Gloria Serrato
Éste lunes 15 de agosto, ingresan a las aulas personas estudiantes de nivel superior, a las diferentes carreras que ofrecen universidades públicas y privadas. Será el primer ciclo escolar en el que van a estar de manera íntegra presencialmente en las aulas.
El semestre anterior fue una mezcla de un sistema híbrido al que tuvieron que acostumbrarse, primero con clases virtuales y presenciales por etapas, y segundo hasta que se integraron todas las y los estudiantes; el factor más importante para la incorporación completa a las aulas, fue la vacunación contra el virus del COVID 19 de los diferentes grupos etarios que conforman la comunidad universitaria; sabemos que la carga más fuerte del confinamiento inicial de la pandemia al llevar clases desde casa, fue de niñas, niños, adolescentes y las juventudes.
Las personas estudiantes empezarán a reincorporarse a sus actividades cotidianas, deberán aprender una vida con más cuidados de su entorno, de su persona y de su salud física y mental.
Con la pandemia los centros educativos, especialmente los universitarios tuvieron que adecuarse a un sistema que les garantizara a las personas estudiantes el acceso a clases, tutorías, asesorías, retroalimentación a través de las nuevas tecnologías. Este esquema en línea, no fue el más benéfico para toda la población estudiantil, a algunos les resultó positivo, pero algunas otras personas no, muchas se dieron de baja de los espacios universitarios virtuales hasta en tanto regresar a la normalidad física como la conocíamos antes.
El gran reto que tienen los centros y planteles educativos universitarios públicos es incorporar a sus esquemas de enseñanza carreras, especialidades, diplomados, maestrías en línea, lo que implica contar con una plantilla de maestros y maestras que hagan frente al reto, modificar los planes de estudio; las personas estudiantes son más ágiles para la selección de la información, y la nueva forma de generación del conocimiento.
Las plataformas educativas en línea llegaron para quedarse, es necesario que en este ámbito, la universidad pública se modernice ofreciendo también carreras 100% en línea, para aquellas personas estudiantes que no tenga la posibilidad o la opción de hacerlo de manera presencial, lo que sin duda generará que muchas más tengan acceso a la educación superior.
Las opciones educativas tienen que ir orientadas a las necesidades que se tienen en la comunidad, pero también para con las habilidades de las y los estudiantes. El semestre anterior fue complejo por la deserción escolar, según el INEGI en la Encuesta para la Medición del Impacto COVID-19 en la Educación (ECOVID-ED) 2020 “Que el 2.2% (738.4 mil personas) de la población inscrita el ciclo escolar 2019-2020 que no concluyeron, más de la mitad de ellos (58.9%) señaló que fue por un motivo relacionado a la COVID-19, el 8.9% por falta de dinero o recursos, el 6.7% porque tenía que trabajar y finalmente el 25.5 % restante mencionó otros motivos distintos”. El año escolar anterior cerraron algunas carreras que ofrecía la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, por lo que parece necesario que existan opciones encaminadas a subsanar el hueco que se queda, pero además replanteándose el tema la enseñanza en línea.
Otro de los grandes temas pendientes es la creación de protocolos para erradicar la violencia de género en las universidades privadas y el funcionamiento efectivo del observatorio de derechos humanos de la UASLP, que llegue a todos los campus que se tienen en el territorio potosino, porque el trabajo es crucial para sensibilizar sobre la igualdad de entre la población estudiantil.
El ingreso implica desafíos para la universidad pública en materia de actualización de planes de estudios, plataformas digitales, cambios en el modelo de profesores y profesoras. Las universidades privadas se han preparado desde mucho antes de la pandemia del Covid 19, así la UASLP y otras públicas requiere también de un presupuesto amplio para el cambio tecnológico.
Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no representan la postura de Astrolabio.
Es periodista y abogada, doctora y maestra; especialista en atención a víctimas, derechos humanos, transparencia y salud. Actualmente es directora de Derechos Humanos en la Fiscalía General del Estado. Anteriormente se desempeñó como comisionada de la Comisión Ejecutiva Estatal de Atención a Víctimas y como presidenta de la Mesa Interinstitucional de Feminicidios. Cuenta con diversas publicaciones entre las que destaca su tesis doctoral Construcción de Personajes: El Subcomandante Marcos y la prensa en México 1994 a 1995.
