como una alianza indeseable con la Gallardía en detrimento del obradorismo.

La llegada de Alcalde Luján a la presidencia del partido guinda traerá cambios que cimbrarán al poder en San Luis. Exigencia mínima para continuar con la alianza, será una relación equitativa que impida al Verde quedarse con las más y mejores candidaturas, en especial, la de la gubernatura.

Como es previsible, el gobernador impulsará la candidatura de su esposa e intentará que las bases y las dirigencias nacional y estatal de Morena la acepten, pero no lo harán. El abucheo del sábado en el Centro de Convenciones fue un mensaje directo y poderoso.

Por ahora, desde la perspectiva de la conveniencia presidencial todo luce perfecto: la transformación continúa y en San Luis Potosí el Verde mantendrá el trato de aliado, sin perder de vista que para el 2027 deberá tomarse la decisión de separarse de la rémora verde para dejar al gallardismo a la deriva.

Si la presidenta electa quiere que la transformación se haga realidad en San Luis, tendrá que hacerlo con Morena, sólo con el obradorismo transformado en claudismo y no con la Gallardía que representa mucho de lo que ese movimiento busca erradicar de la vida política nacional.

Otro mensaje que no pasó desapercibido: La presidenta electa iba por el pasillo hacia el estrado y no se percató que tras la valla un grupo de morenistas le había saludado, al percatarse de que se trataba de Rita Ozalia, se dio la vuelta y corrió a abrazar y saludar cariñosamente a la dirigente estatal de Morena.

El efusivo encuentro registrado en un video de doce segundos, es testimonio de la amistad que las une y es presagio de que en los próximos años las hermanas Rodríguez Velázquez escalarán muy alto.

Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Astrolabio.

Es Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Ha sido docente de la Facultad de Ciencias de la Comunicación durante 25 años. Además, durante 30 años se ha desempeñado como periodista en medios como El Heraldo, El Mañana de Ciudad Valles, Pulso, Milenio San Luis, Diario Digital San Luis, Librevía, La Jornada, Global Media y actualmente en Astrolabio Diario Digital y Periodismo Político.com. También ha sido corresponsal de medios nacionales como Agencia de noticias Notimex, La Jornada y Milenio.

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