Siria (30 de septiembre de 2016).- En la ciudad siria de Alepo, los niños no están seguros en ningún lugar, ni siquiera en las escuela subterráneas, debido al uso de “bombas antibúnker” contra los barrios asediados de la ciudad, afirma este viernes Save the Children.
El empleo de estas bombas en Alepo constituye potencialmente un crimen de guerra, según la oenegé.
“Las escuelas en la parte oriental de Alepo, que debían reabrir sus puertas mañana (sábado) (…) permanecerán cerradas debido a un asalto feroz, lo que priva de instrucción a cerca de 100 mil escolares”, deplora en un comunicado.
Las fuerzas del régimen sirio lanzaron hace una semana una gran ofensiva con el apoyo activo de su aliado ruso para reconquistar el conjunto de la ciudad dividida de Alepo, centro del conflicto.
Los 250 mil habitantes de los barrios rebeldes están asediados y sus barrios son bombardeados sin respiro por los aviones del régimen y de su aliado ruso.
Los más de 100 mil niños atrapados en esta zona “son los más vulnerables, los primeros y los que más sufren”, denunció el jueves el jefe de operaciones humanitarias de la ONU, Stephen O’Brien, que denuncia “la catástrofe humanitaria más grave vista en Siria” en cinco años de guerra.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, evocó sobre todo el uso de bombas “antibúnker -que sirven para destruir objetivos subterráneos- y los occidentales lanzaron acusaciones de “crímenes de guerra” contra Rusia por el presunto uso de tales municiones reservadas normalmente a blancos militares.
‘Ningún lugar seguro’.
Save the Children apoya 13 escuelas en la ciudad, ocho de ellas instaladas en subterráneos, precisa la ONG este viernes en un comunicado.
“Con el uso la semana transcurrida de ‘bombas antibúnker’, que pueden penetrar de 4 a 5 metros bajo tierra antes de estallar, las escuelas subterráneas también son peligrosas”, subraya.
“Los padres tienen miedo de mandar a sus hijos a la escuela porque todo es bombardeado”, explica Omar, director de una escuela de la parte oriental (rebelde) de Alepo, citado por Save the Children. “El ruido de las bombas antibúnker provoca de por sí un estado de terror y pánico”.
El Cluster educación estima en 94.260 el número de menores de edades comprendidas entre 5 y 17 años en la parte oriental de la ciudad de Alepo. Y según Save the Children, más de 300 niños murieron o resultaron heridos los pasados cinco días.
“No podemos ir al colegio (…) Uno de mis amigos murió en un bombardeo, mi mejor amigo”, cuenta Amjad, de 12 años.
Durante los últimos tres meses, siete miembros del personal escolar y cinco escolares murieron en las escuelas que apoya Save the Children en el este de Alepo, subraya la oenegé.
“Vamos a descubrir más niños que retiran de los escombros en los hospitales que niños en las clases”, deplora Nick Finney, director de Save the Children para Siria Noroeste.
“Con el uso de las bombas antibúnker, los niños no están seguros en ningún lado”.
“Queremos que el uso de esas bombas sea objeto de una investigación por crimen de guerra potencial”, afirmó.
Fuente: Zócalo.