Fernanda Durán
Miguel Ángel Félix Gallardo, fundador del Cártel de Guadalajara y quien permanecía desde 1989 en el penal de Puente Grande, en Jalisco, por narcotráfico y por el asesinato del agente de la DEA, Enrique Camarena, obtuvo prisión domiciliaria para el resto de su condena.
El juez séptimo de Distrito de Procesos Penales Federales de la Ciudad de México otorgó este beneficio a Félix Gallardo debido a su avanzada edad (76 años) y delicado estado de salud; se prevé que entre este lunes y martes salga del penal donde ha permanecido por 32 años.
El juez consideró el estado de salud para conceder que concluya al resto de su condena en su domicilio, donde deberá portar un geolocalizador en todo momento.
El llamado “Jefe de Jefes” reveló en una entrevista realizada en agosto de 2021, que su salud era “pésima”, pues había perdido la vista en un ojo y se había quedado sordo del oído derecho. Además, señaló ya no le quedaba mucho tiempo de vida.
“Soy un cadáver el cual no aspira más que a ser enterrado en la raíz de un árbol”, afirmó.
En julio pasado, el fundador del Cártel de Guadalajara fue llevado a un hospital de Guadalajara en un intento de salvarle la vida, de acuerdo con el director general de Prevención y Reinserción Social de Jalisco, Juan Antonio Pérez.
Félix Gallardo fue detenido en abril de 1989 en una lujosa casa en la calle Cosmos, en Guadalajara, por delitos contra la salud, acopio de armas y cohecho; fue condenado a 37 años de prisión en 2017, por su responsabilidad en el asesinato del agente de la DEA, Enrique “Kiki” Camarena.
Nació en 1946 en Culiacán, Sinaloa. Perteneció a la extinta Policía Judicial Federal y posteriormente se desempeñó como escolta de los hijos del exgobernador de Sinaloa, Rodolfo Sánchez Celis, de 1963 a 1968.
Más adelante se convirtió en capo de la cocaína al ser el primero en traficarla a Estados Unidos; inició contacto con los narcos colombianos. Además, diseñó y controló las principales rutas de intercambio de droga en el país.