Alejandro Rubín de Celis
La reforma constitucional contra el nepotismo finalmente entrará en vigor hasta el 2030. Y, aunque la senadora Ruth González haya declarado que se descarta para buscar la gubernatura de San Luis Potosí en 2027, tal como se aprobó la enmienda en el Senado le da vía libre para que sea la más fuerte aspirante del Partido Verde a ese cargo.
El Partido Verde Ecologista de México, que ni es Verde ni es Ecologista, ni otra cosa que no sea un nido de vividores, doblegó a Morena y a la presidenta Claudia Sheinbaum que, en el caso potosino, conoce perfectamente la clase de persona que es el gobernador de San Luis Potosí (pues grupos de potosinos le han hecho llegar toda la información desde hace meses), más aún con los agravios que le ha propinado a la propia Presidenta, y cuáles son sus intenciones reales al proseguir con su proyecto transexenal.
De acuerdo con una nota del periódico Reforma que remite a un comunicado de prensa, y a una entrevista que le hizo el periodista potosino, Jesús Aguilar, en su programa radiofónico (aquí la nota y el audio de la entrevista a partir del minuto 3:23), la senadora Ruth González Silva, esposa del gobernador, Ricardo Gallardo Cardona, se descarta como candidata a la gubernatura de San Luis Potosí. Sin embargo, el senador morenista, Gerardo Fernández Noroña, manifestó que sus correligionarios en el Senado aceptaron postergar la iniciativa hasta 2030 debido al interés particular del partido del tucán por mantener la gubernatura de San Luis Potosí a través de la cónyuge del mandatario en funciones, y porque no tenían la certeza de que los senadores del PAN apoyaran la reforma para que entrara en vigor en 2027.
Si Ricardo Gallardo Cardona ya había hecho todo lo necesario durante más de tres años haciendo uso del engaño y de recursos públicos para posicionar a su esposa, primero como candidata al senado y en su momento hacerlo por la gubernatura de San Luis Potosí, no hay que dudar mucho de que en los dos años y siete meses que restan de su gestión ¡echará la casa por la ventana! con cargo a los habitantes del estado, con tal de que Ruth González sea gobernadora.
¿Qué explicación le darán los senadores guindas y la Presidencia a los morenistas potosinos de cepa, a los oriundos y genuinos que estuvieron con la 4T desde que surgió como un movimiento y antes de ser partido, ese partido que hoy le abre la puerta a cualquier expriista o expanista por corrupto que sea?
¿No fue suficiente que decenas de miles de habitantes de San Luis Potosí se sintieran traicionados y resistieran el trago amargo de haber padecido la simulación orquestada por el entonces dirigente nacional de Morena, Mario Delgado, quien mientras oficializaba la candidatura de su partido a favor de la expriista, Mónica Rangel, operaba debajo de la mesa para asegurar la llegada de Gallardo Cardona a la gubernatura del estado?
Transcurrieron casi cinco meses desde que Claudia Sheinbaum, al tomar posesión como Presidenta de la República el 1 de octubre de 2024, reenumeró sus 100 compromisos de campaña (ya los había dado a conocer desde febrero de 2024), el décimo primero de los cuales se refería a impulsar una reforma constitucional que evitara la reelección y el nepotismo: “(…) También impulsaremos la prohibición de suceder a un familiar directo en los cargos de elección popular en el periodo inmediato en presidencias municipales, alcaldías, gubernaturas o presidencia de la República. No al nepotismo”. En la ceremonia de conmemoración del 108 aniversario de la Constitución, Sheinbaum anunció el envío de la citada modificación a la Carta Magna la cual llegó dos días después al Senado de la República. Y el 18 de febrero, las comisiones de Puntos Constitucionales y Estudios Legislativo de la Cámara Alta aprobaron por mayoría la iniciativa presidencial que ya contenía la disposición de aplicar la norma anti nepotismo a partir de 2027.
