Por Alejandro Rubín de Celis
Xavier Nava Palacios, el joven político que alcanzó una diputación federal por el PRD, ahora tiene prácticamente en sus manos la candidatura de la coalición PAN-Movimiento Ciudadano (MC) a la presidencia municipal de San Luis Potosí. El nieto del extinto líder civilista Salvador Nava Martínez no tiene oficialmente el respaldo de la dirigencia estatal panista ─que por razones obvias no puede darle abiertamente su apoyo─ pero tampoco tiene un contendiente de peso que le pueda hacer sombra en la elección interna del Partido Acción Nacional.
La senadora Sonia Mendoza, una de las que ha levantado la mano para ser la candidata blanquiazul, es un cartucho quemado que lleva a cuestas el peso de la derrota en la pasada elección por la gubernatura del Estado y su grupo político ha perdido fuerza frente al bloque de la dirigencia estatal que encabeza Xavier Azuara Zúñiga. Jalil Chalita, otro de los que quiere contender en la interna, no tiene grupo político sólido y carece del apoyo de las bases de Acción Nacional, mientras que Arturo Ramos Medellín es un panista de la vieja guardia que ha ocupado cargos dentro de la dirigencia estatal pero que hoy está prácticamente marginado del grupo que toma las decisiones y que tiene el control del partido en el estado.
Sin embargo, Nava Palacios no iba a dar pasos en falso y ha hecho ya los amarres necesarios, tanto con Xavier Azuara como con Eugenio Govea, dirigente estatal de Movimiento Ciudadano ─y ex panista resentido─, para asegurar el triunfo en la elección interna del PAN, aún habiendo otros contendientes, y para que MC apruebe su candidatura sin problema alguno, a sabiendas de que pueden ser muchos los beneficios para ese partido y sus dirigentes si ganan la elección.
Se trata de un matrimonio por conveniencia. Azuara y Govea saben que no hay otro aspirante de la coalición que no sea Nava que pueda hacerle mella a su seguro y más férreo oponente: Ricardo Gallardo Juárez. Si no es con él, la derrota está anunciada; si es con él, existe al menos una posibilidad, aunque remota, de ganar la presidencia municipal.
Eso lo saben también panistas de la vieja guardia como Alejandro Zapata Perogordo, Antonio Herrán Cabrera, Beatriz Eugenia García, Mario Leal Campos, Miguel Martínez Mireles y Octavio Pedroza Gaitán, quienes junto con otros líderes, militantes y simpatizantes de Acción Nacional han firmado una carta de apoyo a su candidatura porque según afirman “encontramos en la persona de Xavier Nava Palacios una alternativa democrática donde se plasman los valores y principios del partido, además de acreditar con su trabajo una visión humanista que lo hace compatible con la doctrina de Acción Nacional”, y porque más de alguno ve en la victoria electoral la posibilidad de ocupar nuevamente un cargo público.
Nava Palacios, quien supuestamente buscaba ser candidato independiente, sólo uso esta figura como peldaño para alcanzar la candidatura de la coalición PAN-MC, sabedor de que la dirigencia panista tenía claro que por la libre él se llevaría una parte importante del voto blanquiazul y que Acción Nacional ─el partido que realmente le puede dar la fuerza base que necesita─ quedaría condenado a una estrepitosa derrota electoral. Nava por su parte sabía que no tenía mayores posibilidades de triunfo como candidato independiente, pues como él mismo lo dijo hay un “complicado panorama para los independientes, ya que no existe piso parejo para buscar algún puesto de elección popular mediante esta figura” y “más con la competencia que vamos a tener”.
Lamentablemente, con este paso, Xavier Nava contribuye a desvirtuar y desprestigiar la figura de candidato independiente en la que aún muchos ciudadanos depositan su confianza ─a pesar de casos como los de Margarita Zavala, Jaime Rodríguez El Bronco y, en lo local, del ex panista Carlos Garrigos─ dada la gran decepción que han provocado los partidos y sus candidatos en una parte importante del electorado.
Insistimos en que aún con el apoyo del PAN, su estructura y sus recursos, y otro poco que en ambos sentidos le pueda aportar Movimiento Ciudadano, así como con el respaldo de una parte del sector empresarial, Xavier Nava la tiene “cuesta arriba” en la elección municipal, pues a diferencia de lo que muchos todavía creen no será capaz de aglutinar al ya disminuido Navismo que siguió a su abuelo y a quienes heredaron sus ideales, pues una parte de ellos lo cuestiona por haber apoyado a Gallardo en el pasado como candidato y denostarlo ahora como alcalde de la capital potosina, y por rodearse de perredistas, panistas y “navistas light”, que en algún momento de su trayectoria política se han acogido a los privilegios del régimen y le han dado la espalda a la sociedad.
Pero quizá el mayor desafío que tendrá Nava Palacios es contrarrestar los efectos que por años ha producido la maquinaria del gallardismo con su estrategia clientelar, una estrategia que le reportó a Ricardo Gallardo 131 mil 500 votos ─así, con esa precisión─ en la elección de 2015, de acuerdo a datos del Consejo Estatal Electoral, cifra que seguramente se incrementará gracias a que en dos años y tres meses ha entregado dádivas a más de 200 mil personas… y lo que falta de aquí al 31 de marzo, fecha límite que tiene el alcalde para pedir licencia y hacer campaña para contender por su reelección.
Será la lucha de David contra Goliat. Veremos hasta dónde le da el nombre y su capacidad para aglutinar votantes inconformes con ésta y otras administraciones municipales, ofreciendo un proyecto que, afirma Xavier Nava, será de transformación total a favor de la gente.