Mismidad: Consecuencias de la violencia psicológica

Gloria Serrato

La Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH), que recientemente publicó datos de las experiencias de violencia que vivieron las mujeres durante el 2021.

Qué pasó durante la pandemia.

La Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares 2021 preguntó de hechos ocurridos durante la etapa de confinamiento y que arrojó información de los últimos 12 meses, que el 29.5% de las mujeres encuestadas de 15 años y más, vivieron algún tipo de violencia psicológica.

La violencia psicológica en 2016 significaba el 42.0%, en ese año las mujeres mencionaban haber vivido ese tipo de violencia a lo largo de su vida y que un 27.7% lo había experimentado en el último año. Para 2021 este tipo de violencia subió al 51.3% en donde mencionaron haberlo sentido a lo largo de su vida, mientras que el 29.9 consideró que se recrudeció en el último año 2021.

La violencia psicológica pasó durante mucho tiempo inadvertida, pero lesiona la calidad de vida de las mujeres.

Este tipo de violencia se materializa en actos de desvalorización, que buscan disminuir o eliminar los recursos internos que la persona tiene para hacer frente a resolver situaciones de su vida diaria y se trata por supuesto de una forma disfrazada de violencia, es una de las formas en que muchos hombres agreden a las mujeres de manera constante y generalizada, en el que usan ese ejercicio abusivo del poder para someter a las mujeres.

La Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, establece en su artículo 6 fracción I, que la violencia psicológica es “cualquier acto u omisión que dañe la estabilidad psicológica, que puede consistir en: negligencia, abandono, descuido reiterado, celotipia, insultos, humillaciones, devaluación, marginación, indiferencia, infidelidad, comparaciones destructivas, rechazo, restricción a la autodeterminación y amenazas, las cuales con llevan a la víctima a la depresión, al aislamiento, a la devaluación de su autoestima e incluso al suicidio”.

De tal manera que la violencia psicológica está presente, de acuerdo con lo que señala la encuesta ENDIREH 2021 en la mitad de las mujeres que fueron encuestadas y que advierten que a lo largo de su vida así ha ocurrido, con la pandemia nos muestra cómo tres de cada 10 mujeres se sintieron afectadas en su autoestima por actos atribuidos a sus parejas, sus hijos, sus jefes, y en general los hombres con los que conviven cotidianamente.

Éste tipo de violencia sucede sin que muchas mujeres sepan que lo están viviendo, porque las hacen sentir responsables de muchas de las acciones que se manifiesta en actos de reproche, y que se reproduce en frases en donde ellas de alguna manera justifican estas situaciones, pero que el desconocimiento puede provocar una autoestima devaluada que le lleve a vivir situaciones graves de depresión.

De acuerdo con el documento Violencia Psicológica contra las Mujeres publicado por la entonces Procuraduría General de la República, se señala que dentro de las modalidades está el acoso afectivo, que es una conducta de dependencia en la que el hombre agresor le hace sentir que depende emocionalmente de la víctima y que le llega a impedir su desarrollo pleno en el aspecto de su intimidad, de la tranquilidad y del tiempo para llevar a cabo sus actividades diarias, tanto de trabajo como de esparcimiento, que pueden estar señaladas en frases como “por qué no me contestas rápido los mensajes, seguro andas con otro verdad”.

Otra forma es la manipulación mental, que incluye amenazas y críticas que le generan miedo o culpa y en ocasiones vergüenza, pueden estar encerradas en frases como “por qué siempre te vistes así, que se me hace que te gusta andar de loca”. Esto implica que el valor de las mujeres se disminuya y que lleguen a despreciar su libertad, su autoestima, su autonomía y su derecho a tomar decisiones propias.

Otra manifestación es la agresión insospechada en la que la persona agresora o su pareja que puede ser su papá, sus hermanos, su jefe etc. Disfraza la atención con buenas intenciones y buenos deseos pero que al final es el control de su autonomía y de su libertad en la toma de decisiones, en el que la palabra clave aquí es la protección y se encierra en frases, “cómo vas a regresar sola yo paso por ti al trabajo”.

Está este tipo de violencia invisible, porque a muchas mujeres les cuesta reconocerla, afecta la dignidad, su seguridad y la confianza en sí misma y en las personas que la rodean y por supuesto que termina creyéndose todo lo que le dicen. Los datos que arroja la encuesta refleja lo que en la práctica hemos visto y que lleva a que muchas mujeres al no darse cuenta que esta violencia va a de menos a más, tenga una consecuencia fatal.

Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no representan la postura de Astrolabio.

Es periodista y abogada, doctora y maestra; especialista en atención a víctimas, derechos humanos, transparencia y salud. Actualmente es directora general del Instituto de las Mujeres de San Luis Potosí. Anteriormente se desempeñó como directora de Derechos Humanos en la Fiscalía General del Estado; fue comisionada de la Comisión Ejecutiva Estatal de Atención a Víctimas y presidenta de la Mesa Interinstitucional de Feminicidios. Cuenta con diversas publicaciones entre las que destaca su tesis doctoral Construcción de Personajes: El Subcomandante Marcos y la prensa en México 1994 a 1995.

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