Ciudad de México (31 de agosto de 2016).- Lucía Díaz Genao, madre de una víctima de desaparición en el puerto de Veracruz, recuerda que fue la tarde del pasado 10 de mayo cuando un grupo de hombres estacionó una camioneta en la zona centro de esa ciudad, donde ella y decenas de mujeres estaban por empezar una manifestación y, en segundos, les dejó hojas con un mapa impreso.
Varias madres de familia, agrega Díaz, pensaron que se trataba de la ruta que seguirían en la marcha. Ella, en cambio, supo que se trataba de la ubicación de una zona denominada Colinas de Santa Fe y que, de acuerdo con versiones que escuchaban desde hacía al menos un año, podría albergar restos humanos.
“Yo se las retiré (las hojas con los mapas); me di cuenta enseguida de qué eran, porque ya sabía de Colinas de Santa Fe. Se las quité para que no se echara a perder el ánimo de las madres”, narra Díaz en entrevista.
El croquis, agrega, fue sólo la confirmación de las sospechas que por meses habían escuchado de los vecinos de un rancho cercado de casi 10 hectáreas y donde, en abril de 2015, la Subprocuraduría Especializada en la Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO) encontró cinco cuerpos.
Por eso, agrega, después de dos años de haber formado el colectivo Solecito –que agrupa a unos 90 familiares de víctimas de desaparición en la zona del puerto de Veracruz–, de haber hecho actividades para recaudar fondos y haber recibido entrenamiento de antropología forense, decidieron que Colinas de Santa Fe sería el primer punto en el cual buscarían a sus hijos.
“Ya habíamos hecho el ahorro; dos años tardamos y ese dinero ya lo teníamos. Costó mucho trabajo, pero compramos herramientas, todo lo que se requiere para buscar, palas, varillas, que son las que entran en la tierra primero, se olfatean y te dicen si hay algún elemento biológico en la tierra; es un olor muy característico, muy fétido”, explica.
El resultado: 58 fosas “positivas”, o con restos humanos, encontradas entre el 8 y el pasado 22 de agosto.
“Mucha gente nos decía. Es imposible no saber que eso estuviera ahí, los vecinos de ahí decían, y ahora que estamos buscando llegaron vecinos que tienen desaparecidos; era un secreto a voces”, narra Díaz.
La cantidad de fosas encontradas en tres semanas por las madres de familia de Veracruz, acompañadas por la denominada primer Brigada Nacional de Búsqueda de Personas Desaparecidas, no sólo es la más grande encontrada en el Estado de Veracruz. Es, también, más de una tercera parte (un 37 por ciento) de las 156 fosas que reporta el Gobierno federal haber encontrado en los primeros tres años del sexenio, hasta enero pasado.
“No es raro, porque ellos no buscan”, dice Díaz Genao. “Esa cifra [la oficial] es irreal; es mucho más que eso”, agrega.
Fuente: El Diario México.