María Ruiz
Lucía Gabriela Rosales Ortuño, directora de Salud Pública de los Servicios Estatales de Salud, informó que desde el 9 de mayo de este año se han registrado oficialmente cuatro fallecimientos por golpe de calor en San Luis Potosí.
Además, seis defunciones están actualmente en investigación para determinar si se relacionan con golpe de calor, deshidratación o quemadura, los diez casos presentados en los municipios de Aquismón, Tamuín, Ciudad Valles, San Martín Chalchicuahutla, Tampamolón Corona y Ciudad Fernández.
La confirmación de estas defunciones, dijo, es un proceso que requiere la revisión de cada caso.
Rosales Ortuño aseguró que no existen 24 muertes por golpe de calor en la entidad, y que esa es una cifra no oficial proporcionada por un paramédico de Ciudad Valles durante el fin de semana.
Explicó que para determinar si una defunción se debe al golpe de calor se consideran varios factores, como quemaduras, lesiones en la piel y la temperatura corporal. Por ejemplo, que una persona presente más de 42 grados Celsius, taquicardia, somnolencia y resequedad, es ahí que se clasifica como golpe de calor.
Por otro lado, la deshidratación se diagnostica cuando la temperatura corporal está entre 40 y 42 grados Celsius.
También destacó la importancia de revisar los antecedentes médicos de los pacientes para evitar confusiones entre golpe de calor, deshidratación y otras complicaciones.
Las personas más afectadas por esta condición son adultos mayores de 60 a 68 años, especialmente aquellos con comorbilidades.
Ante este panorama, la especialista brindó varias recomendaciones para prevenir golpes de calor como beber agua de manera continua, incluso si no se siente sed; los sueros orales también son útiles para mantener los niveles de glucemia estables. Evitar actividades al aire libre en horarios críticos, entre las 11 y las 18 horas, así como la exposición al sol. Esto es especialmente relevante durante la época de festivales.
“Para determinar si una defunción se debe al golpe de calor, es importante considerar los antecedentes de salud de los pacientes. Las personas con comorbilidades tienen mayor propensión a la deshidratación”.