Morena pide limosna a Gallardo

Antonio González Vázquez

La dirigencia estatal de Morena parece haberse alineado a la Gallardía y en actitud de sumisión, solicitó al gobernador José Ricardo Gallardo Cardona, tomar en cuenta a sus diputados y presidentes municipales electos.

Es decir, que no los haga menos, que voltee a verlos, que los incluya en su agenda y que, en su magnanimidad los apoye.

Aún están frescos en la memoria social los diversos episodios de conflicto que llegaron al punto de las riñas entre gallardistas y obradoristas, pero eso no le importó a la desmemoriada Rita Ozalia Rodríguez Velázquez, quien el pasado miércoles dio a conocer que se reunió con el jefe político de la Gallardía.

El encuentro no fue para reclamar el maltrato recibido antes y durante el proceso electoral. No tenía en mente poner sobre la mesa los abusos ni el ninguneo del que fue objeto Morena.

No le planteó el agandalle de candidaturas ni mucho menos la operación electoral en contra del obradorismo y en especial de ella misma, quien debió cargar con la derrota en la elección al Senado.

No plantó cara para, aunque sea a toro pasado, quejarse de que le hayan endilgado a Juan Ignacio Segura Morquecho como compañero de fórmula.

No fue tal reunión para decirle personalmente a Gallardo que la coalición PVEM-Morena-PT fue una farsa como ella lo reconoció hace unas semanas. No le dijo que Morena no quería esa alianza porque surgió de un acuerdo nacional. No le dijo que en el obradorismo repudian profundamente al Verde y no de ahora sino desde antes de que se volvieran gobierno.

La comitiva morenista fue a otra cosa: entre líneas pidieron respetuosamente no ser invisibilizados, que les haga el favor de juntarlos para la segunda parte del sexenio.

Sí, que les eche la mano, que les comparta migajas del ejercicio del poder público estatal.

La dirigente de la 4T no fue sola al encuentro con Gallardo.

La comitiva guinda que más semejaba ser una comisión de cortesía, se completó con Francisco Javier Cabiedes Uranga, secretario de Finanzas del Comité Nacional de Morena, Mauricio Rodríguez Alonso, Delegado de Claudia Sheinbaum Pardo en San Luis Potosí y Francisco Adrián Castillo Morales, diputado federal electo.

Ricardo Gallardo los recibió en su despacho acompañado de Héctor Serrano Cortés, dirigente estatal del Partido del Trabajo y recientemente nombrado coordinador de las y los diputados de la Gallardía en la siguiente legislatura.

“Estuvimos con el Gobernador Ricardo Gallardo, para solicitarle una reunión institucional con los Presidentes Municipales y Diputados Locales electos de nuestro partido, con el fin de llevar una agenda política que les permita, transitar en un ambiente de trabajo por San Luis Potosí y de manera respetuosa con el Ejecutivo Estatal porque como siempre nuestro objetivo primordial es: con el pueblo todo, sin el pueblo nada”.

Así, de manera sucinta Rodríguez Velázquez sintetizó el encuentro con el jefe del gallardismo. En plata, lo que piden es que institucionalmente les comparta una porción del pastel.

O lo que es lo mismo, que invite a los alcaldes de Morena a los eventos de reparto de despensas y los haga partícipes de los programas y acciones que el gobierno estatal emprende en los municipios.

Que comparta la línea a los diputados del PVEM-PT con los de Morena, que no los deje al margen de sus maniobras en el legislativo y que los incluyan en las iniciativas de ley que a su contentillo decida presentar el mandatario.

Es decir, que los hagan parte de la mayoría legislativa.

¿Qué hizo posible esa reunión por demás inexplicable?

A continuación, las siguientes opciones:

1. Que la dirigencia local se ha disciplinado y cumplió una orden nacional, no de Mario Delgado Carrillo quien va de salida, sino del equipo de la presidenta electa, Claudia Sheinbaum Pardo.
2. Que a Rita Ozalia y a su comité les gusta la mala vida y les sienta de maravilla ser segundones, comparsa y cómplices de un gobierno distante años luz de la esencia del obradorismo y de la cuarta transformación.
3. C) Que están de acuerdo en que la Gallardía gobierne al estado durante muchos, muchos años e instaure un cacicazgo en perjuicio de las y los potosinos.
4. Que esa reunión ha sido una farsa más en la que Morena no tiene problema en ser objeto de burla.
5. Que el gobernador es todo un estadista que encabeza una administración bajo los principios de no mentir, no robar y no traicionar y que, por tanto, es obligado acompañarlo en la construcción del ansiado Estado de Bienestar.
6. Que Ricardo Gallardo es un líder natural como no lo hay en Morena y que sería una locura no estar bajo su cobijo.
7. Que hay una graciosa y por demás risible esperanza de que la alianza de un giro positivo y que a Morena ahora sí le den el trato que le corresponde por ser la primera fuerza política nacional.
8. Que Rita Ozalia y su gente de plano no entienden gran cosa de cómo hacer política y ser auténtica oposición en tiempos de la Gallardía. Si no pueden hacerlo que se hagan a un lado y dejen las riendas del partido a alguien capaz de romper lazos con esa mafia.

Puede haber muchas otras razones para sustentar la reunión, pero lo cierto es que obradorismo y gallardismo no solo han sido adversarios sino enemigos declarados.

Lastimosa actitud de una dirigencia que no quiere entender que mantener su comunión con la Gallardía resultará tan nociva como lo ha sido en los últimos años.

Da la impresión que a Rita Ozalia y a su comité les gusta la mala vida, les complace el maltrato, el abuso, el ninguneo y el desprecio.

Si acaso, apenas mendigar al ejecutivo algo de atención.

Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Astrolabio.