Nuestra querida casa

CASA

 

Por: Antonio González Vázquez.

 

Lo que usted ve en la imagen, amable lector, es la cocina de una vivienda de cualquier familia indígena en la región Huasteca. Su modestia, su austeridad, su pobreza, deberían ser una vergüenza para gobiernos que históricamente han explotado y lucrado política con las etnias. Es una casa humilde pero sobradamente digna. Al ver este hogar, lo primero que despierta es la indignación. Usted lo sabe, amigo, amiga lectora: La Casa Blanca de la pareja presidencial mexicana ha alcanzado notoriedad global y las repercusiones de su descubrimiento han sido devastadoras para la credibilidad del gobierno, mientras que para el equipo de Carmen Aristegui, el tema ha significado premios y el reconocimiento general a su trabajo periodístico.

Gracias a ellos, es posible conocer la casa donde vive el presidente y cómo se hizo de ella, pero los potosinos poco sabemos del hogar que habitamos y por cierto, dista mucho de ser una Casa Blanca sino que en el extremo puede parecerse a una caverna.

Veamos algunos datos relevantes que nos pueden dar una idea de cómo es nuestra querida casa y cómo vivimos en ella. En San Luis Potosí las viviendas tienen un promedio de 3.9 ocupantes con lo que se coloca por encima de la media nacional de 3.8 en relación al tamaño promedio del hogar.

Es decir, la familia le queda grande a su casa, lo cual supone que no hay espacio para lograr una estancia digna para ningún miembro de la familia. El más bajo es Aguascalientes con 3.5 y el más alto, Chiapas con 4.3.

Información del Sistema Nacional de Información e Indicadores de Vivida reporta que en San Luis Potosí hay 718 mil 658 viviendas, de las cuales, 505 mil 568 no presentan rezago en tanto que 213 mil 390 están en situación de rezago, es decir, son la antítesis de la Casa Blanca.

Se trata de un cuarto de millón de viviendas de todo tipo que se caracterizan por que sus ocupantes viven en condiciones de hacinamiento, así como por las condiciones deplorables de deterioro, además de no contar con servicios básicos elementales como agua, drenaje público o energía eléctrica. Miles de esas viviendas equivalen a un solo cuarto.

Miles de esas viviendas son de materiales que tienen por paredes materiales de lámina, de adobe, asbesto o madera, mientras que los techos pueden ser del mismo material o productos naturales como palas, ramas de árboles, lámina de cartón, de tejamanil o teja. En México hay poco más de nueve millones de viviendas donde hay problemas de rezago. También resulta que en las viviendas con rezago, las familias que las ocupan tienen menos oportunidades de progreso y son los que mejor perciben los problemas puesto que los padecen

El porcentaje de personas de 15 años y más con rezago educativo en San Luis Potosí es de 37.6 por ciento, aquí también la entidad se colocó por encima de la media nacional que es de 36.2.

El porcentaje de población de siete años y más que han sentido preocupación y nerviosismo en San Luis Potosí es de 58.7 por ciento, nivel que está por encima de la media nacional que es de 54.5 por ciento.

Esta es nuestra querida casa y no se parece en nada a la casa del señor presidente y su amable esposa.

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