Texto y fotografías por María Ruiz
Las madres nunca se cansan de esperar… Ni de buscar, fueron las palabras de Edith Pérez Rodríguez, presidenta del colectivo de familias buscadoras Voz y Dignidad por los Nuestros, mientras miraba los rostros de Calep Adonai Maldonado Monsiváis, Israel Andrade Hernández, Alan Michel Martínez Vargas y Jorge Rodríguez Ortiz.
Cuatro jóvenes potosinos de ahora 20, 22, 25 y 26 años de edad respectivamente, desaparecidos en su tránsito por Tonalá, rumbo a Lagos de Moreno, Jalisco, y quienes el pasado 26 de julio de 2023 cumplieron dos años de haber sido víctimas de desaparición forzada por parte de elementos policiales de esta localidad, mientras se dirigían a realizar labores de albañilería, subcontratados por una empresa de construcción.
Sus rostros ahora retratan narrativas de entendimiento y empatía para las víctimas de este delito, que por medio de un fotomural elaborado por el artista urbano Juan Carlos Nsano, amigo de Israel y quien sabe que el recuerdo de una persona desaparecida es indeleble, buscan a través de la memoria colectiva hacer notar que desaparecer a alguien no es normal, que es un rasguño a la tranquilidad de otros y es cruzar el umbral a una realidad reescrita por la impunidad.
Este encuentro fue creado por las integrantes de Narrativas Dignas, un proyecto documental de memoria histórica dirigido por la periodista Marcela Del Muro, colaboradora de Astrolabio, quien desde hace más de ocho años, de la mano de Voz y Dignidad por los Nuestros, se ha dedicado a salvaguardar las historias de las víctimas para ayudar a desdibujar las violencias, complejidades y matices ajenos a la verdad de las familias y sus desaparecidos.
“Narrativas Dignas nace para sumarse a las familias de desaparecidos y víctimas de feminicidio contra las narrativas revictimizantes que son utilizadas por el Estado, por la academia y por los medios de comunicación para justificar la inacción del Estado por la falta de acceso a la justicia y este consiste en crear memoriales ciudadanos para víctimas de desaparición y feminicidio, justamente para colocar las historias que las familias quieren contar sobre sus hijos de forma respetuosa, digna y amorosa”, apuntó Marcela del Muro.
Fue así que desde la mañana del domingo, en medio de un ritual íntimo, comenzó una especie de acompañamiento, un diálogo con la ausencia de estos cuatro jóvenes, el artista, las familias y el colectivo de búsqueda, quienes rescataron sus historias del olvido y quienes junto a Nsano crearon un fotomural que servirá para socializar sus recuerdos, para que la sociedad deje de desconocer la gravedad de esta situación.
“Alan, Calep, Israel y Jorge desaparecen en Lagos de Moreno, ellos iban a trabajar a Jalisco por parte de una empresa de contratistas aquí en San Luis Potosí, la empresa está localizada en la zona industrial. Entonces nosotros buscamos como un punto que pudiera ser visible para las personas que van a la zona industrial, como un señalamiento a esas empresas que violan los derechos laborales, como pasó en este caso, ya que ellos trabajaban en Lagos de Moreno, en Jalisco, bajo condiciones muy precarias, entonces son temas que se tienen que colocar, visibilizar cómo es que las empresas los vulneran a tal grado de que pues ellos desaparecieron y ni siquiera la empresa se hizo responsable”, apuntó la periodista.
Por ello los recuerdos y los sentires de las familias tienen que salir del anonimato, a través de la acogida del arte, para desentrañar el dolor, pero también la esperanza de encontrarlos, en donde los rostros de estos cuatro jóvenes son un llamamiento a la dignidad y a la reflexión.
Crear, para resignificar las ausencias
Juan Carlos Nsano nunca imaginó que uno de sus amigos más cercanos, Israel, sería víctima de desaparición forzada en el municipio de otro estado.
Tampoco vislumbró que su arte formaría parte de un llamamiento social, que por primera vez en San Luis Potosí expone, a través del artivismo y el fotomural, un nuevo espacio de reclamo colectivo que demandaba justicia para los desaparecidos de parte de las autoridades.
“La primera intervención la hicimos (hace dos años) realmente fue porque no sabíamos cómo reaccionar ante esto, yo soy amigo de Israel uno de los desaparecidos, me entero de esto de la desaparición y digamos que se me frena todo. Yo ya había visto que esta cuestión de lo desaparecidos era muy repetitiva y queríamos crear algo que de verdad incidiera, entonces pensé que en juntar fotografías y juntarlas con otros materiales, todo en gran formato”, explicó.
Así comenzó a llevar a cabo este tipo de intervenciones, con el fin de colocar los rostros de estos cuatro jóvenes en diferentes puntos de la ciudad, como un acto de apropiación de los espacios públicos para buscar transformar la percepción de las personas y así se sensibilicen y comprendan cómo se construyen estos actos de violencia.
“Bueno yo lo que he buscado es que la sociedad sepa que las personas no desaparecen porque quieren, tampoco porque ellos o ellas lo hayan ocasionado, desaparecen porque hay un estado de indefensión muy grande que hoy día enfrentamos las personas jóvenes. Motivo por el cual Narrativas Dignas busca por medio de este memorial, hacer escuchar a las familias, porque muchas veces tendemos a criminalizar a la víctima”, comentó.
