Gloria Serrato
El ejercicio de las paternidades en nuestro país, en donde los hombres son educados bajo estereotipos de género y se les establece lo que es correcto de lo que no lo es en cuanto a los cuidados de hijos e hijas, y de cómo debe ser su masculinidad frente al hecho de ser padres, la expresión de los sentimientos, las manifestaciones de cariño y de cuidados por parte de los hombres, aún no se ha socializado.
El cambio de paradigma sobre las paternidades ha comenzado con la organización de grupos de hombres en torno a ser padres, con una fuerte mirada crítica de la otredad, y atrás de ello también están las críticas a las mujeres que “no asumen su rol de madres”, de acuerdo con este mandato estereotipado de lo que es ser madre.
Las mujeres hemos pugnado porque los hombres se involucren en el cuidado y en la crianza de hijas e hijos, que asuman la responsabilidad de atender y acompañarles durante las etapas iniciales de la infancia, lo que será importante para que desarrollen lazos afectivos con sus hijas e hijos. Este sido uno de los aspectos más complejos, en donde si bien muchos hombres se quieren involucrar y lo hacen; sin embargo la sociedad les regresa a los roles tradicionales y patriarcales, en los que la crianza, cuidados, atención y acompañamiento nos lo delegaron a las mujeres.
Los grupos de hombres que han iniciado trabajos reeducativos para visibilizar la importancia de eliminar los estereotipos de género respecto de las actividades de crianza, han tenido un camino largo, por supuesto que no son sencillas estas acciones en un contexto de un machismo que impide la eliminación de las desigualdades.
De acuerdo con los objetivos de desarrollo sostenible, el número tres, relacionado con salud y bienestar, y el cinco de la igualdad de género, es importante que también las autoridades se sumen para eliminar aquellos estereotipos en los que se separa a los hombres de la crianza de hijos e hijas.
A los hombres aún les cuesta entender y aprender que ser padre implica más que solamente proveer de lo necesario para el sostenimiento del hogar, sino que también tienen que asumir el cuidado y crianza. Por supuesto que hay hombres que crecieron con procesos educativos que les impiden dejar de jugar el rol de proveedores. Hay otro gran grupo de hombres que son padres que no asumen la responsabilidad de ello.
De acuerdo con datos que arroja el INEGI los hombres dedican 11.5 horas a la semana al cuidado de niños y niñas, mientras que las mujeres destinan 24 horas a la semana, estas cifras son de manera similar a nivel global, la mayor parte de los hombres participan en el mercado laboral en más de un 60% y sólo un 40 lo dedican a los cuidados de sus hijos e hijas.
La Organización de Naciones Unidas (ONU), a través de ONU Mujeres y la UNICEF ha señalado la importancia de incorporar a los hombres en los trabajos de la crianza y de cuidados, porque implica un impacto positivo para el bienestar de niños y niñas, y para la realización de los hombres en su rol de ser padres.
De acuerdo con datos que establece la UNICEF, la crianza activa reduce las posibilidades de situaciones de violencia contra las personas pero particularmente contra mujeres y niñas, fomenta la masculinidad responsable e igualitaria.
Muchas felicidades a todos los hombres que tienen una paternidad activa, involucrada en la atención, cuidados y apoyo de sus hijos e hijas.
Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Astrolabio.
Es periodista y abogada, doctora y maestra; especialista en atención a víctimas, derechos humanos, transparencia y salud. Actualmente es directora general del Instituto de las Mujeres de San Luis Potosí. Anteriormente se desempeñó como directora de Derechos Humanos en la Fiscalía General del Estado; fue comisionada de la Comisión Ejecutiva Estatal de Atención a Víctimas y presidenta de la Mesa Interinstitucional de Feminicidios. Cuenta con diversas publicaciones entre las que destaca su tesis doctoral Construcción de Personajes: El Subcomandante Marcos y la prensa en México 1994 a 1995.
