El Catalejo es el resultado de las mentes desorientadas de los reporterillos de Astrolabio Diario Digital
¿Las maldiciones también se heredan? Hace tres sexenios la consigna del entonces gobernador, Marcelo de los Santos Fraga, la resumió en una expresión: se va a gastar lo que se tenga que gastar. Y arrancó obras fastuosas como el Centro de las Artes, el Museo del Laberinto, el Museo del Ferrocarril y el Centro de Convenciones –hoy ostentoso recinto alterno del Ejecutivo que sustituyó a la Casa de Gobierno, con costo oneroso para el erario incluido–. Con obras fastuosas, y suntuosas, el gobernador Ricardo Gallardo Cardona ya tiene, desde su primer año, su propia lista: los parques Tangamanga I y II, la renovación de las instalaciones de la FENAPO, el Periférico Antonio Rocha Cordero al que le gusta llamar Circuito Potosí… además de onerosos festivales permanentes y festejos con costosas presentaciones de artistas populares, que parece que la maldición que reinó durante el sexenio del marcelato hoy se abre paso en el gallardato con una preocupante variante: se va a derrochar lo que se tenga que derrochar. El marcelato, pues, con su nuevo rostro…
