Angélica Campillo
En el marco de la epidemia por COVID-19, no existen las condiciones en las escuelas de San Luis Potosí para el regreso a clases bajo la modalidad de Centros Comunitarios de Aprendizaje (CCA), como lo plantea la Secretaría de Educación del Gobierno del Estado (SEGE), aseguraron profesores de educación básica, mostrándose a favor de continuar laborando de manera virtual.
La profesora Mayra Almendárez, quien imparte el sexto grado en una escuela primaria pública de Soledad de Graciano Sánchez, dijo estar en desacuerdo con retomar clases presenciales, ya que, además de implicar la movilidad de muchas personas, las condiciones físicas de trabajo en los centros educativos son muy carentes, pues, por ejemplo, hay desabasto de agua, una de las medidas sanitarias primordiales para la contención del virus.
Aunado a ello, señaló que, al tratarse de niños, por más protocolos que haya, después de un año de no verse, van a querer tener cercanía con sus compañeros, por lo que en algún momento se van a perder las medidas de distanciamiento, aunque los profesores les estén recordando que los deben llevar a cabo.
Mencionó que, aunque no esté de acuerdo con el posible regreso a clases, está a disposición de lo que ordenen las autoridades y si en algún momento se hace oficial, es muy probable que sí le toque volver al aula, ya que por su edad y condición de salud no se encuentra dentro de un grupo considerado de riesgo.
Manifestó que una de las principales preocupaciones que tienen muchos profesores es el rezago educativo, ya que se han percatado de lo complicado que ha sido para los alumnos continuar con las actividades y entender algunos contenidos, sin embargo reconoció que la contingencia sanitaria que continúa viviéndose rebasa ese problema.
Dijo que, si bien la vacuna contra el COVID-19 les daría cierta tranquilidad a los docentes para el regreso a clases, habría temor de contagio entre toda la comunidad estudiantil, lo cual se extendería a los hogares de todos; asimismo, consideró que es una decisión todavía incierta, basada en presiones políticas y no se garantiza que vaya a realizarse de una manera muy segura.
Por su parte, Lorenzo Hernández Martínez, maestro de quinto grado en una escuela primaria pública de la capital potosina, opinó que lo más sensato es que no se regrese a clases presenciales hasta después de que toda la población escolar, o por lo menos un 80 por ciento, haya sido vacunada, pues, si bien la educación se ha detenido un poco durante la pandemia por COVID-19 y no avanza como anteriormente lo hacía, en este momento es más importante la salud.
Refirió que la SEGE está proponiendo el plan de CCA, con una asistencia de un 40 por ciento de alumnos en las aulas, pero también hace falta fortalecer los centros educativos para que se tengan todos los insumos que se requieren para poder abrirlos nuevamente, ya que hay algunas escuelas localizadas en zonas marginadas que desde antes de la pandemia no cuentan ni siquiera con agua. Indicó que sería prioritario equiparlas para que el día que todos hayan sido vacunados puedan regresar sin temor a que en un futuro pueda faltar alguien a causa del COVID-19.
Resaltó que la escuela es un lugar donde los niños socializan con sus compañeros y hacen vínculos de amistad, pero por el momento hay mucho temor a contagios por coronavirus, por lo que se debe esperar a que las condiciones sean seguras para el regreso.
En relación a la propuesta que realiza la SEGE sobre reanudar actividades escolares presenciales en semáforo amarillo bajo la modalidad de CCA, Alma Edith Quezada Roque, profesora de quinto grado en una primaria de la comunidad Santa Martha, perteneciente al municipio de Tamuín, manifestó no estar de acuerdo, sobre todo porque tanto los docentes como los alumnos no han sido inmunizados contra el COVID-19, y no está dispuesta a arriesgar su salud ni la de su familia ni la de sus alumnos.
Remarcó que, en su comunicado, la SEGE señala que el regreso a las actividades presenciales será de manera voluntaria, pero en ningún momento se habla de un amparo o seguro por parte de algún sindicato, deslindándose, de alguna manera, de la responsabilidad ante posibles contagios. En su opinión, el cambio a amarillo en el semáforo de riesgo epidemiológico por coronavirus, gira en torno a la política.
Asimismo, estimó que el tiempo de 45 minutos de clases, como se está planteando, no garantiza un gran avance para los alumnos que presentan rezago, además de que no es conveniente para los docentes que trabajan en comunidades.
La profesora explicó que trabaja en una comunidad marginada que se ubica a dos horas y media de su domicilio, donde es grande el reto de lograr que alumnos y padres de familia cumplan con el uso del cubrebocas y de seguir los protocolos sanitarios.