No matarás

Por Antonio González Vázquez

En el décimo octavo mes de gobierno de Juan Manuel Carreras López la muerte parece haber sentado sus reales en el estado. No es una afirmación desmesurada o infundada sino una aproximación a la realidad. Del 26 de febrero al 26 de marzo, la muerte ha andado por calles, caminos y baldíos de San Luis Potosí; la muerte a todas horas y en todos los lugares, la muerte omnipresente aferrada a la sangre que a diario degusta con satisfacción animal. Aquí el recuento a modo de relato de Astrolabio.

Casi al mediodía del 26 de febrero una vivienda humilde de la colonia El Consuelo, municipio de Ciudad Valles, la policía encontró el cadáver de un hombre de 35 años. Lo mataron por múltiples golpes con objeto contundente en la cabeza. La policía acudió a ese lugar tras recibir la denuncia anónima de que en esa casa entre las calles de Priscila y Rosa, específicamente en el número 600, había una persona que al parecer había sido secuestrada. El cuerpo presentaba signos de tortura, decía el parte policial.

En la madrugada del 27 de febrero abandonaron dos cuerpos en el bulevar del Río Santiago, cerca del periférico, ya en la parte correspondiente al municipio de Soledad de Graciano Sánchez. Los cadáveres estaban a un lado de la carretera y presentaban disparo de arma de fuego en la cabeza. Según la policía, a las siete de la mañana se recibió la llamada de denuncia. Uno de los ejecutados sería oriundo del estado de Oaxaca puesto que así se acreditó en su credencial de elector y se llamaba Darío, de 43 años de edad; el segundo cuerpo no fue identificado. El doble crimen lo atribuyó la policía al crimen organizado.

Anochecía el 27 de febrero en el municipio de Ríoverde cuando unos vecinos de la comunidad de San Francisco de Asís se aterrorizaron al ver el cuerpo de una persona flotando en la corriente de un canalón de riego de una parcela. Denunciaron el caso a las autoridades y cuando llegó la policía, fue identificado el cadáver que resultó ser el de un maestro de 28 años de edad, cuya desaparición se había denunciado 48 horas antes. El cuerpo presentaba heridas severas en la cara y el cráneo, lo mataron a golpes y luego lo lanzaron al canal de agua.

Unos vecinos que acostumbran ir a trabajar al campo desde muy temprano en la comunidad de La Labor, municipio de Cárdenas, se encontraron en un camino el cuerpo de un joven de unos 20 años de edad. Se llamaba Iván y lo ejecutaron de un tiro en la cabeza el día 28 de febrero.

En la peligrosísima zona urbana entre la capital y Soledad de Graciano Sánchez unos sicarios ejecutaron a un hombre y una mujer cuando conversaban en una calle de la colonia Ecuestre. Sucede que a las ocho de la noche del 01 de marzo, la pareja estaba a bordo de una camioneta de color negro sin placas, era una Ford Lobo. Apenas descendía la chica de la unidad cuando fue acribillada por unos sujetos que a su vez bajaron de una motocicleta, mientras que a su compañero lo masacraron y su cuerpo quedo inerte sobre el volante de la camioneta.

A las 8 menos 20 de la noche del 8 de marzo, la policía recibió el reporte anónimo de la ubicación de dos cadáveres en un baldío de la colonia Puerta Real del municipio de Soledad de Graciano Sánchez. Los dos cuerpos estaban boca abajo y yacía separados apenas un metro el uno del otro. Presentaban disparo de arma de fuego por la nuca lo que supone que les dispararon por la espalda; quedaron cerca de unos pirules, entre el pastizal seco del lugar.

Al filo de las once de la noche del 10 de marzo se enfrentaron integrantes de una pandilla conocida como Los Colombianos, contra unos bravucones que pasaban por la calle de Fray José de Arlegui y Manuel J. Clouthier en la capital potosina. La riña derivó en zacapela monumental que dejó saldo de un muerto y tres heridos de bala.

El 13 de marzo en una humilde vivienda de la comunidad de Rincón de Yerbabuena del municipio de Ahualulco, asesinaron a una mujer; eran como las nueve de la noche cuando encontraron el cuerpo tendido. La cuñada de la mujer pensó que solo estaba desmayada así que pidió ayuda para trasladarla al hospital en la cabecera municipal, pero cuando llegaron solo confirmaron que había muerto. La policía reportó que en realidad la mujer fue estrangulada, por lo que se consideró el crimen como probable feminicidio.

