Noether, esencial en la relatividad

Frater Ignatius

Amalie Emmy Noether (1882-1935) es una matemática que se “cuece” aparte. Una persona muy especial y de una sencillez y generosidad excepcionales. En su época estudiar matemáticas estaba prohibido. Al inicio, en su Alemania natal, Emmy deseaba estudiar idiomas, ya que tenía un talento especial para el aprendizaje de otras lenguas. Empero, su verdadero amor eran los números. Tal vez porque en su casa, su padre que era matemático daba un ejemplo contundente. En el hogar existía el clima perfecto para desarrollar a plenitud la cultura.

Gotinga fue su casa en donde conoció a matemáticos del calibre de Félix Klein y David Hilbert. En 1915 sorprende con su teorema, el cual trata de las relaciones simétricas en física y su relación con las leyes de la conservación. Este trabajo es de tal magnitud, que ayudó a Einstein a desarrollar su teoría general de la relatividad, la cual se centra en la gravedad, el espacio y el tiempo.

Obtuvo su doctorado bajo la supervisión de Paul Gordan. Su tesis tiene un nombre realmente críptico para los no iniciados: Sobre la construcción de los sistemas formales de las formas ternarias bicuadráticas. Aunque después repudia la tesis, argumentando que no era de gran importancia, se aclara que esto es un trabajo menor, ya que Noether hizo contribuciones revolucionarias en varios campos tanto de la física teórica como de las matemáticas puras y aplicadas: Revoluciona la teoría de anillos de Dedekind, teoría de cuerpos, k álgebras. En física teórica el teorema de Noether explica la conexión antes mencionada. Es considerada la madre del álgebra abstracta, la cual estudia las estructuras algebraicas, fundamentales en el álgebra conmutativa y no conmutativa. Tales estructuras pueden ser de grupo, anillo, cuerpo o campo, o simplemente el importante concepto de espacio vectorial. Todo relacionado con la aproximación de funciones, con las rotaciones, con los módulos y las matrices, etc.

Noether tuvo muchos problemas para incorporarse a dar clases en Gotinga. Mentes estrechas y celosas impedían que fuera Privatdozent. Casi no recibía emolumentos. Ella vivió siempre de forma frugal. Era una mujer austera a la que no le importaba la apariencia física. Su poderosa mente estaba concentrada en lo que más amaba. Ella es capaz de hallar la conexión entre la simbología lógica y la teoría de números. Aunque recordemos que en el álgebra abstracta, la nomenclatura no es precisamente un número. Desgraciadamente en el año de 1933 todos sus logros matemáticos fueron rechazados a causa de que ella era judía y que fuera expulsada de la Universidad por los nazis, esas bestias negras.

Huye de Alemania y se incorpora al rectorado de la Escuela Universitaria de Bryn Mawr, en Pensilvania. Era una institución feminista y con una orientación abierta a las mujeres. Emmy se sentía feliz a pesar de que fue ya el periodo final de su existencia. Menciona que gozaba al ir a visitar a Princeton a sus amigos Einstein y Herman Weyl. Lo que más regocijaba su corazón era el saber que al menos en esos momentos postreros, su obra era reconocida por grandes genios y cierto público especializado.

En 1935 fue sometida a una operación de cadera, la cual no pudo librar y murió.

Einstein elabora una sentida carta en donde resalta las importantísimas contribuciones a las matemáticas por parte de Emmy:

Esta insigne mujer será recordada por siempre como una algebrista sin par, por sus trabajos en topología. Los físicos la veneran por su teorema, ya que también tiene profundas implicaciones en el estudio de las partículas subatómicas y en la dinámica de sistemas.

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