No al fracking en la Huasteca Potosina

Alejandro Rubín de Celis

El proyecto de Petróleos Mexicanos (Pemex) para usar el método de fracturación hidráulica más conocido como fracking en la extracción de hidrocarburos en diversos municipios de la Huasteca Potosina no es ninguna falsedad como asegura el vocero de esa paraestatal, Oscar García Vázquez. Hay documentos y testimonios que dan cuenta de que los estudios en la zona para una posterior extracción de petróleo y gas es una realidad.

Además del documento que agrupaciones opositoras al uso del fracking mostraron hace días en el que la Secretaría de la Defensa Nacional permite a Pémex el uso de 190 mil kilogramos de explosivos para la extracción de hidrocarburos en los municipios de Tamuín, Ébano y San Vicente Tancuayalab, y la presencia de elementos y vehículos del ejército en la zona, está el Plan Quinquenal de Licitaciones para la Exploración y Extracción de Hidrocarburos 2015-2019 realizado por la Secretaría de Energía, que establece que en San Luis Potosí se tienen identificados mil 798 kilómetros cuadrados de superficie susceptibles de ser licitadas para la exploración y extracción de hidrocarburos no convencionales, y sacar dos mil 46 millones de barriles de petróleo crudo equivalente en recursos prospectivos (más información en Astrolabio Diario Digital  aquí y aquí) .

San Luis Potosí tiene un negro antecedente en torno al uso de técnicas que permitan la extracción de materiales, en este caso oro y plata, y que ha dejado devastado a todo un pueblo, el de Cerro de San Pedro. Nos referimos al caso de Minera San Xavier (MSX).

Cuando inició el proyecto, allá por 1997 la empresa, subsidiaria entonces de la canadiense Metallica Resources Inc. se comprometía a emplear el método conocido como tajo a cielo abierto mediante la técnica de lixiviación con cianuro, sin dañar el medio ambiente, el patrimonio y los bienes de los habitantes del emblemático municipio. Pero sucedió todo lo contrario. Con la complicidad de autoridades locales y federales, especialmente del expresidente Vicente Fox y el ex gobernador Marcelo de los Santos ─aunque también del ex presidente Ernesto Zedillo y el ex gobernador Fernando Silva Nieto─, Minera San Xavier pudo operar pese a violar ordenamientos legales, provocar severas afectaciones al ecosistema y pasar por encima de los derechos de los habitantes de Cerro de San Pedro.

Hubo pobladores del lugar, sobre todo por estar necesitados de empleo, que actuaron de buena fe y aceptaron la operación de la minera. Nunca se imaginaron el grado de devastación que causarían en su espacio de vida.   

Un riesgo parecido relacionado con  los profundos daños causados por MSX en un pueblo potosino, se presenta hoy en algunos municipios de la Huasteca. Un gobierno federal que autoriza el empleo de un método como el fracking, que igualmente provoca daños irreversibles al medio ambiente, a los ríos y manantiales y trastoca la forma de vida de las comunidades en las que se ha usado, y un gobierno estatal cuyo mandatario, Juan Manuel Carreras López, considera que el proyecto “tiene su lado bueno” ─aunque el secretario general de gobierno, Alejandro Leal Tovías diga que no prosperará─ encienden las alarmas sobre el deterioro ambiental, territorial, acuífero y de salud que puede causar la extracción de hidrocarburos en esa zona.   

Carreras no ve mal el proyecto y además se deslinda diciendo que es un asunto fundamentalmente de orden federal ─lo mismo decía Marcelo de los Santos para sustraerse del problema con la MSX─ y no es de dudarse que no meta ni las manos para que la federación haga lo que mejor le parezca.

Por fortuna, en la zona Huasteca se ha gestado un amplio y vigoroso movimiento de rechazo al uso del método de fracturación hidráulica en esa región, que aglutina no sólo a los pobladores de las comunidades que se verían afectadas, sino a autoridades municipales ─incluidos alcaldes─ defensores del medio ambiente y los derechos humanos y líderes sociales que ven los enormes peligros que puede acarrear el empleo de ese sistema extractivo, cuyo uso ha sido prohibido o suspendido por países como Francia, Alemania, Rumania, Bulgaria, España, Italia, Inglaterra, Suiza, Escocia y República Checa, por sus efectos devastadores. Ese movimiento en defensa de la tierra, el agua y la vida está creciendo gracias al eco que ha encontrado en redes sociales y en espacios digitales como Change.org, un sistema de peticiones por Internet muy utilizado por grupos y organizaciones que defienden causas justas.

Es posible que Enrique Peña Nieto se mantenga en la postura de usar fracking en la Huasteca antes que termine su gestión como Presidente de la República. Sin embargo, el proyecto puede ser suspendido por el nuevo gobierno encabezado por Andrés Manuel López Obrador, en espera de que, como ha dicho el tabasqueño, él está del lado de la gente más vulnerable y de un medio ambiente sustentable.                  

En este delicado asunto, Juan Manuel Carreras tiene dos opciones: nadar de muertito  ─como suele hacerlo en otros casos como las denuncias por corrupción contra diputados o el retraso  en la implementación del Sistema Estatal Anticorrupción─ y dejar que el asunto lo resuelva sólo el gobierno federal, o actuar como lo hizo el ex gobernador Horacio Sánchez Unzueta quién, independientemente que mantuvo una gestión polémica en varios asuntos, asumió una firme defensa en favor de la población del municipio de Guadalcázar cuando a mediados de los años 90 la empresa Metalclad Coporation, que buscaba reabrir un confinamiento de residuos industriales peligrosos en el lugar, tuvo como respuesta el rotundo rechazo de sus habitantes ante los riesgos ambientales y de salud que ello representaba, lo que derivó en una demanda de la compañía ante tribunales internacionales ─ya había entrado en vigor el Tratado de Libre Comercio entre México, Canadá y Estados Unidos─ y en el pago de una indemnización por 16.6 millones de dólares por parte del gobierno federal.

¿De qué lado está usted, gobernador?, ¿del lado de los habitantes de la Huasteca y su derecho a la autodeterminación y de la conservación del medio ambiente, o de lado de un gobierno insensible ─el de Peña Nieto─ que es capaz de emplear técnicas demoledoras con tal de conseguir hidrocarburos, y de pisotear los más elementales derechos a la vida y a un medio ambiente limpio, saludable, sostenible y sin riesgos?     

Pase lo que pase en las siguientes semanas o meses, la lucha de quienes defienden su derecho a la tierra, al agua y a la vida, acompañados de una sociedad consciente y solidaria, no debe cesar hasta lograr que el gobierno federal desista en su afán de extraer hidrocarburos con un método tan dañino como el fracking.

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