Kentucky, Estados Unidos (10 de junio de 2016).- Conforme los fieles entonaban una oración musulmana al unísono, dignatarios y fieles se unieron hombro con hombro para rendirle tributo a un hombre que utilizó su estatus de celebridad para buscar la paz entre las razas, las religiones y las culturas.
En teléfonos y pantallas de todo el mundo, miles se unieron al servicio a la distancia a través de internet, para ver el tradicional ritual funerario para homenajear a uno de sus héroes.
El servicio del jueves, conocido como Jenazah, dio inicio a los dos días de exequias que Ali había planeado con todo detalle años antes de que falleciera el viernes pasado. Los diseñó con la intención de que fueran abiertos a todo el mundo y ofrecieran un panorama de una fe de la que muchos estadounidenses saben muy poco al respecto.
“Ali era el campeón del pueblo y siempre peleó por las causas de su pueblo”, dijo Sherman Jackson, un erudito musulmán que habló durante el funeral. Jackson dijo que Ali hizo más por normalizar la fe islámica que cualquier otra persona, tanto en vida como después de morir.
“Ali hizo que ser musulmán fuera cool”, afirmó. “Ali dignificó el ser musulmán”.
Más de 14 mil personas obtuvieron entradas para el servicio del jueves en Louisville, la ciudad natal de Ali. Algunos viajaron miles de kilómetros para asistir. El activista de los derechos civiles, Jesse Jackson, el promotor de boxeo Don King, el ex campeón mundial de boxeo Sugar Ray Leonard, Louis Farrakhan, líder de la Nación del Islam, estuvieron entre los asistentes más reconocidos. Ali se unió a la Nación del Islam, el movimiento religioso separatista, en la década de 1960. Lo abandonó luego de 10 años para integrar el Islam convencional, que enfatiza la unión entre todas las razas y etnias.
Ali insistió en que quería que la ceremonia tradicional musulmana fuera abierta a todo el público, afirmaron los organizadores.
Entre los asistentes había jóvenes y viejos; blancos y negros; musulmanes, cristianos y judíos. Algunos utilizaron vestimentas tradicionales islámicas, otros vestían de mezclilla o traje. Fuera del recinto, millones más pudieron ver lo que sucedía en el interior. El término Jenazah fue tendencia en Twitter.
“Damos la bienvenida a los musulmanes, damos la bienvenida a otras religiones y a las autoridades”, dijo Imam Zaid Shakir al inicio del servicio. “Le damos la bienvenida a nuestras hermanas, nuestros mayores y nuestros jóvenes”.
“Todos eran queridos por Muhammad Ali”.
El servicio duró menos de una hora. No hubo escenario o altar. Los oradores se pararon frente a una cortina negra en el suelo, cerca del féretro que colocado con dirección a La Meca.
Los miles de asistentes se alinearon frente a él, muchos de ellos sosteniendo sus teléfonos en alto para captar un video del féretro de la leyenda.
El servicio comenzó con cuatro recitaciones de “Allahu Akbar” o “Dios es Grande” con oraciones silenciosas intercaladas. Oraron para que Ali encuentre un camino seguro a la otra vida, y que sus seres queridos encuentren la manera de vivir sin él.
Varios de los oradores, incluyendo a dos mujeres musulmanas, describieron el impacto de Ali en sus vidas como un campeón por los derechos civiles y la aceptación de la fe islámica.
Jackson dijo que la muerte de Ali “nos hizo sentirnos un poco más solos en este mundo” y nos distrajo “de la dulzura de la vida misma”.
“Ali nos inspiró a todos. Nos llenó. Nos dio valor”, afirmó. “Y nos enseñó algunas cosas de cómo pelear, no solo dentro del ring, sino también fuera de él”.
Los servicios ocurren en un momento de discursos políticos anti musulmanes y una serie de ataques a mezquitas en Estados Unidos. Atentados terroristas perpetrados por extremistas islámicos en Europa y California han provocado que muchas personas alrededor del mundo vean a esa religión con temor o desprecio.
Los organizadores señalaron que los eventos para honrar a Ali no tienen la intención de ser políticos.
Sin embargo, líderes musulmanes y muchos fieles entre los asistentes indicaron que representa la oportunidad de demostrar la belleza de la religión a través del legado de Ali, una de las personas más famosas del mundo.
“En el clima que vivimos actualmente, con la Islamofobia en aumento y todo el odio que hay, creo que es increíble que alguien de ese calibre pueda unir al país y en verdad demostrarle al mundo de lo que se trata el Islam”, dijo Abdul Rafay Basheer, de 25 años y quien viajó desde Chicago. “Creo que era la persona perfecta para hacer eso”.
Un musulmán que comparte el nombre de la leyenda del boxeo viajó desde Bangladesh. Mohammad Ali llegó sin reservación hotelera, sólo con la idea de que su peregrinaje era importante para honrar a una persona que consideraba el héroe de su religión.
El Ali de Bangladesh dijo que conoció al boxeador a principios de la década de 1970 y basaron su amistad con base en el hecho de que compartían nombre. El ex campeón mundial de peso completo visitó su hogar en 1978 y siempre bromearon que eran hermanos gemelos, afirmó. Durante el funeral se la pasó de pie, llorando y con la bandera de Bangladesh en sus hombros, sosteniendo fotografías que tomó del boxeador durante su visita, una junto a su familia y otra acostado en la cama de su casa.
Asistir al funeral era algo tan importante para él, que reprogramó una cirugía a corazón abierto a la que debe someterse para poder hacer el viaje.
Fuente: Sin Embargo.