Octavio César Mendoza
Puede ganar la candidatura presidencial del PRIAN. Puede recibir el apoyo de ciertos sectores ligados a la derecha y la ultraderecha de México. Puede, incluso, hacer un buen papel en los debates, y entusiasmar a los malquerientes de AMLO. Lo que resulta imposible, es que Xóchitl Gálvez gane las elecciones constitucionales para elegir presidente de la República.
El día de hoy, en gira por San Luis Potosí, la insospechada puntera de las encuestas del PRIAN viene a criticar un proyecto de Nación, pero no a presentar uno. Al ir contra la corriente dentro del propio bloque prianista que estaba indeciso entre Creel y De la Madrid y, eventualmente, contra la estructura territorial nacional dominada por MORENA (y en San Luis Potosí por el Verde) Gálvez está jugando con ilusiones que sobrepasan sus capacidades personales, así como las propias del PRIAN.
En oposición a las mismas, cualquiera de los candidatos de AMLO la dejan en el mero intento, pues tanto derecha como ultraderecha no se sienten cómodos de que sea una mujer la que encabece su lucha clasista, y el monolito de poder que se ha posesionado del ánimo popular y el dominio gubernamental de forma y fondo, actuará disciplinadamente para mantener el control del Estado Mexicano.
Una vez dada la candidatura presidencial de MORENA-PVEM-PT, el margen de maniobra de los partidos políticos en extinción, como el PRI, se verá reducido a las búsquedas de respiraderos de poder en el congreso y los ayuntamientos.
Incluso en San Luis Potosí, donde el PRI y el PAN cohabitan en la Capital, nadie piensa en otra cosa que no sea la supervivencia; porque en este Potosí pintado de Verde, para la oposición resulta más cómodo negociar espacios para las minorías que aventurarse a ir detrás de una candidatura como la de Gálvez que, con el tiempo, se caerá por sí sola -ella misma dice que se “conformaba” con ser candidata a la CDMX y dar una pelea digna, aunque no ganara.
Entusiasmada por el lapsus presidencial de darle espacio en el comentario de sus mañaneras (aunque no derecho de réplica, si no es que se trataba de un mero ardid publicitario preconcebido por estrategia) Gálvez camina sobre una cuerda floja cuyos extremos son los interese locales que buscan la supervivencia, de un lado, y los afanes de negociar amor y paz con la o el futuro presidente emanado de la alianza MORENA-PVEM-PT, de parte de los empresarios que la patrocinan, por el otro.
Sí: a Xóchitl la dejarán morir sola los “sorprendidos” barones de la ultraderecha, y los militantes y pseudo liderazgos del PRIAN, por una mínima parcela de poder local. Ya, en la visita de hoy, las formalidades son de protocolo: comes y te vas, porque aquí tenemos que ver cómo sobrevivimos al tsunami Verde.
Bastará con que aparezcan las primeras mediciones demoscópicas comparativas entre XG y cualquiera de las corcholatas de AMLO para que el entusiasmo levantando de forma efímera por una mujer que pesaba en ser candidata por la CDMX, pero que se tropezó con una eventualidad, se esfume. Claro: todo puede pasar, pero se necesitaría que los gobernadores de Morena y Verde se queden cruzados de brazos y no apliquen las sinergias y estrategias que los llevaron a obtener el triunfo local, precisamente contra el PRIAN que enarbolaría la candidata Gálvez.
La “herencia maldita” en San Luis Potosí, y aquello que representa el PRIAN en todo el país, no se pueden olvidar con simples buenas intenciones, ni con una narrativa basada en el origen social cuando el origen político es el de una persona que creció al amparo de “la mafia del poder”. Si fuese candidata independiente, contraria al PRIAN pero también y a AMLO, otra cosa más emocionante sería esta elección, y Xóchitl como candidata a la presidencia. No me escucharán, lo sé.
Claro que vale la pena escucharla, es una mujer respetable y con valores, y ojalá ella recuerde y escuche su propio consejo de pelear por la candidatura del PRIAN a la CDMX. Por lo pronto, los fuegos fatuos del PRIAN que aclaman a Xóchitl Gálvez como su abanderada, volverán al redil de la ultraderecha, y acusarán decepcionados de haber elegido mal, otra vez, a su candidata a la presidencia de México.
Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Astrolabio.
Nació en San Luis Potosí en 1974. Actualmente es director de Publicaciones y Literatura de la Secretaría de Cultura, y también dirige la Casa del Poeta Ramón López Velarde y la Editorial Ponciano Arriaga. Ganó el Premio Nacional de la Juventud en Artes en 1995 y el Premio 20 de Noviembre en 1998 y 2010. Ha publicado siete libros de poesía y uno de cuento. Fundador de las revistas Caja Curva y CECA, también colaboró en Día Siete, Tierra Adentro, entre otras. Asesor de Marcelo de los Santos Fraga de 1999 a 2014, siendo él presidente municipal, gobernador y director de Casa de Moneda de México.