Era de suponerse que después de varios meses de negociaciones, esa reforma estaría perfectamente planchada, al menos con los grupos parlamentarios en alianza, pero está claro que eso no sucedió. Y en solo una semana, la presión ejercida por el senador Manuel Velasco Coello, líder de la bancada del Verde en el Senado, junto con sus correligionarios y cabilderos, fueron capaces de doblegar a los senadores de Morena y a su coordinador Parlamentario, Adán Augusto López, y modificar el plazo para que la norma entre en vigor hasta el año 2030.
En un país presidencialista como el nuestro, no hay decisión políticamente relevante y que tenga que ser sometida a votación en el Congreso de la Unión que no pase por la persona que encabeza el Poder Ejecutivo, y menos en este caso cuando la reforma original había sido impulsada por la presidenta Claudia Sheinbaum. De manera que es muy posible que la manita de puerco aplicada por los siempre ambiciosos (dizque) verde ecologistas, fuera a cambio de aprobar futuras reformas constitucionales propuestas por la Presidencia de la República para las que sus votos son indispensables, al menos hasta ahora.
Una de las interrogantes que más inquietan es saber si Morena y el Verde irán juntos o separados por la gubernatura del estado en 2027. Si cada uno va por su cuenta, aún no se ven trazas de que Morena pueda alcanzar la fuerza suficiente para competirle al amo y señor del estado, pero desde mediados de 2023, Claudia Sheinbaum, aun precandidata de Morena a la Presidencia de México, reunió a un grupo con liderazgos de distintos puntos del país para reforzar el débil trabajo de base que hasta entonces realizaba el morenismo local, mientras que en la actualidad, Morena lleva a cabo una campaña nacional de afiliación con la que pretende alcanzar 10 millones de afiliados. Meta difícil de cumplir, pero con una pequeña parte de este objetivo que se logre en San Luis Potosí lo dejaría en mejor posición en la búsqueda de que San Luis Potosí se pinte de guinda en las elecciones para gobernador en 2027, como lo manifestó la dirigente nacional de Morena, Luisa María Alcalde, en octubre pasado.
Otro factor de gran peso para que Morena tenga alguna posibilidad de ganar la gubernatura por su cuenta o en alianza es saber quién puede ser el candidato o candidata al cargo. La más fuerte, aunque desarraigada, es sin duda Rosa Isela Rodríguez, si es que la Presidenta Sheinbaum decide remplazarla en la Secretaría de Gobernación y apoyar su candidatura tras bambalinas. La hermana de Rosa Isela, Rita Ozalia, es una mujer de bajo perfil, que no tiene carisma ni ha hecho el trabajo político necesario para aspirar a obtener la postulación. Y el empresario Gerardo Sánchez Zumaya, que en más de una ocasión dijo que quería ser el próximo gobernador, ni sus luces desde hace meses.
Otra opción, mucho menos probable sobre todo por las resistencias locales, es aceptar la candidatura de Enrique Galindo Ceballos, defenestrado del PRI y que, más mal que bien, pero llevará ya unos seis años en la alcaldía de la capital para cuando haya que elegir al candidato oficial de Morena a la gubernatura.
Si fuesen en alianza Morena-Verde-PT, no hay duda de que Ricardo Gallardo Cardona hará todo lo que esté a su alcance para que la encabece su esposa o, en su defecto, su padre. Y para ello tendrá todo el apoyo del senador Manuel Velasco y su grupo de expertos en presión política, en cuyo caso ya podemos saber cuál será el final de la película: la continuidad de un proyecto transexenal y caciquil que hará un enorme daño social, político y económico a San Luis Potosí.
Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Astrolabio.
Es Licenciado en Ciencias de la Comunicación por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente. Periodista desde hace 38 años. Fue coordinador de Noticias de Canal 7 de televisión en SLP y director de la revista Transición en sus versiones impresa y electrónica. Docente universitario durante 31 años. Ha impartido materias de periodismo, ética de la comunicación y opinión pública.