Angélica Campillo
Son insuficientes los apoyos económicos por parte del gobierno municipal como estatal de San Luis Potosí ante la contingencia sanitaria por el COVI-19, manifestó el presidente de la organización civil Nuestro Centro, Alberto Narváez Arochi.
El empresario mencionó que, prácticamente casi un 80 por ciento de los negocios del Centro Histórico están cerrados debido a que la gente está acudiendo menos a este sitio, y las ventas están a un cinco por ciento, “es una situación muy complicada, con poca perspectiva de levantarnos pronto y mucho menos, con la falta de apoyos, sobre todo federales”.
Explicó que, si la gente deja de pasar por un lugar, se verán obstruidos los ingresos de los negocios que ahí se localizan, total o parcialmente, y después de 3 meses entrarán en una fase de quiebra, por lo que algo similar ocurrirá con muchos negocios del Centro Histórico, “empezarán a caer los más débiles”. Apuntó que, los que corren riesgo de cerrar son quienes deben dinero o los que pagan renta, que son el 90 por ciento de los locales.
Especificó que, los primeros giros en cerrar ante las bajas ventas, son los restaurantes porque tienen costos operativos muy altos, “la mayoría viven al día”. Agregó que, la proyección es que el 70 por ciento de los restaurantes en San Luis Potosí estén en fase de quiebra, debido a la contingencia sanitaria por el COVID-19; dijo que, si esto se traslada a los restaurantes del Centro Histórico, no sería el mismo número, “pero yo creo que sí van a sufrir más de la mitad”.
Destacó que, si bien no desdeñan los apoyos tanto el gobierno municipal, que está otorgando dinero en efectivo, como el gobierno estatal, que otorga créditos a través del Sistema de Financiamiento para el Desarrollo (Sifide) a los empresarios, con una tasa preferencial, es insuficiente. Aseveró que, bajo este contexto, el horizonte es “muy negro” para los comercios del Centro Histórico.
Manifestó que, si un arrendatario ha sido constante en sus pagos de renta durante varios años, el propietario debe comprender que, ante la contingencia sanitaria y las bajas ventas tendría que bajar el costo de la misma o bien, condonarla durante los meses que dure el problema, sin embargo, lamentó que los dueños de los locales no sean objetivos, por lo que hizo un llamado a que adopten estas medidas, “ya regresaremos a pagar después”.
Narváez Arochi calificó de omiso al gobierno federal ante esta contingencia, en lo referente a la economía, “eso es irracional y lo vamos a pagar muy caro”; mencionó que todos los países desarrollados han asumido el costo, “con endeudamiento de hasta de 4 o 5 puntos, algunos más, como Estados Unidos 12 por ciento de su Producto Interno Bruto, para apuntalar la economía”.
Recordó que, durante las obras de rehabilitación de la calle Guerrero, hubo 7 negocios que cerraron definitivamente sus puertas, debido a sus bajos ingresos, los cuales, en su mayoría pertenecían a los giros de venta de ropa artesanal, venta de calzado y otros de souvenirs; mientras que, en la calle de Álvaro Obregón, durante su rehabilitación, quebraron 15 negocios.
