Estela Ambriz Delgado
El territorio, además de ser un lugar donde se habita y se genera identidad, a nivel municipal es un espacio de pugna, de generación y creación de riqueza, que se administra políticamente bajo un modelo explotador del medio ambiente y con efectos perniciosos, sobre todo en el mediano y largo plazo para la sustentabilidad hídrica, a través de ciclos políticos en los que únicamente se capitalizan las crisis, de acuerdo con el doctor en Arquitectura Sustentable, Edgar Hilario Piña Hernández.
En la conferencia “Territorio y gestión hídrica sostenible en San Luis Potosí”, en el marco del XXIII Festival de Cerro de San Pedro, el investigador explicó que cada municipio es un territorio que se gestiona política y administrativamente de manera separada y a corto plazo, atendiendo a intereses económicos y, sobre todo, a cálculos políticos que están alejados de la realidad de la naturaleza, del lugar donde habita la población.
Sin embargo, las sequías y los desastres ambientales que dejan a mediano y largo plazo dichas administraciones, son ajenas a sus ciclos y divisiones, así como los ecosistemas y el acuífero, que se encuentran vinculados entre sí, como en el caso de los municipios San Luis Potosí, Mexquitic de Carmona, Soledad de Graciano Sánchez, Cerro de San Pedro, y Villa de Zaragoza.
Piña Hernández señaló que las administraciones tienen diversos problemas estructurales, que históricamente han permitido el manejo discrecional de los recursos económicos y materiales, por lo que lejos de resolver, representan una barrera para una gestión eficiente y los problemas que la sociedad enfrenta, los cuales requieren soluciones complejas con una visión de corto, mediano, y largo plazo como, por ejemplo, la crisis del agua que actualmente se ha agravado.
“Desgraciadamente la manera en la que funcionan los ciclos políticos es en periodos de tiempo cortos, que no tienen nada que ver con la realidad que estamos viviendo y que más bien, al contrario, sirven para que se puedan capitalizar las crisis y que algunos sectores puedan sacar provecho desde de muchas maneras, sin ofrecernos realmente las soluciones que necesitamos”.
El experto puntualizó que esta gestión se trata de un modelo explotador con efectos perniciosos, sobre todo en el mediano y largo plazo, para la sustentabilidad hídrica de la ciudad, además de que se genera un modelo urbanístico disperso en el que vuelve a la población cada vez más dependientes del automóvil, aumentando con ello la contaminación atmosférica.