El artista urbano también consideró que es necesario que más creadores se sensibilicen y se sumen a este tipo de causas, que abonan a ilustrar al público sobre la problemática de desapariciones forzadas que se viven en el país.
Este foto mural, fue realizado en una bodega sobre avenida Industrias que sirvió de lienzo perfecto para este ejercicio, esta acción de resistencia, un movimiento en memoria de las víctimas.
“De alguna forma lo que hacemos impacta a la sociedad y se suma como respaldo a las víctimas, pues son historias de lucha”.
La búsqueda de la verdad
A más de dos años de la desaparición de Alan, Calep, Israel y Jorge, Edith Pérez mencionó que ha sido uno de los acompañamientos en los que han tenido que sortear más obstáculos como colectivo, como el desinterés de las autoridades estatales de Jalisco y San Luis Potosí, hasta lo complejo que es cubrir las diligencias de búsqueda en otra entidad.
“Desde un principio y gracias al trabajo que se ha hecho desde Voz y Dignidad, en estos dos años se pudo crear un trato directo con la Fiscalía de Desaparecidos de la Ciudad de México. Así empezamos a trabajar con la Fiscalía General de la República, a quien se le turnaron estos casos de desaparición, aunque sabemos que estos espacios también están saturados por la cantidad de casos. Por lo que hemos hecho un trabajo bastante cuidadoso, meticuloso y sobre todo profesional, para así darle seguimiento”.
Respecto a los avances de estos casos, Pérez Rodríguez comentó que hasta el momento se encuentran detenidos cuatro elementos policiales, al parecer municipales, por actos de colusión con el crimen organizado y su vínculo con la desaparición de estos cuatro jóvenes.
“Fue muy difícil dar con ellos luego de las pruebas y testimonios que se han brindado durante todo el proceso, pero por fin se encuentran detenidos, es lo único que puedo decir y que la investigación seguirá su curso”.
Pérez Rodríguez además reconoció que la desaparición y no localización de personas se ha recrudecido con lo años, convirtiéndose en un problema social que no es exclusivo de San Luis Potosí, sino que se refleja en todo el territorio mexicano.
Por lo que insistió en la creación de espacios en los que las familias puedan expresar y hacer un llamamiento a la dignidad de las víctimas, que cada vez son más criminalizadas por las autoridades.
“Hay que sensibilizar sobre el tema y atraer los discursos de amor y comprensión, nuestros y nuestras desaparecidas merecen ser reconocidos de manera digna y darles el valor que se merecen. Por ello es tan necesario el trabajo de Narrativas Dignas, para documentar desde un enfoque humano lo que atraviesan las familias víctimas”.
La espera de una familia
Para Ofelia Rodríguez Ortiz, la desaparición de su hermano Jorge es el sentimiento más angustioso que han tenido que enfrentar como familia, pues para ellos cada semana es volver a empezar y reafirmarse una vez más que él no está aquí.
Es llevar a puertas cerradas su dolor, para acompañarse y desafiar día con día el miedo y el dolor que su ausencia ha ocasionado, y así poder repararse y volver a habitar una vida repleta de incertidumbre.
“Han sido dos años muy fuertes, muy tristes, muy desesperantes, con sentimientos encontrados. Días de mucha ansiedad y mucha impotencia, pues también lo desaparecieron como arte de magia, de un día para otro, sin saber de él, solo queremos que regrese pronto a casa”.
Sus días de convivencia se convirtieron en días de búsqueda, de pegar fichas, de alzar la voz y permitirse momentos de llanto, en medio de una búsqueda que en algunos instantes pareciera interminable.
“Pese a todo eso, tengo esperanza, porque Voz y Dignidad por los Nuestros nos apoya y nos ayuda a seguir alzando la voz, que sepan todos que los seguimos buscando”.
Mientras Ofelia miraba cómo colocaban el retrato de su hermano en el memorial, también recordó con un ligera sonrisa a su hermano y ese amor es el que le hace concebir otras oportunidades, otra historia en donde su sueño de volverse a encontrar se hace realidad.
Ofelia siempre habla de Jorge en presente, porque él existe en su memoria, en sus recuerdos, en aquellas risas entre familiares que revelan parte de su historia y también, en el llanto que lo honra.
“Jorge es alegre, muy optimista, muy humanitario, él es una persona que ayuda mucho a la gente y a todo aquel que lo necesite, él es muy noble. Le gusta mucho la música, le gusta bailar y también a él le gusta mucho aprender de todo. Él hacía de plomería, albañilería y carpintería. A él le gusta todo tipo de trabajo”, contó su hermana.
Desaparecer no es normal y Ofelia lo sabe, pues entre lágrimas pide que no se olviden de su hermano y de la gravedad que conlleva una desaparición.
“Necesitamos que la gente se sensibilice, que haya más apoyo de las autoridades porque en realidad este es un camino muy difícil y pues se necesita de mucho apoyo y también, pues gracias a todas las personas ya que nos están ayudando, que se organizan y pues hacen de una manera u otra, actividades para sensibilizar sobre el tema y hacerlos visibles, como lo es este fotomural. Hasta encontrarles”.