En un camino que conduce a la comunidad de Arcinas del municipio de Mexquitic de Carmona, gente que caminaba por el lugar para dirigirse a la carretera a Zacatecas, descubrieron el cuerpo de un hombre. Al aproximarse a verlo, se percataron de que tenía la cabeza cubierta con una bola de hule de color negro, que estaba semidesnudo y que presentaba quemaduras importantes en la mayor parte del cuerpo. Eran las seis de la tarde del 15 de marzo cuando se puso en conocimiento de eso a la policía que, al llegar al lugar, confirmó que al joven de unos 20 años lo habían ejecutado con un disparo a la cabeza y luego habían tratado de incinerarlo.

La soleada tarde del 16 de marzo abandonaron el cuerpo de un joven de unos 25 años de edad en el sendero que va a camino a la comunidad de la Cenicera en el municipio de Villa de Reyes.  A medio arroyo estaba el cuerpo desmadejado y con un tiro de arma de fuego en la cabeza, además de presentar heridas cortantes entre el tórax, espalda y axilas. Junto al cuerpo, la policía levantó un casquillo percutido de arma calibre .9 milímetros con el que ejecutaron a quien la autoridad, clasificó como un desconocido.

Corrían las ocho de la noche del 16 de marzo cuando en un camino vecinal que va del ejido La Argentina al ejido El Pando, en Tanlajás, unos jornaleros que regresaban de sus labores se encontraron con un cadáver. Aunque se asustaron, le llamaron a la policía municipal y ésta a su vez la avisó a la estatal y ésta a la Ministerial. Cuando llegó el Ministerio Público, acreditó que se trataba de un hombre de unos 40 años de edad que había recibido un disparo de arma de fuego en la cabeza.

Blanca tenía 26 años y vivía en la comunidad de El Cañón del municipio huasteco de Xilitla. El 17 de marzo, salió de su casa para no regresar. Ese día por la coche sus familias y amigos la buscaron por la zona y denunciaron la desaparición ante la policía y pasaban las horas sin dar con ella, pero 48 horas después de que se le vio viva por última vez, fue localizada en un predio en despoblado de la comunidad de Camino Real. Estaba semidesnuda y su cuerpo presentaba signos de golpes y tortura; la mataron con arma blanca y antes la habían violado.

Encobijado y atado, encobijado y maniatado, encobijado y ejecutado; ese fue el destino de un hombre cuyos restos fueron abandonados en un lote ubicado a unos metros de las instalaciones del Tecnológico Regional de San Luis Potosí, cerca de la peligrosa colonia Rivas Guillén que colinda con Soledad de Graciano Sánchez. Unos estudiantes se dirigían a sus clases antes de las 7 de la mañana del 21 de marzo cuando a lo lejos, desde la acera, vieron el cuerpo envuelto de un hombre encobijado y atado con un cordel de fibra de color amarillo; el rostro lo tenía también cubierto con la propia chamarra de la víctima que, según la policía, no se logró su identificación.

Quebraban las horas para el mediodía del 22 de marzo cuando la policía recibió un lacónico reporte desde Matehuala: había visto dos cadáveres abandonados  cielo abierto y ya se tostaban bajo el sol. En un solar de un lugar conocido como La Presita, en camino a la comunidad de El Sacramento yacían en la tierra y los rebajos secos los cuerpos de dos hombres, uno de 35 y el otro de 20 años, según estimaciones de la policía que no logró identificar los nombres de los difuntos habían sido heridos en el cráneo; uno recibió disparo de arma de fuego y al otro, le asestaron sólidos golpes con una roca. La policía reportó ese día que “trabajaría para esclarecer este doble homicidio”.

En un predio en despoblado entre los municipios de Villa de la Paz y Matehuala unos campesinos se encontraron con los restos de un cuerpo. Eran solo partes como mordisqueadas por los animales. Ocurrió el 24 de marzo que iban por un camino para tomar la carretera a Villa de La Paz desde El Chamizal, cuando vieron los despojos del cadáver y, en cuanto pudieron lo denunciaron a la policía.

A las ocho de la noche del 24 de marzo, elementos de la Policía Ministerial llegaron a un predio de la calle de Campeche de la colonia El Camposanto en el municipio de Moctezuma y ahí localizaron el cuerpo de un hombre ejecutado. Por alguna razón, quienes lo ejecutaron le desnudaron de la cintura para abajo y, luego de que lo asesinaron con disparo de arma de fuego en la cabeza, le cubrieron con una cobija.  

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