Ciudad de México (21 de junio de 2016).- En el enfrentamiento ocurrido el domingo para liberar la circulación en la Autopista Oaxaca-Puebla, a la altura de la comunidad de Asunción Nochixtlán, no todos eran maestros y los inconformes utilizaron armas largas y cortas, bombas molotov y cohetones, aseguraron dos policías federales que fueron heridos en la refriega.
“Nunca nos habíamos encontrado con esta situación, siempre que hay un bloqueo, los maestros usan cohetes de pueblo, palos y piedras, no habíamos llegado hasta esa magnitud, nada más era replegarlos con gas o con diálogo, pero esta vez sí fue diferente, fue un ambiente muy hostil.
“Ahí había muchas personas que ni siquiera eran maestros o estaban todos revueltos”, relató un policía tercero, de quien por razones de seguridad se omite el nombre.
El uniformado fue intervenido la mañana de ayer para retirarle una esquirla que se le incrustó en el fémur derecho. El policía de 30 años de edad permanece estable en la unidad de terapia intermedia de un hospital del sur de la Ciudad de México y aún desconoce qué tipo de arma le produjo la herida.
En entrevista con Milenio, los policías explicaron que existieron dos momentos del repliegue. Uno por la mañana donde pudieron desalojar de manera pacífica a los manifestantes y posteriormente, cerca de mediodía cuando el ataque se recrudeció. La batalla campal, aseguraron, se extendió hasta poco después de las 8 de la noche. Aseguraron que la policía federal no portaba armas, sólo el equipo antimotines compuesto por el uniforme, casco y escudos.
El policía tercero relató que los apoyos de las fuerzas federales arribaron alrededor de las 6 de la mañana del domingo y fue poco después de las 10 de la mañana cuando los inconformes se replegaron hacia la comunidad de Nochixtlán.
No obstante, dijo, cerca de las 11 de la mañana, comenzaron a llegar jóvenes en su mayoría embozados, quienes comenzaron a agredirlos con diferentes tipos de armas largas y cortas.
“Ese primer repliegue fue sin tanto alboroto, ellos mismos se comenzaron a retirar tranquilamente hacia la población, comenzamos a avanzar, eso duró como hasta las 10:30 de la mañana.
“Posteriormente, cuando ya estaba todo calmado llegan otras personas, como chavos, y llevaban otro tipo de armas. Ellos llegaron y prendieron un tráiler que estaba ahí, se atrincheraron en la entrada del pueblo y comenzaron a agredirnos con todo tipo de armas de fuego, sé que eran cortas y largas porque se escuchaba ráfaga y tiro a tiro. En ese momento yo me encontraba hasta adelante y sentí las explosiones.
“Entonces sentí la humedad en mi pantalón y me vi y tenía un orificio, retrocedí para buscar ayuda”, explicó.
En tanto, otro oficial que permanece en la misma área de cuidados del hospital y que está a la espera de una operación, coincidió en que lo ocurrido el domingo fue un ataque de otro tipo, pues en otros repliegues de manifestaciones magisteriales no había habido armas largas ni se habían atrincherado de esa manera.
Fuente: Milenio.